jueves, 7 de septiembre de 2017

TEMPORADA 1972-1973



                       Temporada 1972-1973 del Liceo


Última actuación en el Liceo de Bernabé Martí en Il tabarro .

Temporada 1972-1973 del Liceo
Ópera
Compositor
Director musical
Director de escena
Papeles principales
Producción
Fechas
noviembre
enero
diciembre
28 de diciembre
1 al 6 de enero
enero
enero


                                                       
                                                                                        FRANCESCO CILEA

                                           
ADRIANA LECOUVREUR (Cilea) Inauguración temporada 7 noviembre 1972. Director Masini, con Montserrat Caballe, Jose Carreras, Bianca Berini.
Todo en la vida tiene un principio y un final, ya está todo decidido, me refiero a lo referente a mi trabajo que os relataba en las  últimas líneas de la temporada 1971-72. Esta es mi última temporada que voy a asistir en el Gran Teatro del Liceo. Para el verano de 1973  ya tengo que estar incorporado en Alicante, mi trabajo en Barcelona  ha finalizado. De todas formas ya me las arreglaré para poder desplazarme a Barcelona para asistir alguna representación y por supuesto os seguiré contando mis vivencias. De ánimo estoy un poco jo… bueno, en la vida hay que aceptarlo todo con mucha resignación y lo que más me anima es mi familia que es lo que verdaderamente me importa. Estos años  que he estado en Barcelona he sabido aprovecharlo y me voy con un gran bagaje y con la satisfacción de que mis sueños se han cumplido.  
Sobre la función inaugural de esta, mí última temporada, fue verdaderamente apoteósica, Montserrat Caballé hizo una interpretación de Adriana realmente extraordinaria, recuerdo la actuación de Renata Tebaldi en la temporada 1957-58, que ya os comente, y sinceramente os diré que no sabría a cuál de las dos  elegiría, son voces distintas pero con una categoría fuera de lo común. En definitiva yo puedo presumir que he visto dos versiones de <Adriana Lecouvreu> por  dos grandiosas cantantes. El conjunto de la función fue realmente extraordinario, la princesa de Bouillon encarnada por  la mezzosoprano Bianca Berini, tuvo una interpretación realmente magistral igualmente que los demás cantantes
Josa Carreras, había que entender que es un rol muy difícil de interpretar y para su juventud vocal, bastante hizo con su interpretación. Este personaje requiere una voz con mucho poderío y con una voz más acercándose a tenor lírico, rozando el espinto. De todas formas sacó su papel con mucha dignidad.
Os diré que había mucha expectación de oír a Montserrat Caballé en el rol de Adriana, pues normalmente este personaje suelen acometerlo, las cantantes en el final de sus carreras. Pues bien, la Caballé,  hizo una gran interpretación y el púbico supo agradecérselo con gran alboroto de aplauso y bravos. La versión que yo vi os la voy a  poner completa pues YouTube la tiene,
Ahora os voy a poner dos grabaciones que he podido encontrar en video, con Jose Carreras y Montserrat Caballé.

                                    




                        

               VIDEO -  Adrian Lecouvreur – M. Caballe – J. Carreras “Ma dunque vero”







Seguidamente os voy  a poner la la celebre aria "L´anima ho stanca" con las voces de Mario Del Monaco y Placiodo Domingo.





                  

Mario del Monaco


                        
Adriana Lecovreur Mario del Monaco "L´anima ho stanca"


                                                         
                    Adriana Lecovreur- Placido Domingo 1962-L´anima ho stanca"




Seguidamente os voy  a poner la grabación completa en audio de una representación que se dio en el Liceo en la temporada 1972 director Gianfranco Massini (estaba considerado en aquellos años como el mejor conductor de esta ópera con los  siguientes interpretes y personajes : Montserrat Caballe (Adriana), José Carreras (Maurizio), Bianca Berini (Princesa de Bouillion),, Attilio D´Orazzi (Michonet).
           
