TEMPORADA 1958-1959
GRAN TEATRO DEL LICEO
Nuestro amigo Jordi ya nos había comunicado, más o menos la programación que se iba a efectuar en la temporada 1958 - 1959. Nos comentó que esta temporada iba a estar muy cargada de grandes representaciones. Al poco tiempo recibimos por correo la programación, y la verdad es que cuando leímos las óperas que iban a representar y los cantantes nos dimos cuenta que era espectacular; teníamos el debut de Alfredo Kraus y de Carlo Bergonzi. Ahora nos tocaba estudiar la fórmula para poder asistir a las representaciones que más nos interesaban. Íbamos mirando un formato de que nos coincidieran dos funciones que cayeran entre sábado y domingo, pues habíamos descubierto que los domingos por la noche había un tren que salía desde Barcelona, sobre las 23:30 horas que iba directo a Valencia, y llegábamos a la ciudad del Turia sobre la cuatro de la madrugada, y allí empalmábamos un autobús que salía hacia Alicante sobre las cinco de la mañana, donde dicho autobús llegaba a Alicante a las ocho de la mañana. Este formato de viaje aunque era muy ajetreado nos venía, por cuestiones de trabajo muy bien. Al ver la programación, yo personalmente me hice una composición de las óperas que quería ir, y decidí cogerme una semana de vacaciones y con ello vería el 2 de diciembre, martes, <Turandot>, Con la soprano alemana Gertude Grob-Prandl y el tenor Umberto Borso, el jueves repetiría la misma ópera, el sábado 6 de diciembre el debut de Alfredo Kraus con el <Rigoletto> y el domingo 7 de diciembre, a la 17 horas la ópera <Aida> con Carlo Bergonzi, a estas dos últimas óperas vendrían mis amigos, Manolo Polo y Enrriquito. Os comento que en el mes de noviembre ya hicimos este formato viendo el 15 de Noviembre sábado le <Norma> Anita Cerquetti y Fedora Barbieri, y el domingo por la tarde el <Otello> con Ramón Vinay. Como veréis todo un “lujo”. Y para rematar la temporada teníamos programado, el sábado 20 de diciembre <Lucia di Lammermoor> con Gianna D´Ángelo y Alfredo Kraus, y el domingo 21 de diciembre el “apoteosis”, <El barbero de Sevilla> con ni más ni menos que con Victoria de los Ángeles. ¿Qué os parece la temporadita? ¿Merecía la pena el pasar estos viajes tan cansinos? Amigos, si ponéis un poco de atención en las funciones que vi en esta temporada y los cantantes que actuaron, ¡¡creo que vosotros hubierais hecho lo mismo!!
FACHADA DEL GRAN TEATRO DEL LICEO
Temporada 1958-1959 del Liceo
En la temporada 1958-1959 hubo la única aparición de María Callas en Liceo , fue en un
recital. El 6 de diciembre debutó
en el Liceo Alfredo
Kraus con Rigoletto .La noche del estreno de Maria Callas en el Liceo, que en principio debía ser memorable, fue acordada para el 5 de mayo de 1959. Así que estalló la noticia, se perfiló una expectación que avivó la agrisada vida ciudadana. Y se entabló la batalla de las localidades, aunque los precios se habían encaramado, las entradas se agotaron en un suspiro. Los revendedores, oficiales o no, hicieron su agosto. Ni las arias de Don Carlo o Mefistofele , ni la cavatina de El barbero de Sevilla estuvieron a la altura, su visin darte de Tosca provocó algún grito de “viva Tebaldi”. El saldo hasta el intermedio estaba inundado por la decepción. Luego cantó el adocenado vals de Musetta de La bohème . Pero al desgranar unas páginas de Il pirata se impuso con autoridad y se puso por fin al público en el bolsillo. El escenario se llenó de flores que llovían de todas partes.
Temporada 1958-1959 del Liceo
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Ópera
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Compositor
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Director musical
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Director de escena
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Papeles principales
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Producción
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Fechas
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17 de noviembre
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6 de diciembre
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diciembre
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1 de enero
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enero
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febrero
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ENTRADA AL LICEO
NORMA (Bellini) sábado 15 noviembre 1958
Director Ángelo Questa, con Anita Cerquetti, Fedora Barbieri,
Giuseppe Vertechi, Giuseppe Modesti, Alda Richi.
En esta temporada
empleamos un nuevo formato, para ver las actuaciones, de una forma que nos coincida dos funciones seguidas y
de esa forma nos ahorramos algunos días
de viajes.
La primera ópera
que vi fue Norma (Bellini). Ya se oía comentar en aquellas fechas, que había una cantante llamada María Menigini
Callas que estaba siendo la sensación en
dicha ópera.
Tengo anotado en
mi “diario”, con fecha del 2 de Enero de
1958, el tremendo jaleo que se formo, cantando la Norma, María Callas en la inauguración
de la temporada en el Teatro Opera de Roma, donde asistía el presidente de
Italia Giovanni Gronchi. En esos años yo ya estaba enganchado a las retransmisiones
de la R.A.I. italiana. Ese día retrasmitían dicha ópera, junto a la Callas,
cantaba Franco Corelli. Os comento todo lo que tengo apuntado en mi “diario”:
<al finalizar el primer acto, yo note que se produjo un murmullo acompañado
de muchos aplausos, y la realidad es que yo no comprendía nada. Al momento el
locutor que hacia la retransmisión empezó a decir que los motivos de este jaleo
fueron debidos a que María Menigini Callas, se había enfadado porque había
notado que los aplausos eran dirigidos hacia su oponente Franco Corelli. Cuando
se estaba dando esta información, el locutor de la R.A.I. interrumpió su
retrasmisión para dar paso a un representante del teatro, comunicando hacia el público,
la siguiente frase <Nessuno puo sustiuire a la Callas> traducido
<nadie puede sustituir a la Callas>, al oír el publico dicha información
se armó un gran revuelo en la sala, con silbidos y pataleos. La función fue
suspendida. Y el cuatro de enero se volvió a representar, sustituyendo a María
Callas la misma soprano que iba a cantar en el Liceo de Barcelona, Anita
Cerquetti. Ahora al cabo de los años a pesar de que su carrera musical fuera
efímera, personalmente para mi parecer ha sido una de las grandes sopranos dramáticas,
llegando al spinto, después de la segunda guerra Mundial. A pesar de los años
que han pasado, mantengo mi criterio sobre Anita Cerquetti, si podéis
agenciaros por YouTube varias grabaciones de operas completas, os daréis cuenta
que su voz está fuera de lo común, en todas sus representaciones hace un alarde
de bien cantar y exponiendo su voz señorial y con un sonido personalísimo que
hoy en día no lo hay. Su Norma está a la altura de la Caballé, y María Callas.
Os voy a poner una
selección de Norma que se canto el 4 de
Enero de 1958 en el Teatro Opera de Roma. En esta función fue la que Anita
Cerquetti sustituyó a María Menegilli Callas
en la función que dicha cantante
abandonó el teatro por los motivos…. Al cabo del tiempo hay muchas versiones,
quedarse con la que queráis. La realidad es que a partir de estos incidentes la
Callas empezó su decadencia.
El 4 de Enero de
1958 se representó Norma, en el Teatro de ópera de Roma con el siguiente
reparto: Director Gabriele Santini, con Anita Cerquetti, Franco Corelli, Giulio
Neri, Miriam Pirazzini, Piero de Palma. Esta grabación está considerada como grabación histórica. Aquí os
voy a poner un pequeño avance de la ópera
que finalmente os pondré completa.
ANITA CERQUETTI
AUDIO -Norma – Anita Cerquetti – “Sedicioni voci “
AUDIO -Norma – Anita
Cerquetti – “Casta Diva “
MIRIAM PIRAZZINI
FRANCO CORELLI
AUDIO - Norma – Cerquetti- Corelli- Pirazzini- “Vanne si mi lascia indigno
TEATRO DE LA OPERA DE ROMA
Os voy a proponer el 1º
acto y único que se cantó el 2 de Enero
de 1958. Siendo sus intérpretes y personajes principales, María Callas (Norma) y el tenor Franco Corelli (Pollione).
Asistiendo el presidente de la República italiana el señor Giovanni Gronchi. Como ya os he comentado en
las páginas anteriores, esa función la escuche en directo por la RAI. Al final
del primer acto, oiréis los aplausos y seguidamente un corto silencio y
seguidamente los comentarios de los narradores, vosotros mismos juzgareis.
.
Y seguidamente os voy a
poner la grabación completa de la representación de Norma, que se efectuó el
4 de enero de 1958, siendo Anita Cerquetti la elegida para sustituir a María
Callas siendo el mismo reparto de la noche
de inauguración. Teatro Opera de Roma Dctor : Gabriele Santini, interpretes y personajes: Anita Cerquetti (Norma) Miriam Pirazzini (Adalgisa), Franco Corelli (Pollione), Giulio Neri (Oroveso), Giannella Borelli(Clotilde), Piero de Palma (Flavio). Como podréis observar un elenco de gran categoría.