                                       GRAN TEATRO DEL LICEO




                                   CRÓNICA DE LA VANGUARDIA 


Ayer se levantó solemnemente el telón para inaugurar la temporada de ópera de este invierno <Adriana Lecouvreur>, de Cilea, fue representada con un buen reparto encabezado por Montserrat Caballé.
Se va perdiendo, como sucede con otras tantas tradiciones, aquel ceremonial rígido y exclusivista que era propio de las funciones en el Gran Teatro del Liceo y en particular de la que inauguraba la temporada. A pesar de todo, cuando llega la noche de inauguración de nuestro primer teatro se produce un ambiente de positivo acontecimiento artístico y social. Eso aconteció anoche, resaltado el acto por la presencia de los Príncipes de España, lo que ayudó a que la función fuera esperada con una expectativa extraordinaria. El teatro ofrecía, pues, el mejor aspecto imaginable, ocupadas todas sus localidades por una brillante concurrencia que en una parte no escasa, acudía, en definitiva, por natural afición a la ópera y para escuchar a sus intérpretes porque seguimos creyendo que si antaño abonarse o asistir al Liceo constituía un rito ineludible para una determinada clase social, ahora las cosas han cambiado bastante y queremos imaginar que sin un considerable y generalizado interés por el teatro musical (no sólo de los que ocupan las localidades de tercer y cuarto piso, inveteradamente los mejores conocedores de la música escénica, sino también de los demás espectadores) el Liceo no podría sostenerse a base de lo que antes se llamaba su «prestigio mundano».
Siempre, se ha reservado para la inauguración del Liceo una ópera que cuenta con muchas preferencias, o la presencia de un divo señalado. Esta temporada sé adoptó la segunda de las dos fórmulas, poniendo en el cartel el nombre estelar de Montserrat Caballé, quien había reservado para Barcelona su debut como protagonista del drama verista de Francesco Cilea «Adriana Lecouvreur», que a partir de ayer forma parte como una pieza más, de su extenso repertorio que va a ofrecer a todos los grandes teatros del mundo.
Al decir esto, no he querido devaluar una obra como «Adriana Lecouvreur», que desde hace setenta años (anteayer día 6 de noviembre, se cumplió precisamente el LXX aniversario de su estreno; en La Scala de Milán) asoma con una cierta frecuencia en los escenarios, mereciendo estas reposiciones por poseer valores de una consistencia relativa pero nada despreciable; un melodioso fluido, acaso con menos relieves de los que exigiría la acción dramática pero de constante y auténtico buen gusto, a veces de evidente seducción, subrayando el lirismo con el ropaje de una orquesta impecable mente tratada, sin efectismos, con coloridos tímbricos suaves que en cierto modo hacen presentir el paso del verismo al impresionismo. El drama, una tortuosa historia de amor y de intriga en la Francia del setecientos, procede de los escritores Scribe y Legouvé, pasado a las necesidades operísticas por el libretista Colautt. No tiene especial interés y poco escapa a la fórmula de la ópera italiana finisecular, si bien da lugar a situaciones más que dramáticas, esencialmente musicales como son las que sobresalen en el transcurso de la obra, ya desde el primer acto en el aria inicial de la protagonista, la más bella sin duda y la que da lugar al desarrollo temático de casi toda la partitura; «Ecco, respiro appena...», situaciones que van produciéndose hasta e! final, con otra aria famosa: «Poveri fiori...» y el dúo que precede a la muerte de Adriana, atosigada por el perfume de unas flores envenenadas del ramo que le ha mandado su rival.
Adriana Lecouvreur, la apasionada actriz de la Comedia Francesa, es la sustancial protagonista del drama que ocasiona la princesa de Bouillón, la vengativa rival aludida antes, a causa de sus amores con el conde Mauricio de Sajonia, Adriana tiene el gran papel en la obra y el hecho de que éste correspondiera a Montserrat Caballé ayudó en buena parte al éxito de la representación.
Anoche nuestra soprano internacional estuvo espléndida, como siempre de voz y mejor que nunca en la dicción, en el fraseo sutil y el trabajo de actriz. La obra no se presta a malabarismos vocales, pero requiere un dominio de todas las demás facultades que Montserrat Caballé ha puesto en evidencia durante toda la representación, con la seguridad de una gran artista.
A su lado ha destacado el tenor José María Carreras en el papel de Mauricio Príncipe de Sajonia. Al principio un poco frío y hasta con alguna leve inseguridad en la afinación que, corregida al avanzar la representación, ha permitido que admirásemos en él una calidad de timbre especialmente atractivo y cálido.
Creo que se ha impuesto también como protagonista por su calidad, desde el punto de vista de cantante y actor, el barítono Attilio D’Orazi, representando el papel de Michonnet, con un dominio de las situaciones escénicas realmente magnífico.
La mezzo Bianca Berini como Princesa de Bouillon ha destacado vocalmente y por temperamento dramático, como lo ha hecho en anteriores temporadas que ha cantado en nuestro escenario.
En los demás papeles, la actuación de todos ha sido siempre acertada, dando a la acción una agilidad atribuíble también a la dirección escénica de Giuseppe Giuliano. Orazio Morí (Príncipe de Bouillón), Octavio Álvarez (El Abate) y Gianna Lollini (Mlle. Jouvenot) han sobresalido en este reparto en el que hay que incluir una lucida intervención del cuerpo de baile con Asunción Aguadé y Alfonso Rovira como solistas de una adecuada coreografía realizada por el maestro Magriñá. Breves intervenciones del coro han sido bien preparadas por el maestro Bottino.
Y finalmente cabe elogiar el trabajo del maestro Gianfranco Masini al frente de la orquesta. Director conocido por haber actuado en las dos últimas pasadas temporadas, en la partitura de Cilea ha encontrado ocasiones de obtener de la orquesta efectos de delicadeza sonora y de matiz que probablemente no han escapado a la atención de todos los que escuchábamos la obra tanto por sus valores vocales como orquestales.
Los aplausos, ovaciones y entusiasmo, polarizaron especialmente en Montserrat Caballé, pero hubo también manifestaciones de aprobaciones sinceras y cálidas para los demás protagonistas. XAVIER MONTSALVATGE


                                                
                                                 GAETANO DONIZETTI

                     
      
LA FAVORITA (Donizetti)  9 noviembre 1972. Director I. Savini, con Fiorenza Cossotto Barry Morell, Vicente Sardinero.
Esta ópera, sigue siendo una de mis “favoritas”, Donizetti es un músico que siempre me ha gustado por ser sus operas románticas  y con su estilo bel cantistas. Esta ópera como en otras de Donizetti, tiene un magnifico legado para los tenores líricos con grandes agudos y potentes, eran los años que empezaban a generalizarse los tenores con los llamados <do de pecho>para destacarse ante el público.
La versión que vi esa noche en el Liceo, fue de autentico lujo. Con una Fiorenza Cossotto insuperable, cada vez que vuelvo  a verla,  me gusta más. Con esta Favorita es la cuarta vez que la veo en el Liceo. Fijarse por gusto los elencos que yo vi: en la temporada 1960-61 a la inconmensurable Fedora Barbieri con el tenor mítico Gianni Iaia, en 1966-67 a Fiorenza Cossotto y Jaime Aragall, en 1969-70 repitiendo Jaime Aragall con una mezzosoprano de autentico lujo como era Viorica Cortez y ahora en esta última temporada  al tenor lírico Barri Morell,  con unos grandes agudos y a la mezzosoprano Fiorenza Cossoto que estuvo como era de prever, haciendo una Leonora que para mi gusto es única. Los demás acompañante, Ivo Vinco y Vicente Sardinero, estuvieron a la altura de estas grandes protagonistas. En fin ¿Cuántas noches llevo ya disfrutando al máximo de estas voces tan portentosas? Al paso de los años, es cuando me doy cuenta de lo que ha pasado por mi retina, un sinfín de grandes voces y representaciones de ópera que hoy en día es difícil de encontrar.
Os voy a poner unos fragmentos de <La Favorita> que se cantó en Tokio en el año 1971, con Fiorenza Cossotto, el mitico tenor, maestro de maestros don Alfredo Kraus, Sesto Bruscantini Rugero Raimondi y todos dirigidos por Oliviero de Frabitis.