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
CRONICA
DE LA VANGUARDIA DE LA OPERA NORMA (Bellini) sábado 15 de Noviembre 1958
Después
de los éxitos conseguidos con <Il. Pirata> y <La sonámbula>,
Bellini recibió el encargo de escribir para la Scala, de Milán, una ópera, por
la que cobraría tres mil ducados y la mitad de los ingresos que la obra
proporcionara. El compositor se entregó a tal trabajo; pero el cólera amenazaba
en aquel entonces con invadir Europa, y el peligro de la epidemia le tenía
acobardado, Desde su retiro del lago Como, así decía el 19 de septiembre de
1831 en una carta a su amigo Florimo: <Estoy escribiendo la ópera sin ningún
entusiasmo, porque tengo la seguridad de que el cólera llegará y obligará a
cerrar todos los teatros>. El vaticinio,
sin embargo, no se cumplió, y así el músico escribía poco más tarde a
otro migo diciéndole < Trabajo afanosamente en la nueva ópera que debe ser
estrenada en la Scala el 26 de diciembre próximo. El asunto está basado en
Norma, tragedia de Soumet. Yo lo encuentro muy interesante, y si Romani acierta
a traducir su bella poesía, el<libreto> podrá ser verdaderamente
sugestivo. Felice Romani se esmeró en el libreto, y por fin, el día de San
Esteban de 1831<Norma> fue estrenada, tras no pocas dudas y ansiedades y
hasta cambio de páginas musicales, como el aria <Casta diva>, que Bellini
modificó ocho veces antes de que quedara en la forma que había de conocer la
celebridad. Celebridad que no nació con el estreno de la ópera, pues
<Norma>, según es sabido, fracasó en su primera representación. Pero la
famosa Giuletta Pasta la impuso pronto a la general admiración, logrando que se
pusiera en escena treinta veces en la misma Scala, y tres años después, en
Londres, la Malibrán consiguió que <Norma> fuera triunfalmente acogida.
Entre
sus copiosas producciones, Bellini tenía a <Norma> como la partitura más
lograda y la posteridad ha venido a darle la razón, porque, pese al avance de
las ideas estéticas, hoy sigue
pareciendo joven, fresca, bella, definitiva, confirmando lo que Wagner
manifestó en Riga el año 1837, que es obra que, a la riqueza melódica y al
espíritu más íntimo, suma la más profunda verdad.
La
reposición de <Norma> en el Liceo tenía este año el singular atractivo de
que en ella reaparecían dos artistas de las que se guardaba gratísimos
recuerdos: la soprano Anita Cerquetti y la mezzo-soprano Fedora Barbieri. De
las acendradas simpatías que tenían conquistadas fueron elocuente prueba las
largas, clamorosas ovaciones que se tributaron a ambas cantantes, sobre todo
después del tercer acto. Es evidente que las dos enfermedades sufridas en los
últimos tiempos por Anita Cerquetti han dejado sus huellas; pero no hasta el
punto de que la célebre soprano haya visto mermadas su categoría y su
personalidad.
Anita
Cerquetti afrontó con decisión las grandes dificultades de la parte de
protagonista ofreciendo una druidesa Norma de facultades suficientes para
valorar diáfana y jugosa inspiración, el romántico lirismo de la música de
Bellini. En cuanto a Fedora Barbieri, sus brillantes posibilidades dieron el
debido relieve al personaje de Aldagisa, la sacerdotisa de Inmirsul. La
claridad y amplitud de sus medios vocales se manifestaron a través de las
sinuosidades de los diseños melódicos, que alcanzaron intensidad expresiva.
El
tenor Giuseppe Vertechi constituyo el lado vulnerable de la representación. Fue
un Pollione un tanto arbitrario y falto de los arrestos necesarios para
recorrer con brillantez la gama de sentimientos que caracterizan al guerrero
romano. Escuchó sin embargo, aplausos, como los escucharon también el bajo
Giuseppe Modesti, muy afortunado en las escenas de los actos primero y último,
y Alda Richi y José Farre, que completaron el reparto.
Los
coros se mostraron justos de entonación, fruto de la labor preparatoria del
maestro Riccitelli.
La
orquesta nos gustó un poquito menos que la primera noche. Hubo en ella carencia
de empaste y exceso de sonoridades. La dirigió el maestro Angelo Questa con
mesura expresiva y fervor artístico, cualidades que ya había demostrado en
anteriores temporadas. Fue aplaudido después de la sinfonía y luego reclamado a las tablas a la
conclusión de los actos.
Acertada
la dirección escénica a cargo de
Doménico Mesina.
Las
decoraciones de Sormani, de Milán, produjeron la sensación de belenes
navideños. U.F. ZANNI.
GIUSEPPE VERDI
OTELLO (Verdi) domingo 16
noviembre 1958. Director La Rosa Parodi, con Ramón Vinay, Marcella Pobbe y
Anselmo Colzani
De lógica es que
comparemos este Otello de Ramón Vinay, con el
de Mario del Mónaco, y como siempre
se ha dicho, las comparaciones
son odiosas, ¡¡pues no ¡! de odiosas
nada de nada. El Otello de Mario del Mónaco fue espectacular y el de Ramón
Vinay, lo mismo de lo mismo, sabéis que
a mí no me gusta hablar de las comparaciones, mi opinión es sencillamente que
las dos versiones me llenaron plenamente, me explico: cada cantante tiene su
forma y hábito de hacer las cosas como se cree conveniente, los dos
interpretaron, vocalmente como lo escribió el maestro Verdi, con la parte lírica ambos lo hicieron a su forma
bastante bien, y en la parte de fuerza,
garra y dramatismo sacaron todo lo que tienen dentro y ¡¡amigos!! , con esto
ya es suficiente para que uno como espectador quede satisfecho. Habrán
aficionados que digan que Del Mónaco es único o que Ramón Vinay les guste más,
e incluso Placido Domingo sea su favorito, a mi persona, particularmente me
quedo con el placer de haber disfrutado con estas grandes voces y dejar para
las tertulias los “dimes y di retes”, que
uno es mejor que el otro. Verdaderamente
a mí lo que me gusta es saborear la música de este gran maestro Verdi y si
encima está bien cantado e interpretado ¿Qué más puedo pedir? Antes cuando era
joven sí que me apasionaban las grandes voces e incluso era fanático de algún
cantante, por el tiempo me ha llegado la cordura, la sensatez y ¡¡ cómo no!! la experiencia, y ante todo esto, ahora por el
tiempo, gozo más y me deleito con las grandes voces del pasado y del presente,
tengo que reconoceros que los cantantes del pasado son algo distintos a los de
hoy, pero claro, esto va en los gustos….
Lo que sí que he notado,
es, en la interpretación de los cantantes, ahora en la actualidad son muchos
mejores artistas que en el pasado. Antiguamente, prevalecía más la voz, era lo
principal, estaba el cantante más preocupado de cómo dar su nota correspondiente
y escuchar al apuntador. Esos tiempos han pasado y hoy podemos decir que los
cantantes de élite interpretan muy bien su
roles y los tienen muy bien estudiados.
La grabación que os
pongo es una selección de Otello con Ramón
Vinay, Marcella Pobbe, Herva Nelly y
Giuseppe Valdengo.
RAMÓN VINAY
AUDIO -Otello – Ramon Vinay – “Esultate “1952
HERVA NELLI
GIUSEPPE VALDENGO
MARCELLA POBBE
ARTURO TOSCANINI
Ha continuación os
propongo el Otello de Verdi en audio con la NBC Chorus y Symphony Orchestra con dirección de Arturo Toscanini con los interpretes y personajes: Ramon Vinay en (Otello), Herva Neill en (Desdemona), Giusseppe Valdengo en (Iago), Leslie Chabay en (Rodrigo), Nicola Moscona (Ludovico), Arhtur Newman en (Montano) y Nan Merriman como (Emilia). Es una grabación del año 1947. Esplendido audio con un sonido increíble
. Este Otello podemos decir que es de referencia.
. Este Otello podemos decir que es de referencia.
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
CRÓNICA
DE LA VANGUARDIA DE LA OPERA OTELLO (Verdi) POR RAMON VINAY jueves 13 noviembre
1958
Con
<Otello> de Verdi, se inauguró solemnemente la temporada de ópera. Con el
inmarcesible <Otello>, a Verdi le ha cabido una vez más el honor de
presidir la función inaugural de la temporada de ópera en el Gran Teatro del
Liceo. Velada que con arreglo a lo que la tradición impone, constituyó un
acontecimiento mundano a la par que artístico, viéndose nuestro primer coliseo
lleno de un público que agrupaba las más refulgentes galas y las simples ansia de
recreaciones líricas.