                            
                        
ALFREDO KRAUS                                    FIROENZA COSSOTTO

                                   
                                        VIDEO - La Favorita- Alfredo Kraus – “Una vergine”

                                    
                               VIDEO - La Favorita – F. Cossotto- A. Kraus – “Ah mio bene”


Este fragmento que os voy a poner, es el aria con su cabaletta  que no se suele cantar, para que  de esa forma, el tenor tuviera la voz más descansada, eran pareceres de antes y ahora para mi criterio, son unos puntos muy negativos para el director y tenor.
Aquí se lo vamos a oír a Luciano Pavarotti,  el aria “Si, che un tuo solo acento”  y seguida de la cabaletta “Dunque Addio”,  que como podréis comprobar es muy bonita y farragosa para los tenores. 


                                                      
                                                                   Luciano Pavarotti


                                 
        AUDIO - La Favorita-L. Pavarotti- “Si, che un tuo solo acento.. Dunque addio”


                                

                                VIDEO -  La Favorita – Sesto Bruscantini- “Vien Leonora”


                                
                                  VIDEO - La Favorita –F. Cossotto – “O mio Fernando”

                                     
                                        VIDEO -La Favorita – Alfredo Kraus- “Spirto gentil”

                                     
                                                  VIDEO -La Favorita –Escena 4º Acto- F. Cossotto- A.Kraus

                                            



Seguidamente os voy a proponer una grabación en audio efectuada en los Festivales de Salzburgo 2014  con la orquesta Munchner Rundfunorqchester y Philarmonia Chor de Viena con la dirección de Roberto Abbado y con los siguientes interpretes y personajes : Elina Garanca (Leonora), Juan Diego Florez (Fernando), Ludovic Tezier (Alfonso Xl y Carlo Colombara (Baltahazar)