De la
obra del genial compositor de Busseto habremos de repetir lo que en otras
ocasiones hemos dicho. Hoy cuando los modernismos duran como la rosa, <el
espacio de una mañana>, <Otello> resiste impávido el transcurso del
tiempo y se ofrece erguido y arrogante, conservando en la historia de la ópera
un puesto del que nadie podrá moverlo. No en vano el gigantesco avance dado por
Verdi pasando de <Aida > a
<Otello>, le costó catorce años de meditación y estudio. Verdi oponiendo
a la ópera sinfónica el drama lirico; a lo fantástico, el realismo; a la
expresión de los símbolos, los personajes vivos y palpitantes de la tragedia de
Shakespeare, dio pruebas de una sana y plena conciencia. La caracterización de
los tipos penetra musicalmente en la profundidad de las almas con formas que
atestiguan como Verdi se dio perfectamente cuenta de la necesidad de progresar
renovándose: de no desdeñar el concurso de la reflexión cuando no paralice la
creación y sea solo fuente de sugerencias de verdad y de belleza. La
maravillosa facultad de observación de las figuras humanas, puesta de relieve
por Shakespeare en el teatro dramático, tuvo pues, su equivalente en la
partitura de Verdi, que ilumina con luz propia psicologías, acciones y
sentimientos.
Para
que sus últimos valores no queden apagados, <Otello> requiere unos
intérpretes de meritos poco comunes. En el Liceo los ha tenido muchas veces, y
anteanoche, en época de verdadera crisis de cantantes de excepción, tampoco
faltaron relevantes artistas, que dieron laudable cima a su cometido.
El
tenor chileno Ramón Vinay, dotado de un generoso temperamento y de una voz
vibradora en los agudos y algo opaca en los otros registros, supo dar al
protagonista el impetuoso apasionamiento y la variedad de centros expresivos
que exige el héroe shakesperiano a través de la visión de Arrigo Boito, el
libretista de la ópera de Verdi, aunque quizá el personaje quedara más teatral
que esencialmente lírico. De todos modos, en el canto a la victoria, en el
amoroso dúo con Desdémona, en las grandes escenas de violencia y de feroz
venganza y en el trágico final, donde se mostró gran actor, Vinay dio patentes
pruebas de conocer el personaje y su trabajo fue premiado con unánimes y
efusivos aplausos.
También
los hubo reiterados y calurosísimos par la soprano Marcella Pobbe, una
Desdémona, tierna, emotiva, de voz empleada con gusto y maestría, revistiendo
de justos matices tanto los dúos como la romanza < del sauce> y el
<Ave María> del último acto. La labor de Marcella Pobbe fue tal vez lo
más convincente de la velada.
Toda
la perfidia de Yago fue escrupulosamente puesta al descubierto por el barítono
Anselmo Colzani, afortunadísimo en el brindis del acto primero y en el famoso
<Credo>
La
mezzo-soprano Alda Ricchi, voluntariosa
Emilia; el tenor Fausto Granero, discreto Cassio; el bajo José Lemat,
Esteban Recasens, Giuliano Xilini y Eduardo Soto completaron dignamente el
reparto.
Los
coros preparados por el maestro Gaetano Riccitelli, se mostraron robustos y
seguros en la entonación.
Dirigió
la nueva orquesta titular del Liceo el maestro Armando La Rosa Parodi, quien logro de los instrumentos bien
sincronizados con el escenario, la poesía, la violencia o el dolor, según las
exigencias de la partitura. La orquesta, cuya primera actuación había
despertado interés vivísimo, dio un rendimiento muy superior a lo que podía
esperarse de su insipiencia. Hubo en ella disciplina, equilibrio y riqueza de
sonoridades. Pedir más seria gollería.
El
público, que, según hemos consignado, llenaba el teatro, además de aplaudir en
el curso de la representación al termino de cada jornada intensificó su
demostraciones aprobatorias, obligando a que la cortina fuera descorrida
reiteradamente en honor de los principales cantantes y del maestro La Rosa
Parodi.
Cerramos
la crónica dedicando también un elogio al director de escena Doménico Massina,
quien movió y agrupó bien las figuras y
al escenógrafo Bonat del Rio, por sus ambientadores decorados, en los que se
conjugó inteligentemente los efectos de luminotécnica.- U.F.ZANNI
CARLO BERGONZI
ENTREVISTA A CARLO
BERGONZI EL 27 noviembre 1958 en LA
VANGUARDIA
Carlo Bergonzi ha cantado recientemente con la Tebaldi y con la
Callas. Lo veo mientras ensaya <Aida>. Le acompaña su esposa, muy bella
por cierto, que hace de secretaria del famoso tenor italiano.
• En este duelo
Tebaldi-Callas, ¿con cuál de las dos prefiere cantar?
• Las dos son muy
gentiles- responde la esposa.
• ¿Cuál de las dos le
da más miedo Carlo?
• Ninguna de las dos-
• ¿No teme a las
mujeres?
• No: hombre quien
tiene miedo a las mujeres, hombre finito.
• ¿A su esposa
tampoco?
• Es mi mujer y
secretaria, y me sigue a todas partes.
• ¿Por qué lo vigila
o por qué le gusta oírle, señora?
• Porque me gusta
oírle y porque tiene necesidad de mi apoyo moral.
• Nadie- responde
él-, empecé a estudiar solo. En 1951 me hice tenor; tres años antes fui
barítono, pero cantaba forzado porque se habían equivocado conmigo.
• ¿Antes de cantar?
• Trabajaba en Parma
en la fábrica de quesos de mi padre.
• ¿A quién oyó por
vez primera?
• A Aureliano Pertile
en <Otello> y le envidie admirándole.
• ¿Existia ya su
esposa en su pensamiento?
• No-interviene
ella-, yo aparecí cuando Carlo volvió de un campo de concentración y al entrar
en Busseto, Parma, país de Verdi, la primera persona que vio fue a mí y le
dije<¡¡Chao!!>
• Y flechazo.
Al día siguiente nos encontramos en un baile y veinticuatro
horas después a mama si le daba permiso para prometerse. Cuatro años más tarde
nos casamos. Tenemos dos <bambinos>
• ¿Usted no canta,
señora?
• Nunca me he probado
la voz; pero todos los días le hago observaciones a Carlo y los perfecciona; lo
oigo desde el camarín o entre bastidores. Este año ha actuado en noventa y seis
funciones; su trabajo es agotador.
• ¿Quién decide los
contratos?
• Los dos.
• ¿Quién fija los
precios?
• Los dos.
• ¿Quién canta?
• Mi marido.
• ¿Su repertorio,
Carlo?
• Cuarenta y cinco
óperas.
¿La que cantó más?
• <Aida>,
<Trovador>, <Forza del destino>, <Tosca>…
• ¿Su régimen?
• Nada de salsas
picantes- dice ella-, ni alcohol, ni tabaco y a las diez o diez y media de la
noche a acostarse.
• ¿Disciplinado?
• Si- ella sigue con
la palabra-, pero le tengo por las riendas y no le dejo escapar.
• ¿Recibe muchas
cartas de admiradoras?
• Sí, las leo yo y se
las doy a leer a él.
• ¿Todas?
• Sí
• ¿Lo cree usted,
Carlo?
• Si lo dice ella.
• ¿No le molesta,
señora, que admiren a su marido?
• Admiran su voz, no
su persona; si creyese que admiran a él seria celosa; porque yo adoro a mi
marido y quiero que todo él sea para mí.
• Carlo, su mujer
dice que admiran solo su voz, ¿Usted lo cree?
• Lo dice ella y es
verdad y yo amo a la familia y mi mujer tiene razón para obligarme a acóstame a
las diez de la noche cuando no hay ópera; sino ¿cómo iba a cantar noventa y
seis funciones en un año?
• ¿Se priva de muchas
cosas?
• La vida del artista
es un sacrificio.
• Aún es más
sacrificio ser la esposa del tenor- protesta ella.
• ¿Le oye todo?
• Todo.
¿Canta en casa?
• Sí, y me gusta.
Ya es amor
DEL ARCO
GIUSEPPE VERDI
ESCENA DE AIDA
CARLO BERGONZI
Os voy a poner un fragmento de una grabación de Aida que se cantó en vivo desde Nápoles, del año 1954, que para mí es fabulosa, cantando Anita Cerquetti y el barítono Giangiacomo Guelfi, podemos decir que fue un momento sublime por ambos cantantes, fue de tal el realismo y la pujanza que exhibieron en este fragmento, que el público estalló en aplausos y gritos pidiendo que fuera repetido, el director Gabriele Santini, se opuso a ello y oiréis los silbidos y los gritos de desaprobación que le arremetieron al director. Son cosas que pasan en un directo.
AUDIO - Aida –A.Cerquetti- G.G.Guelfi – “Ciel mio padre” (Napoli 1954)
ARTURO TOSCANINI
AUDIO – Aida – Toscanini- Ensayos de Aida -1949
Ahora oiremos el “addio, adió,” seguido del
recitativo “Ella mi fu rapita” y del aria
“Parmi veder
AUDIO - Rigoletto – G.
D´Angelo – A. Kraus- “Addio, addio – Ella mi fu rapita”
AUDIO -Rigoletto – Gianna
D´Angelo – “Caro nome “
GAETANO DONIZETI
AUDIO Lucia – Gianna D´Angelo – “Escna de la locura “
ALFREDO KRAUS
AIDA (Verdi) Jueves 27 noviembre 1958
Director Ángelo Questa, con Anita Cerquetti, Carlo Bergonzi,
Fedora Barbieri, Anselmo Colzani, Ferruccio Mazzoli.
El Jueves 27 de
Noviembre, tempranito ya estábamos, Manolo Polo, Enrriquito y mi persona tomando café en el bar de la estación y esperando
que se hiciera la hora para meternos en el correspondiente vagón par que nos
llevara a Barcelona, la suerte que teníamos es que, en el viaje dormíamos mucho
y se nos hacia el viaje más llevadero. El viaje era muy monótono y ya cuando
estábamos llegando ya nos entraba un gusanillo por el estómago y nos poníamos
nerviosos. La mente la teníamos en la voz de Carlo Bergonzi, lo conocíamos
por algunos discos que le habíamos
escuchado y nada más. Los tres, siempre hemos sido unos grandes admiradores de
este grandísimo tenor.
Pensad que en
aquellos años no existía el internet y lo poco que sabíamos de los cantantes
era del boca a boca de aficionados y algún disco que podíamos comprar en
algunas tiendas especializadas
A Carlo Bergonzi, le
conocía como era su voz gracias a un disco que tenia del que cantaba varios fragmentos de ópera, y de
la Anita Cerquetti, sí que la conocía por su Norma que acababa de verla anteriormente.
Ahora por el tiempo que ha pasado y gracia a YouTube, hemos descubierto un
filón de voces que en aquellos tiempos eran impensables. Yo reconozco que
gracias a internet me he puesto al día, eso sí, me ha servido mucho, el haber
conocido a cantantes de aquella época que los vi actuar en vivo.
La Aida que vi en
el Liceo fue muy bien cantada por todos sus personajes. Anita Cerquetti estuvo
inconmensurable, a pesar del crítico de la Vanguardia. Carlo Bergonzi era la
primera vez que lo veía y quedé impresionado, canta con una gran facilidad y su sonoridad clara y
penetrante hacía que su voz apareciera ágil y muy bien timbrada. Hoy en día
está considerado por gran parte de la crítica como uno de los tenores que mejor
interpretó a Verdi. Os voy a poner
varios fragmentos por Carlo Bergonzi y Anita Cerquetti.
CARLO BERGONZI
AUDIO - Aida – Fedora Barbieri
– Acto II escena 1)
Para que sepáis
como era la voz del barítono Anselmo Colzani, he encontrado en YouTube, una
grabación en directo del Año 1966 desde la Arena de Verona, en el fragmento que
pertenece a la entrada de los esclavos, siendo como protagonista al rey de
Etiopia Amonarso. Cantan Carlo Bergonzi,
Leyla Gencer, Fiorenza Cossotto y Franco Pugliese, bajo la dirección del
maestro Franco Capuana. Par mi es una grabación de vídeo muy aceptable y con un
buen sonido. Aquí se demuestra la calidad de las voces que había en aquellos
años.
ANSELMO COLZANI
Os voy a poner un fragmento de una grabación de Aida que se cantó en vivo desde Nápoles, del año 1954, que para mí es fabulosa, cantando Anita Cerquetti y el barítono Giangiacomo Guelfi, podemos decir que fue un momento sublime por ambos cantantes, fue de tal el realismo y la pujanza que exhibieron en este fragmento, que el público estalló en aplausos y gritos pidiendo que fuera repetido, el director Gabriele Santini, se opuso a ello y oiréis los silbidos y los gritos de desaprobación que le arremetieron al director. Son cosas que pasan en un directo.
AUDIO - Aida –A.Cerquetti- G.G.Guelfi – “Ciel mio padre” (Napoli 1954)
Oiremos el final de
la ópera el “Addio o Terra” con Renata
Tebaldi y Carlo Bergonzi-
AUDIO - Aida – C. Bergonzi – R. Tebaldi – “Addio o Terra” final ópera
ARTURO TOSCANINI
Seguidamente os voy
a proponer una grabación en VIDEO, considerada como histórica, en versión de
concierto con la orquesta NBC y coros Robert Shaw, estando dirigidos todos ellos por Arturo Toscanini, grabado el año 1949, con un
reparto estelar, podríamos decir que eran los cantantes fijos del Metropolitan
en aquellos años, personajes e interpretes: Richard Tucker (Radames), Herva Neill (Aida), Eva Gustanson(Amneris), Giuseppe
Valdengo, Norman Scott, V. Alesandri. T. Stich Randal.
Aprovecho estos
momentos que os voy a poner esta audición de la ópera Aida, siendo
director el maestro Arturo Toscanini, para haceros unos comentarios y
poneros unas anécdotas que tengo escritas en el año 1965,
cuando una de las entrevistas que hice a mi amigo señor Smith, (Tramoyista del
Metropolitan de New York) hablándome sobre dicho director: me decía que era un
espectáculo el verle dirigir los ensayos de algunas de sus óperas. Siempre estaba
a gritos con los profesores de la orquesta, tenía mucha energía, era muy impetuoso
y perfeccionista, me comentaba que tenía, al encargado de revisar las
partituras, un tal Donal, “el pobre lo llevaba por la calle de la amargura” y
con los profesores siempre estaba
chillándoles. Y cuenta el señor Smith que una vez en un ensayo de la ópera
Aida, donde actuaba la soprano Zinka Milanov (era sabido por todos, que tenía
relaciones con esta cantante), en uno de los momentos, la cantante Zinka
Milavov, se dirigió al director y le dijo
< -¡¡Arturo!! estas notas ¿las debo de dar con más suavidad? – Y Toscanini le espeto
con un grito ¡¡Arturo en la cama, aquí maestro ¡!> Como veréis genio y
figura hasta la sepultura. También, tenía la parte buena, me contaba el señor Smith, que tenía un buen
corazón, se sabía que era muy generoso con los músicos de la orquesta, cuentan
que uno de los profesores, de la orquesta NBC, que era algo chistoso, siempre tenía la sonrisa
en la boca, observo el maestro Toscanini, que dicho músico lo veía muy apagado
y serio, y le preguntó a su ayudante, ¿qué
le pasaba a dicho músico?, y el ayudante le dijo, que tenía enferma a su mujer.
Al acabar el ensayo se fue a casa de dicho músico, y con las amistades que
tenía el maestro Toscanini dio solución a la problemática y se dice que le dio
dinero para sufragar el gasto del hospital, recomendándole a este músico que no
lo comentara. Como os digo ¡¡Genio y
figura!!
También, me comento
el señor Smith, que Arturo Toscanini había
hecho celebre una frase que se hizo muy popular < Besé a la primera mujer y
fumé el primer cigarrillo el mismo día. Desde entonces no he tenido tiempo para
fumar.> Como podréis ver todo un
personaje.
Para mi es uno de
los grandes directores de orquesta que ha habido, era muy meticuloso y
perfeccionista y con una gran memoria.
Por los años, gracia a YouTube podemos ratificar todo lo que se ha
hablado de dicho maestro.
Antes de poneros
esta grabación antológica, quiero que oigáis un momento de los ensayo de
Toscanini, de la ópera <La traviata>, con la orquesta y así comprenderéis el “genio y figura” de este mítico director.
Ahora oiréis unas
pruebas de la opera < La Traviata>
Seguidamente veréis en versión de concierto la grabación de Aida con un reparto de aquellos tiempos: Orquesta NBC Symphony, director Arturo Toscanini, Herva Neill (Aida), Richard Tucker (Radames), Eva Gustavson (Amneris)), Giusepe Valdengo (Amonarso), Dennis Harbour (Faraone),Norman Scott (Ramfis)),Teresa Stich-Randall (Sacerdotista) y Virginio Assandri (Mensaggero). Comprobareis que esta grabación tiene un sonido espectacular. Otra versión de referencia.
CRONICA DE LA VANGUARDIA
AIDA
- (Verdi) Jueves 27 Noviembre 1958 Liceo
Reposición de <Aida>
Si no
la mejor- la superan, evidentemente, <Otello> y, sobre todo,
<Falstaff>- <Aida> es quizás la más popular de las óperas de Verdi.