                      AUDIO LA FAVORITA- 2014.-Salzburgo- Abbado- Garanca- Florez- Tezier



                                                      CRÓNICAS DE LA VANGUARDIA



La Favorita», con Fiorenza Cossotto y el debut del tenor Barry Morell
Ya tenemos de nuevo entre nosotros, entre los liceístas, a «La Favorita», de Donizetti, en la voz de Fiorenza Cossotto, quien ya la representó en noviembre de 1966 (ocasión en la que el papel de Baldassarre correspondió, como ahora al bajo Ivo Vinco). Después la obra reapareció en nuestro escenario hace tres temporadas con otro reparto, o sea que con la de anoche, ya son 241 las veces que la obra ha figurado en el cartel del Liceo, desde que aquí se estrenó en 1850.
«La Favorita» es como aquellas viejas señoras que explican historias inverosímiles, pero llenas de fantasía como la de esta Leonora, imaginaria favorita del rey Alfonso XI de Castilla, amor de un novicio de Santiago de Compórtela origen de los consuetudinarios conflictos palatinos en contraste con escenas conventuales de arrepentimientos y muerte.
«La Favorita», también como ciertas viejas damas que no se resignan a marchitarse, conserva un aparente frescor, fragilísimo y retórico, refugiado en una sarta indefinidamente repetida de recitados, arias, cavatinas, dúos, pequeños concertantes, coros de adorno y ballet como intermedio entre drama y tragedia, que aún consiguen la aprobación de muchos aficionados al teatro musical. Algunos, como decíamos en otra ocasión, por considerar «La Favorita» como un delicioso documento que evoca con viveza singular la época a que pertenece. Otros, por considerarse allegados a la obra como a una vieja amistad que uno no sabe si perdura por ser sincera, por inercia o por pereza en determinar su extinción.
El caso es que «La Favorita», con «Lucía de Lammermoor», figura como pieza vigente en cuanto representa la capacidad de Donizetti para la «ópera sería», capacidad y facilidad que, como es sabido, llegaron a extremos increíbles.
La partitura de «La Favorita »puesta en poco más de quince días, y concretamente el cuarto acto, posiblemente el más denso, en sólo una noche de trabajo. De esta circunstancia se derivan las características negativas y positivas de la obra; por un lado, su fragilidad y tendencia a la fórmula elemental y efectista. Por otra parte, la agilidad de las melodías y la espontánea emoción de un lirismo libre de todo cálculo, sincero y directo.
En «La Favorita» hemos admirado de nuevo las facultades excepcionales de Fiorenza Cossotto, probablemente la mejor «mezzo» actual para papeles como el de la obra de Donizetti que obliga a un despliegue vocal constante y  prodigar tanto los agudos máximos como los graves que limitan su tesitura.
Personalmente la voz de la Cossotto —extraordinaria sin duda— encuentro que tiene un cierto reflejo metálico que le resta un tanto de emoción, pero su oficio, su escuela son segurísimas y la potencia, volumen y penetración de timbre en todo su registro resultan tan fuera de serie que comprendo que alborote —como sucedió anoche— el entusiasmo del público que le aclamó, sobre todo en el primero y tercero actos, en sus arias (en la del tercer acto, la acogida fue apoteósica) y dúos con el tenor y el barítono.
La presentación del tenor norteamericano Barry Morell fue bien acogida en su salida del primer acto. Se trata de un cantante muy completo, de notable calidad vocal, tal vez menos «divo» de lo que el público generalmente desea, pero indudablemente un artista riguroso que canta con elocuencia y sin excesivo efectismo. Todos esperábamos el celebérrimo «Spirto gentil» del cuarto acto y reconociendo que lo interpretó bien y con decisión en los agudos, no llegó a provocar un general entusiasmo.
En los otros papeles principales aplaudimos a dos cantantes muy conocidos por los liceístas: al barítono Vicente Sardinero en el papel de Rey Alfonso, y al bajo Ivo Vinco en el de Fray Baltasar. Vicente Sardinero sigue en progreso ascendente continuando una carrera en la que ya acopia éxitos. Ayer estuvo muy bien como cantante y actor. Su aria del segundo acto, creo que la dijo modélicamente, en cuanto a estilo y entrega emotiva.
Ivo Vinco igualmente sigue siendo el artista experto, generoso en la voz, oportunísimo en su trabajo escénico dando verosimilitud al personaje que representa y tensión a las situaciones dramáticas.
También elogios merecen Gianna Lollini que renovó la buena impresión que había producido en la primera ópera de la temporada, y Diego Monjo, cuya experiencia teatral nadie; desconoce.
La coreografía, aparte de una breve intervención circunstancial en el primer cuadro, tiene un papel relevante en el segundo acto, donde queda insertado un verdadero ballet en el que intervinieron los principales elementos de cuerpo de baile liceísta con sus primeras figuras.
Con un montaje acertado de Magriñá la interpretación resultó un poco desigual, lo que el público acusó. Sin embargo hubo sobré todo para el primer bailarín Alfonso Rovira, aplausos uná- nimes.
El coro actuó apropiadamente excesivamente extático en el tercer y cuarto actos pero musicalmente bien conjuntado.
Merece destacarse finalmente la dirección musical, al frente de la orquesta, del maestro Ivo Savini, familiar a los liceístas por sus actuaciones en anteriores temporadas.

Para resumir el espectáculo de anoche: fue una «Favorita» para hacer felices, para poner en vilo el entusiasmo de los admiradores de Fiorenza Cossotto, estos «cossottistas» barceloneses que forman una pequeña legión y que acuden al teatro para aclamar a <su> Favorita. XAVIER MONTSALVATGE

                              
                                                                           GAETANO DONIZETTI

DON PASCUALE (Donizetti) Director Nino Verchi, con Cecilia Fusco, Eduardo Gimenez, A. D´Orazi, Gianni Socci. (La cantante Madalena Bonifacio, fue sustituida por Cecilia Fusco)
Mi primer <Don Pasquale>, os puedo decir que para mí fue una gran sorpresa su música. Donizetti para mi parecer, crea su obra maestra, solamente comparable con <El Barbero de Sevilla> de Rossini. Donizetti fue un trabajador incansable, cuando acababa sus óperas, tenía costumbre de enseñar a los cantantes y adaptar la partitura a sus características, ensaya con los mismos músicos de la orquesta y normalmente dirigía las tres primeras funciones. La función que vi en el Liceo aquella noche eran cantantes con una gran experiencia en esta ópera y sus voces eran las adecuadas para sus roles.
Al cabo de los años he descubierto que esta ópera de Donizeti, es para mí entender una obra maestra, y se requieren unos cantantes muy especializados para que la ópera de Donizetti acabe en un buen puerto.