Veces y veces ha sido representada en teatros grandes y chicos, apoderándose
siempre del gusto de esa masa de espectadores que encuentra en ella todos los
elementos y requisitos necesarios para
no sentirse traicionada. Verdi aportó a su <Aida> una música de
apasionada inspiración, de recio colorido ambiental egipcio, de amplia
sustancia emotiva, de recta interpretación del texto poético. Y dotó también a
la obra de oportunidades para que la espectacularidad tuviera manifestaciones
altamente sugestivas.
En la
presente ocasión la trágica historia de amor y de muerte de la esclava etíope,
sobre el fondo de la corte egipcia, ha sido presentada en el Liceo con las
garantías necesarias para que el interés no decayera y quedara asegurado el
éxito. De que la interpretación dejó más que satisfecho al brillantísimo
público que llenaba el Gran Teatro, fueron prueba incontestable las ovaciones y
bravos que se dieron en algunos momentos de la representación y luego al final
de cada cuadro y de los actos, descorriéndose la cortina reiteradamente en
honor de los cantantes y de los directores de orquesta, coro y escena.
Un
artista reclamaba especialmente la atención; Carlo Bergonzi, joven tenor
italiano, que actuaba por vez primera en el Liceo y venía precedido de
extraordinaria fama, conquistada en los
principales teatros líricos de Italia y los Estados Unidos. Cantante que
se remonta al registro alto con naturalidad, se apoderó prontamente de la
voluntad del auditorio. Fue un Radamés inteligente y fogoso, ovacionado ya con
la romanza <Celeste Aida> y acompañado por la fortuna en los <dúos>
y en todos los demás pasajes de la obra. En suma: un Radamés completamente <vincitor>.
La
soprano Anita Cerquetti, en el papel de protagonista, dio realce al nada fácil
personaje, animándolo con su incisiva y dramática voz, que quizá en ciertos
instantes de la romanza <Oh, patria mía> y el dúo con Radamés tuviera
alguna evidente inseguridad, pero que no empequeñeció el franco y caluroso
éxito de la artista.
Por
su parte la mezzo-soprano Fedora Barbieri ofreció una Amneris majestuosa como
actriz y desbordante de admirables recursos como cantante
El
barítono Anselmo Colzani prestó vigor lírico y dramático al papel de Amonarso,
y al de Rmphis aportó su voz robusta y su expresividad el bajo Ferruccio
Mazzoli. Otro bajo, José Le Matt, rodeo de bondades la parte del Rey, y Giuglio
Vidali y Teresa Batle completaron dignamente el reparto.
Preparado
por el maestro Gaetano Riccitelli, el coro cumplió de modo muy laudable. Orquestal mente, defendió la partitura el maestro Ángelo Cuesta, mostrándose
respetuoso con las leyes dictadas por Verdi, esto es, atento a los ritmos, a
las líneas melódicas y a las explosiones de apasionamiento..
En
los bailables, Aurora Pons, en primer término, y el conjunto, del que
descollaron Antoñita Barrera, Araceli Torrens, Jesús Duran y Miguel Navarro, se
ajustaron con toda eficacia a la coreografía ideada por Juan Magriña.
Los
decorados, de José Maestre Cabanes, sencillamente estupendos, contribuyendo a
la vistosidad espectacular, a la que atendió inteligente mente Doménico Messina,
el director de escena.
U.F. ZANNI
GIACOMO PUCCINI
TURANDOT (Puccini) 2 de diciembre 1958. Director Armando La Rosa
Parodi con Gertrude Grob-Prandl, Umberto Borso, Floriana Cavalli, Manuel Ausensi.
Ahora a esperar hasta el martes siguiente día 2 de diciembre, para ver la <Turandot>,
aquí hice yo solo el viaje, pues me cogí una semana de vacaciones (ya lo tenía
programado), en esa semana iba a ver, el
Martes, <Turandot>, el jueves repetir otra vez <Turandot>, el
sábado 6 de diciembre el <Rigoletto> y finalmente el domingo repetíamos <Aida>. Manolo Polo y
Enrriquito vinieron el sábado noche para ver el <Rigoletto> y el domingo
como ya os he dicho repetimos la <Aida>, con Anita Cerquetti y Carlo Bergonzi. De
vuelta a Alicante, y a esperar para el sábado 20 de Diciembre para ver Lucia di
Lammermoor con Alfredo Kraus y Gianna D´Ángelo y el domingo el final de la
temporada con <El barbero de Sevilla> con Victoria de los Ángeles.
Vayamos con la
representación de <Turandot>.
Esta ópera pude
verla dos veces. Os puedo decir que al cabo de muchos años, he visto muchas
representaciones de Turandot, en vivo, por video, por audio y os puedo
decir que bajo mi criterio personal,
Gertrude Grob-Prandl ha sido la mejor <Turandot> de todos los tiempos.
Birgit Nilsson está considerada como la mejor que ha interpretado dicho rol, yo
personalmente no la he visto personalmente cantar, sí, tengo grabaciones de ella y son
espectaculares, pero os puedo decir sin ninguna duda que la cantante austriaca Gertrude
Grob-Prandl es sin ninguna duda una de las mejores. Os explico: cuando yo la vi en el
Liceo, me causo una sensación impresionante, su voz llenaba el teatro, sin
ningún grito, con una potencia descomunal, dura y penetrante, para mí la mejor. Os diré que es una soprano dramática spinto, heroica,
como queráis llamarla, está especializada en las óperas Wagnerianas. Su timbre es duro y con
un vibra-to muy consistente. El tenor Umberto Borso no he encontrado nada de <Turandot>, en YouTube, pero os
puedo decir que estuvo muy bien, una voz
muy redonda y con muy buenos agudos, os comentaré que este tenor abordó la ópera
de Mascagni < Il piccolo Marat > con un gran éxito, con esto os
podéis imaginar la fortaleza de su voz y sus seguros agudos.
Al no poder
encontrar ninguna grabación por los cantantes que actuaron aquella noche, os
pongo la única que he encontrado.
Gertrude
Grob-Prandl, un fragmento de <Turandot>. “In questa reggia”
GERTUDE GROB-PRANDL
Voy a poneros una <Turandot> de estudio grabada en 1965 con la orquesta y coro de la Opera de Roma, estando dirigida por Francesco. Molinari-Pradell y con los interpretes y personajes: Briguitte Nilsson(Turandot), Renata Scotto (Liu). Franco Corelli (Calaf) y R. Giaiotti (Timur). He elegido esta versión porque considero que los citados cantantes aportaron a esta ópera legendaria un gran realce en sus interpretaciones vocales
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
TURANDOT
(Puccini) el 2 de Diciembre de 1958
Reposición
en el LICEO de <Turandot>, de Puccini
Con
la reposición de <Turandot>, la ópera póstuma de Giacomo Puccini, que fue
estrenada en la Scala de Milán el 25 de abril de 1926 bajo la dirección del
gran Toscanini, se ha rendido nuevamente en el Liceo merecido homenaje a la
memoria de quien ha querido un de los más genuinos representantes del teatro
lírico italiano. Tal vez por sus extraordinarias exigencias interpretativas y
de presentación escénica , <Turandot> no ha alcanzado el frecuente número
de representaciones que pudieran darle la popularidad de que otras obras
puccinianas se benefician, pero sus valores son de alta consideración, y el
tiempo lejos de aminorarlos les ha dado realce tanto, que en un prestigioso
crítico cinematográfico no ha dudado en aconsejar a los músicos jóvenes que
tengan algo que decir estudie y mediten sobre el Puccini del acto primero de la
ópera.
El
asunto de Adami y Simoni los libretistas bridaron a Puccini que esta obra no
era ciertamente nuevo en el teatro. Ya a fines del siglo XVIII se conoció una
<Turandot> dramática del poeta veneciano
Carlo Gozzi quien tomó de una fábula persa el material para su obra. El mismo
tema fue fuente de inspiración para diversos compositores como Blumenrqueder,
Russiger y Putlinger. Hasta Weber escribió para el drama <Turandot> de
Schiller unas ilustraciones musicales de las que la <obertura> permaneció
otrora en los programas de los conciertos.
Puccini
concedía al libreto de las óperas una importancia muy considerable. Imponía a
sus, colaboradores según informan los biógrafos, múltiples modificaciones antes
de aceptar el trabajo que le presentaban. Se preocupaba del ambiente general de
la obra, de la atmósfera de cada acto, del lugar que debían ocupar los
desarrollos musicales y de sus proporciones, así como de los contrastes entre
ellos, a fin de que no se perjudicaran mutuamente y que no dejaran en el oyente
ninguna impresión de monotonía o que, por su amplitud, llegaran a producir
fatiga. Se preocupaba también de la progresión de las escenas y de la necesidad
de que el telón pusiera término a un momento de impresionante efecto o de la
máxima emoción. Considérese, pues, a cuantas modificaciones hubieron de
someterse Simoni y Adami para el libreto de «Turandot» cuya partitura Puccini, arrancado
a la vida por un terrible mal de garganta, no pudo dejar por completo acabada,
encargándose de terminarla el maestro Franco Alfano, quien para su labor utilizó
elementos musicales que Puccini tenía ampliamente esbozados.
Sobreponiéndose
a cualquier reparo que pudiera hacerse, «Turandot» demuestra de manera inconclusa
que Puccini ni era un gran músico de teatro. Su música es la de un artista que
conocía y respetaba las leyes del género a que su genio le arrastraba: leyes
muy sencillas y poco numerosas, pero más
fáciles de delimitación que de aplicación.
El
compositor no ignoraba la necesidad de renovarse en los procedimientos y a ello
evidentemente tendió, buscando avances en la técnica armónica y en la
presentación de los temas melódicos. Quizá este esfuerzo reste espontaneidad y
homogeneidad a la obra, pero las cualidades, la personalidad y la variada
inspiración del músico se manifiestan fulgurantes
Esta
nueva edición de «Turandot» en el Liceo se ha hecho acreedora a los más
efusivos elogios pues se benefició de una interpretación irreprochable.
Del
difícil papel de protagonista, la princesa que tenía la manía de hacer
decapitar bonitamente a cuantos la solicitaban como esposa y no descifraban los
tres enigmas que ella les presentaba, estaba encargada la soprano alemana
Gertrude Grob-Prandl, de quien se guardaba un gratísimo recuerdo como
intérprete wagneriana y de «Fidelio», de Beethoven. En «Turandot» realizó
anoche una labor brillantísima, poniendo al servicio de su personaje, talento,
distinción, justeza de actitudes y una voz llanamente remontada a las regiones
agudas.
En
la parte de Calaf «el príncipe desconocido», el tenor
Umberto
Borsó mostró un excelente arte del canto y no menos encomiables cualidades de
actor. Liú, la pequeña esclava enamorada, personaje por el que Puccini sintió
singular atracción, halló en Floriana Cavalli una intérprete muy laudable por
sus medios vocales y su sentido dramático.
El
barítono Manuel Ausensi quien esta
temporada no había aún actuado, y los tenores Esteban Recaséns y Bartolomé Bardají
dieron simpático relieve a las intervenciones de los tres ministros de
«Turandot».
Diego
Monjo. José Le Matt y Juan Rico cumplieron en los papeles episódicos. Estupendo
el coro, cuya misión es de gran trascendencia y que el maestro Riccitelli ha preparado
óptimamente y muy bien la orquesta, dirigida con cuidado y energía por el
maestro Armando La Rosa Parodi. La parte espectacular quedó atendida en todos los detalles por el director de
escena, Doménico Messina. El público, que una vez más llenó el teatro, ovacionó
larga y entusiásticamente a los artistas y al maestro La Rosa Parodi.- UF.ZANNI
GIUSEPPE VERDI
RIGOLETTO
RIGOLETO (Verdi) sábado 6 de
diciembre 1958. Director Ángelo Cuesta con Gianna D´Ángelo, Alfredo Kraus,
Raimundo Torres. Lola Pedretti y Ferruccio Mazzoli
El
sábado 6 de diciembre, me encontré en la
puerta del teatro con mis dos compañeros que venían desde Alicante, y les puse
en antecedente de las dos funciones que había visto de <Turandot>. Ahora
tocaba ver el <Rigoletto> por Gianna D´Ángelo y Alfredo Kraus.
Expectación
había mucha, nosotros ya sabíamos de lo maravillosa que era Gianna D´Ángelo
pues recordar que la temporada pasada la vimos con esta misma obra y fue una
actuación modélica, ahora tocaba espera a ver como Alfredo Kraus abordaba el
rol de Duque de Mantua. En mi “diario”
le pongo su actuación, < apoteósica de la pareja>. Bien, por el tiempo de
los años y de comentarios de muchos aficionados he llegado a la conclusión que
dicha representación, si fue muy buena pero la dichosa cabaletta que tiene que
cantar Kraus no la cantó, en aquella época no solían cantarlas, bien porque el
director de la orquesta, no le apetecía, y de acuerdo con el tenor
correspondiente no la interpretaban. Si
os fijáis en la mayoría de las grabaciones y actuaciones en directo no suelen cantarlas.
Lo inaudito de todo este comentario es
que el maestro Giuseppe Verdi, siempre ha comentado que todas sus obras, que están escritas para tenor, no tienen que tener
ningún problema pues en el pentagrama no hay ninguna nota que un tenor no pueda
ejecutarla. El ejemplo está en la opera del Trovador, en la tan temida “La pira” que
su nota no llega al do de pecho, pero por el tiempo ha habido cantantes que le han puesto el “do” y encima
con calderón, cosa que en la partitura real de Verdi no existe. Otro ejemplo es
el “Se quel guerrier Io fossi” de la ópera <Aida>, su do de pecho final
no es con calderón, más bien es dar el agudo
y cortarlo rápidamente. Son detalles que incluso los mismos cantantes se
complican la vida ellos mismos. En las dichosas cabalettas, se podrían cantar todas pues están escritas de
una manera que si el cantante estuviera bien preparado no tendrían ningún
problema, puesto que Verdi en ese
aspecto cuidaba mucho a las voces. Sin embargo Verdi lo que no hizo bien es el
tratamiento de la voz de tenor y
soprano, cantando un rol donde en muchas óperas se requiere, tenor lirico y un
tenor spinto o dramático, o una soprano
lirica y en la misma ópera dramática. Un ejemplo en la ópera <La Traviata>
se requiere dos tipos de tenor y soprano, para salvar el personaje
correctamente, ahí sí que sé, que muchos tenores y muchos críticos no han estado de acuerdo
con el maestro Verdi.
El
Rigoletto que se cantó aquella noche, en
regla generales estuvo bien, la lastima fue que el barítono Raimundo Torres,
estaba mermado de facultades, debido a un proceso gripal. Antes de empezar la
función ya se sabía por el público, que
no estaba en condiciones. Kraus y D´Ángelo
hicieron una representación de gran categoría.
No
he encontrado ninguna grabación de aquella noche, nos conformaremos con unas
grabaciones que cantan juntos dicha pareja.
ALFREDO KRAUS
ALFREDO KRAUS
Finalmente oiremos el cuarteto que cantan Gianna
D´Ángelo, Alfredo Kraus, Aldo Protti y B.Ronchini
AUDIO – Rigoletto – “Cuarteto”Alfredo Kraus, B Ronchini,
A. Protti G. D‘Ángelo –
Y
ahora os voy a poner una grabación en
vivo desde el Teatro Bellas Artes de Méjico, que se efectuó el 17 de Junio de
1952, con un elenco estelar, siendo los interpretes y pesonajes :María Callas (Gilda), Giuseppe di Stefano (Il duque de Mantua), Piero Campolonghi (Rigoletto) Ignacio Ruffini (Sparafucile), Maria Teresa Garcia (Magdalena) Gilberto Cerda (Il conte di Monterone), Carlos Sagarminaga(Matteo Borsa) Edna Patoni(La Contesa di Ceprano) y Humberto Mugnai dirigiendo la Orquesta del Palacio de Bellas Artes de México.
Mañana
domingo íbamos a repetir la <Aida> que vimos el mes pasado a Carlos Bergonzi y Anita Cerquetti. Aquí se
acababa mis pequeñas vacaciones que por cierto fueron muy rápidas pero muy
fructíferas. Ahora toca esperar para el
sábado 20 y Domingo 21 que tenemos para
nosotros el final de la temporada 1958-1959, con las representaciones de Lucia
di Lammermoor y El Barbero de Sevilla, dos platos fuertes.
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
RIGOLETTO
(Verdi) ALFREDO KRAUS, GIANNA D´ÁNGELO Y RAIMUNDO TORRES. Sábado
6 diciembre 19
LICEO
- Reposición de «Rigoletto»
Tan
frecuentes son las apariciones en el Liceo del personaje que Víctor Hugo idear
para su «Roi s´amuse» y que Piave convirtió en Rigoletteo para el libreto de la
ópera de Verdi, que casi no se comprende una temporada sin que nos visite el
atribulado bufón. Después de todo, bien venido sea <Rigoletto>, porque es
obra que con sus ciento cincuenta y siete años a cuestas —se estrenó en Venecia
el 11 de marzo de 1851— conserva aún cierta gallardía y no hace mal papel en
nuestro Gran Teatro, donde, por otro lado, sirve para aquilatar méritos de los
artistas encargados de darle vida escénica.