Solamente he podido encontrar en la voz de Sesto Bruscantini  (uno de los mejores bajo cantante  cómico)  os voy a poneros unos fragmentos de Don Pascuale.

                        
                                                                      SESTO BRUSCANTINI

             
              AUDIO - Don Pasquale- Sesto Bruscantino “Cheti, cheti immantineta

          


Ahora os voy a poner un fragmento de Don Pasquale cantado por el maestro Alfredo Kraus, para que luego podáis  comparar con los fragmentos siguientes. Aquí en este fragmento oiréis con la sutileza de su voz este bello pasaje de Don Pasquale.

                                                    
                                                                   ALFRDO KRAUS 

                                    
                                       AUDIO - Don Pasquale – Alfredo Kraus – “Povero Ernesto

Ahora os pongo  por Tito Schipa el aria “Come´genti”

                                     
                                         AUDIO – Don Pascuale – Tito Schipa “Come´gentil”

Seguidamente me complace poneros un fragmento de Don Pascuales de una grabación histórica  cantada el año 1932 con las voces inequívocas de Tito Schipa y Toti dal Monte, un dúo que para mi gusto, es inalcanzable, por lo bien cantado que está y con las cadencias que impone el director, y las vocalizaciones que emiten estos dos grandísimo cantantes.


                                                                                           Toti Dal Monte                                      Tito Schipa



A continuación  os voy a poner la grabación completa  de esta ópera. Tiene un sonido mejor de lo que cabria esperar, teniendo en cuenta su grabación efectuada en 1932 por la casa discográfica Gramofon y con la presunta transferencia de 78 Revoluciones a un C.D. Podemos estar ante la mejor grabación de la historia de la ópera de <Don Pasquale>
Tito Schipa está simplemente maravilloso. Nos ofrece una lección de canto, demostrando, lo que es un tenor lírico, pues canta con sutileza y elegancia, su voz brillaba por su musicalidad,  su cálida voz y magistral técnica. Mi inolvidable amigo señor Smith (Tramoyista del teatro Metropolitan de New York), me hizo unas revelaciones del tenor Tito Schipa, diciéndome que tenía una voz pequeña pero nadie se explicaba ¿cómo era posible que su voz fuera tan penetrante?, para que los aficionados del “ Met”,  desde el quinto piso la oyeran con una gran nitidez.
Adelaida Saraceni tiene una voz sorprendentemente exuberante,  que me lleva a preguntarme que podría haber hecho con los roles más pesados de soprano. Ernesto Bodini y Afro Poli, están francamente impecables. En resumidas cuentas una versión magistral y digna de tenerla en su discoteca.
La orquesta y coro delTeatro Scala  Milan, 1932. Está dirigida por el director Carlo Sabajno con los siguientes  interpretes  y personajes :Tito Schipa (Ernesto), Ernetos Badini (Don Pascuale), Adelaida Saracini  (Norina), Alfo Poli (Doctor Malatesta), Giardino Calalegari (Carlino).

AUDIO DON PASCUALE-1932-Scala-Sabajno- Schipa-Saracini-




Os propongo de una representación de <Don Pascuale> 2006, celebrada en el Teatro de la Ópera de Zurich y con la dirección del incombustible Nello Santi, donde nuestra cantante valenciana Isabel Rey interpreta el rol de Norina. Los interpretes y personajes son los siguientes: Ruggero Raimondi (Don Pascuale), Isabel Rey (Norina), Juan Diego Florez(Ernesto), Olives Widdmer (Doctor Malatesta).






                                  TEATRO OPERA DE ZURICH


VIDEO - DON PASCUALE- Zurich 2006- Santi-Rey-Florez-Raimondi



                               