Es sobradamente
sabido, y de tan sabido, olvidado, que el libro de «Rigoletto>, antes de ser
dada a conocer la obra al público, hubo de sufrir no pocas modificaciones, unas
impuestas por el criterio propio de la época, en la que había de parecer escandaloso llevar a la escena un
rey de costumbres libertina, y otras dictadas por las susceptibilidades de una
censura particularmente adicta a la Corte de Viena. Pero todo quedó arreglado,
y la ópera fue estrenada en el veneciano teatro, La Fenice, en la fecha
indicada más arriba, obteniendo un éxito clamoroso. Hubo aplausos
fragorosísimos y vivas a Verdi, que entonces simbolizaba la independencia italiana,
no sólo por su ardiente patriotismo, sino también porque las letras de su
apellido eran las iniciales de Vittorio-Emanuéle Re d’Italia.
Hoy,
cuando las tendencias de la, ópera parecen alejarse de la pura tradición
italiana, «Rigoletto» pudiera parecer tal vez un mediocre drama romántico
aderezado con una música de evidentes desigualdades. Mas el genio de Verdi no
se halla ausente de la partitura, innegable reflejo de psicologías, sentimientos
y pasiones.
Con
«Rigoletto», volvía anoche al escenario de sus grandes triunfos Raimundo Torres,
el excelente barítono español, a quien los constantes compromisos en el
extranjero tienen alejado de Barcelona; pero, apenas aquí llegado, la picara
gripe ha hecho presa en él, y ayer antes de comenzar el acto tercero, hubo de solicitar,
por mediación de un servidor, de la Empresa, la benevolencia del público, que
no le fue negada. Raimundo Torres es cantante de escuela y de recursos, y
sobreponiéndose a la enfermedad que le aquejaba, logró realizar una labor que
no dejó de ser satisfactoria. Desde luego, demostró comprender y entender bien,
muy bien, el personaje de Rigoletto, al que aportó estimabilísimas cualidades,
de las que descolló la fina inteligencia dramática. Dijo más que correctamente “el
monólogo «Pari siamo> y sostuvo sin aparente fatiga las difíciles escenas
del acto tercero, llegando a la «vendetta» de modo que se otorgaron
incondicionales aplausos. El tenor
Alfredo Kraus, otro artista español, también aguardado con interés vivísimo,
pues de él se tenían las mejores referencias, produjo una impresión altamente
grata. Su voz, empleada, con artística seguridad, sonó siempre, adecuadamente
matizada. Cantó con desenvoltura la baladita del primer acto, se vio acompañado
por la fortuna en el dúo del segundo, tuvo convincentes acentos en la romanza
<Parmi veder le lagrime> y se vio obligado a bisar la segunda estrofa de
la archipopular «La donna e mobile», aquella canción que Verdi, seguro de que
una simple audición bastaría para retenerla en el oído y luego repetirla,
impuso para los ensayos en Venecia la prohibición absoluta de que asistieran
curiosos, y extraños.
De la
soprano ligera Giana D’Angelo, estaba aún vivo el recuerdo de su éxito como
intérprete del papel de Gilda, éxito .que anoche refrendó con su voz dulce,
ágil y apta para toda clase de adornos. Expresiva en los dúos, se superó en el
«Caro nome», donde sin esperar al final de la página, el punto de verdadero
compromiso el auditorio le tributó una ovación estruendosa.
Óptima
Magdalena fue la mezzo-soprano Lola Pedretti, no desdijo en méritos, como
Sparafucile, el bajo Ferruccio Mazzoli, y en los demás papeles se portaron
correctamente Josefina Navarro, Juan Rico, Eduardo Soto, María Teresa Pujol,
José. Manuel Bento, José Farré y María Teresa Casavella. El coro,
inteligentemente preparado, como siempre, por el maestro Gaetano Ricettelii, se
portó bravamente. En la dirección orquestal, el maestro Nino Verchi puso calor,
cuidado y precisión de estilo. Teatro llenó y brillante, y aplausos
fervorosísimos, intensificados a la conclusión de los actos, obligando a
descorrer la cortina muchas veces en honor de los principales artistas y del
maestro Verchi. — U, F. ZANN1.
GAETANO DONIZETI
LUCIA DI LAMMERMOOR (Donizetti) Diciembre 1958 – Director Nino
Verchi, con Gianna D´Ángelo, Alfredo Kraus, Manuel Ausensi y Marco Stefanoni.
La verdad es que
nos quedamos prendados de los dos
protagonistas de esa noche. En mi “diario” pongo la palabra “inenarrable”. Y
por el tiempo sigo pensando, que no he visto
cosa igual. Son dos voces excepcionales,
hay muy buenos intérpretes de Lucia di Lammermoor, pero lo que vivimos esa
noche fue algo increíble, estos dos cantantes ya eran famosísimos en el
Metropolitan de New York, y nosotros tuvimos la
suerte de verlos en su mejor momento.
Los fragmentos que
os voy a poner, reflejan lo mismo que se cantó aquella noche, inolvidable para
mí.
GIANNA D´ANGELO
Después de esta magnífica interpretación
escucharemos < Spargi d´amero pianto
> y como oiréis esta para “enmarcar
ALFREDO KRAUS
Escuchar atentamente
esta versión de “Tombe degli avi mei” con una forma de lanzar su voz ¡!impresionante!!
AUDIO - Lucia – Alfredo Kraus
– “Tombe degli avi miei “
Aquí podéis ver un
video del final de Lucia di Lammermoor con una interpretación de “libro”
Seguidamente os voy
a proponer la grabación histórica que se
cantó, en Berlín el año 1955 con la orquesta sinfónica de RIAS y coro de la
Scala de Milán con dirección de Herbert Von Karajan y siendo sus intérpretes y personajes: María
Callas, Giuseppe di Stefano, Rolando Panerai y Nocola Zaccaria. Noche
inenarrable, tuvieron que bisar el sexteto. Una grabación que el buen meló mano
debe tener en su casa
TEATRO OPERA DE BERLIN
CRONICA DE LA VANGUARDIA
LUCIA
DI LAMMERMOOR (Donizetti)
14 diciembre
1958
Con
la reposición de la otrora famosa «Lucia», de Donizetti, entrábamos anoche en
la última etapa de ópera italiana en el Liceo, donde están previstos otros
ciclos igualmente interesantes.
Según
es sabido, «Lucía» fue representada por vez primera el 26 de septiembre de
1835, en el Teatro San Carlos, de Napóles, teniendo por protagonista a Fanny
Tacchirdi Persianí, soprano de dulcísima, ágil y extensa voz. Los fanatismos
que entonces despertó la ópera de Donizetti se renovaron en el Teatro Garlo Felice,
de Genova, el año 1836; en Parma y otras ciudades italianas seguidamente, y en
el Teatro Re, de Milán, el 3 de junio de 1837. No tardó en pasar al extranjero,
representándose en Viena durante el carnaval de 1847 y pocos meses después en
el Teatro Italiano, de París. Al Liceo llegó el 15 de septiembre de 1849,
habiendo sido puesta en escena, con la de ayer, 207 veces.
El
libreto, inspirado en la novela «The Bride of Lammermoor», de Walter Scott, se
debe a Salvatore Cammarano, y se dice que Donizetti lo músico en un mes. El
napolitano Cammarano escribió más de cincuenta libretos de ópera para una
quincena de compositores, entre ellos Verdi. El de «Lucia», aunque contiene
elementos románticos aptos para conmover, resulta incoherente y no puede, ciertamente,
estimarse como modélico; pero Donizetti era poco exigente y se contentaba con
lo que los mediocres poetas de entonces podían ofrecerle.
Con
tan inconsistente libreto, drama de amor y de locura, y con las huellas del tiempo
en el rostro, no son muchas las admiraciones que «Lucía» es hoy capaz de
despertar. Se estimará, si, el concertante, página que descuella, soberana, de
la partitura, y se apreciará la perfección de la escritura vocal; pero
Donizetti ha de antojársenos ahora, a través de su «Lucia», armónicamente pobre,
y débil y monótono en los acompañamientos.
El
interés de la representación de anoche radicaba, pues, en la interpretación,
que fue, digámoslo desde luego, muy laudable.
La
soprano ligera Giana D’Angelo, refrendó el éxito alcanzado en «Rigoletto»,
presentando una Lucía cuyas agilidades vocales hicieron las delicias de los
oyentes, como las hubiera hecho de nuestros antepasados. Fue una protagonista
excesivamente cohibida desde el punto de vista dramático; pero de voz cristalina,
dúctil y extensa, que brilló sobre todo en la escabrosa escena de la locura,
donde su extraordinario virtuosismo vocal, cuajado de notas perladas y de
sobreagudos, despertó en la sala un ardoroso entusiasmo, viéndose obligada la
artista a saludar infinidad de veces.
También
reafirmó su triunfo de «Rigoletto» el tenor Alfredo Kraus, que en el romántico
papel de Edgardo, mostró un canto juvenil e incisivo, haciéndose constantemente
aplaudir, de modo muy señalado en la «cabaletta» «Tu che a Dio spiegasti l’ali».
En la
poco simpática parte de Enrico, el barítono Manuel Ausensi supo delinear,
especialmente en las primeras intervenciones, con estimables cualidades líricas
y dramáticas, los rasgos esenciales de un personaje que es el clásico traidor
de melodrama.
El
bajo Marco Stefanoni, que hizo de su Raimondo una figura de relevante plano; Diego
Monja, Aída Ricci y Esteban Recasens completaron lucidamente el reparto.
Bien
los coros, instruidos, por el maestro Riccitelli, y meticulosamente cuidado el
movimiento escénico por Pablo Civil, quien estuvo especialmente acertado en las
agrupaciones de las masas.
De
grato efecto, si no de absoluta propiedad, las decoraciones, de Sormani, de
Milán.
Atento
y experto director, el maestro Nino Verchi logró que la orquesta sonara equilibradamente
y que siguiera con relativa docilidad a los cantantes. Para éstos, para e!
mismo maestro Verchi, para Pablo Civil y para el maestro Riccitelli hubo
reiteradas llamadas a la conclusión de los cuadros. Muy laudable. El teatro
lleno.
U.F. ZANNI
Mañana domingo
última función para nosotros de la temporada. No me podía quejar, ha sido
fantástica. Pienso y medito, y me doy cuenta que he sido un afortunado. Ahora
en la actualidad (2017) es
imposible encontrar estas voces, y que sepáis
no me ciega la pasión, si de verdad, sois aficionados a la ópera, estaréis de
acuerdo conmigo, con ello no quiero
decir que en estos años no hayan cantantes que lo hagan bien, la realidad es
que en calidad de voces se superan a los de esta actualidad, lo que si me
atrevo a deciros es que teatralmente y artística mente , los cantantes de hoy en
día están mucho más preparados que los de la anterior época; pero lo que es la
calidad de voces, hay que reconocer que antiguamente había más calidad y más
cantidad. Como siempre es una opinión
muy personal.
JOAQUINO ROSSINI
EL BARBERO DE SEVILLA (Rossini). Director Ángelo Questa, con
Victoria de los Ángeles, Rolando Panerai, Agostino Lazzari, Marco Stefanoni y
Cario Badioli
Ultima función de
la temporada para nosotros. Fue un, < Barbero de Sevilla> de auténtico
lujo. Ya sabemos que el rol de Rosina está escrito para mezzosoprano, pero la realidad es que lo
abordan cantantes con voz de soprano ligera y a mi particularmente me gusta.
Victoria de los Ángeles lucio su buen hacer y nos hizo disfrutar con su
ingenuidad y su timbre de voz mucho toda la noche. El barítono Rolando Panerai,
saco todo su repertorio vocal y fascinó a todo el público menos al crítico, de
la Vanguardia, que siempre saca su criterio negativo, no estando de acuerdo con
el señor ZANNI. Son criterios y hay que respetarlos, pero ahí queda dicho.
En reglas generales
gran éxito de Victoria de los Ángeles,
Os voy a poner
por Rolando Panerai la cavatina de esta singular y famosísima ópera de
Rossini, a continuación el aria de Rosina “Una voce poco fa” con la legendaria
Victoria de los Ángeles.
ROLANDO PANERAI
AUDIO - El Barbero –Rolando
Panerai – “Largo al factótum “
VICTORIA DE LOS ÁNGELES
AUDIO - El Barbero – Victoria de los Angeles -“ Una voce poco fa”
Ahora os voy a
proponer una grabación en AUDIO, de estudio, del año 1956 con un reparto excepcional donde nos encontramos con estas voces en plenitud de facultades. Orquesta de la Scala de Milán estando dirigida por Carlo Maria Giulini y con los siguientes interpretes y personajes: Maria Callas (Rosina), Tito Gobbi (Figaro), Luigi Alva (El conde Almaviva), Melchiore Luise (Bartolo), Ana Maria Canali (Berta), Lierluigi Latinucci (Fiorello) y Giuseppe Nessi (Un oficial)
CRONICA DE LA VANGURDIA
CRONICA
DE LA VANGUARDIA DE LA OPERA IL BARBIERI DI SEVIGLIA (Rossini) 14 diciembre
1958
LICEO – Triunfal
reposición de Victoria e los Ángeles con el <Barbieri di Siviglia>
(Rossini)
Noche
de júbilo, la de ayer, en el Liceo. Nada menos que Victoria de los Ángeles, la
ilustre diva española, abriendo un paréntesis a sus clamorosos triunfos en el extranjero, volvía al Gran Teatro para ofrendar
el ansiado regalo de su arte. Huelga decir que Barcelona entera acudió a
escuchar a la famosísima cantante, que, para esta su esperada y deseada reaparición;
eligió «El barbero de Sevilla», ópera de Rossini, que aquí interpretaba por vez
primera.
En la
época de la creación de «El barbero de Sevilla» —Teatro Argentina, de Roma, el
20 de febrero de 1816— critico hubo que restó méritos a la ópera, señalando sus
sensibles semejanzas con la música de Cimarosa; pero ni Cimarosa ni Paisíello,
Mayer y Paér, a quienes también se hubiera podido citar, perjudicaban al «Barbero»
rossiniano, obra maestra superviviente de un tiempo muy lejano, y que aún hoy
se admira sin reservas, porque por su estilo, su brillo y su gracia, supera en
valores a no pocas producciones contemporáneas suyas. Ya cuando el año 1822
Rossini visitó a Beethoven en Viena, las primeras palabras que salieron de labios
del colosal músico de Bonn, que en su rostro reflejaba la profunda melancolía
por la cruel sordera que le aquejaba, fueron: «¿Ah, sois Rossini, el autor de
«El barbero de Sevilla»? Me congratulo con vos, porque mientras existan teatros
donde se representen óperas italianas, vuestro «Barbero» vivirá.».
De
los incidentes que determinaron el fracaso de la ópera cuando su estreno en Roma,
fracaso prontamente convertido en ruidoso éxito, se ha hablado ya repetidamente
en estas crónicas, y no es cosa de rememorarlos. Hemos, pues, de limitamos a
hablar de la interpretación actual, que es lo verdaderamente interesante.
El
papel de Rossina estaba primitivamente destinado a una contralto; la bolonésa
Giorgi-Righetti que poseía espléndidas notas graves. Después hizo presa en las
sopranos ligeras, seducidas por las ocasiones de realizar florituras brillantes
y aún de añadir acrobacias vocales. La Patti, la Malibrán, María Barrientos y Elvira de Hidalgo
podrían ser citadas en esta oportunidad. Conviene, sin embargo, advertir que
las <vocalisas> de Rossini, lejos de ser ejercicios más o menos
penosamente ejecutados, constituyen bordados esenciales al tejido melódico,
completando el fraseo, la expresión. La cantante deberá, por tanto, evitar la
monotonía de la mecánica vocal y considerar que sólo la expresión da en este
caso el sabor de la sensibilidad.
A
estos requisitos se atuvo anoche principalmente Victoria de los Ángeles, que
fue una Rosina caracterizada por la intención, la ingenuidad, las amorosas
travesuras que el personaje exige. Su voz, de nitidez fascinadora; su proteico talento
y sus prodigios vocales y escénicos arrebataron a los espectadores, que
ovacionaron a la ilustre artista en la «cavatina» «Una voce poco fá» y en otros
diversos pasajes, muy especialmente en la escena de la lección de música, donde,
respetuosa con Rossini, cantó el aria de «La inútil precaución», original de la
partitura, que algunas cantantes sustituyen por páginas de simples acrobacias.
El
barítono Rolando Panerai, encargado del papel de Fígaro, dio una velocidad verdaderamente
vertiginosa a la «cavatina» «Largo...al factótum della cittá», rematándola,
además, con uno de los calderones que deben ser desterrados del Liceo. Sin
embargo, se apreciaron la calidad de su voz, la precisión del fraseo y la
vitalidad interpretativa.
El
tenor Agustino Lazzari, no más que discreto Almaviva, se hizo aplaudir en el
aria «Ecco ridente ín cielo», voluntariosamente expresada.
Don
Basilio tuvo una afortunada encamación en el bajo Marco Stefanoní, quien aportó
al personaje un canto robusto y una comicidad de seguro efecto, la cual no
faltó tampoco, en la parte de don Bartolo, al buen caricato Cario Badioli
Lola
Pedretti y Diego Monjo completaron dignamente el reparto.
Por
lo que se refiere al maestro Ángelo Questa, justo es reconocer que su dirección
orquestal, aunque tendente a precipitar los movimientos, resultó, en general,
eficacísima, logrando del conjunto instrumental acentuado colorido. Se le aplaudió
mucho después de la sinfonía —en los tiempos de Rossini no se hablaba de
oberturas— y luego compartió con Victoria de los Ángeles y demás principales cantantes
los honores del palco escénico. – U.F.ZANNI
Aquí se pone final
a esta grandísima temporada. Esperemos que la próxima temporada se asemeje a la
que hemos vivido 1958-1959
.
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