                                            CRÓNICA DE LA VANGUARDIA


LA ESPERADA REPOSICIÓN DE <DON PASCUALE> DE DONIZETTI
A una «Favorita», cuyas posibilidades vocales empiezan a resistir con flaqueza el inmenso acartonamiento de su libreto y de su acción, ha sucedido la gracia suprema de otra ópera del mismo compositor, su «Don Pasquale». Que «Don Pasquale» es con mucho la mejor ópera donizettiana no resulta una afirmación temeraria si se considera a este título como una feliz conjunción de aciertos. Las realidades musicales pueden aparecer en efecto distanciadas a nuestros oídos actuales, lo mismo si se trata de Donizetti que de otro músico como Schubert en el que se da también la circunstancia de haber nacido en el mismo año
1797. Pero esta distancia, medida en tiempo histórico, puede hacérsenos más o menos significativa, ganando ó perdiendo
constante permanencia e incluso actualidad. En la medida con la, que goza de presencia indiscutible el músico vienes, se amenaza  la de aquellos grandes dramas decimonónicos; pero se afirma respecto de aquellos otros títulos, como el presente, en los que todos los elementos puestos en juego gozan de la más pura autenticidad. Don Pasquale puede ser otra vieja ópera; en modo alguno una obra en la que ninguna de sus facetas nos acusen el inexorable paso del tiempo. Unas «Bodas de Fígaro» como «Don Pasquale», pertenecen a esta categoría de producciones geniales, en las que drama y música se hallan tan estrechamente fundidos y con tanta coherencia estilística, que han asegurado su permanencia definitiva e intangible.
Es curioso constatar como las grandes creaciones del teatro musical de humor, satíricas incluso, surgen a veces en el ocaso de la vida de los grandes compositores. El caso de Verdi puede considerarse también característico con su «Falstaff». Se produce en efecto una especie de cansancio ente lo que la fina intuición del espectador descubre bien pronto como manifestación de una realidad históricamente distanciada y, por lo tanto, falsa. Por otra parte, la estética toda qué, sigue a los años de la Enciclopedia y bulle precisamente durante los años de máximo esplendor de un
Donizetti se caracteriza asimismo por este oscilar entre los polos opuestos del envaramiento literario y la «expresión natural». Y en el fondo, a pesar de la persistencia de los grandes temas de ridícula grandiosidad histórica, todo es síntoma de un secreto anhelo de una realidad plausible y humana, a grandes Lucías. Anna Bolena y Favoritas comienzan a quedar atrás y, a los 46 años del compositor, no es de extrañar que se le proponga la prueba de la fina caricatura; Para ello no vacila en reincidir en el viejo esquema, en el eterno esquema del anciano falsamente ilusionado en unos anacrónicos amores con una mujer joven y los consabidos enredos hasta culminar en un final lógico y consecuente en favor del no menos inevitable joven amante.
El Liceo repuso esta ópera con unos decorados de simplicidad total, rayando la ingenuidad, pero á la vista de la pureza de esta acción y la visión actual que se tiene de aquélla, cabía pensar incluso en una de estas modernas escenificaciones sintéticas en las que se especula con el espíritu vivaz de una música y de un movimiento puro de los actores. Pero tampoco cabe engañarse al respecto; los personajes de «Don Pasquale» no son en modo alguno unos seres solamente anclados —muy vinculados—  precisamente con la más típica comedía italiana; son también personajes muy de carne y hueso, que sorprenden por su profunda humanidad. Apenas existe clemencia para ninguno de ellos, todos descarnados de manera inmisericorde, pero también para todos hay una u otra nota de comprensión de terminante hondura psicológica.
Y todo ello se nos hace patente en esta ópera, puro esquema de lo que debe ser la comedia lírica Don Pasquale es ridiculizado, ofendido por su joven esposa, traicionado incluso; pero en el momento justo la partitura reserva para él los más precisos aires de una dignidad suprema, de una serenidad dolorida ante la cual el riesgo de una comicidad grosera se desvanece. Porque «Don Pasquale» es en suma esto: una finísima madeja de sentimientos fundamentales subrayados por una música sagaz e indudablemente genial.

Esta versión se servía sin duda de la experiencia, adquirida constantemente en los grandes teatros europeos por estos equipos de excelentes cantantes qué, con ligeras variaciones, acuden puntualmente a la cita con esta clase de títulos. El equipo Maddalena Bonifaccio-Eduardo Giménez es por ejemplo de los más conspicuos al respecto, si bien en nuestro caso se produjera la indisposición de la primera. Su sustitución por Cecilia Fusco no sirvió en realidad más que para ponernos en contacto con otra cantante de esta misma escuela, avalada por un oficio manifiesto y cualidades vocales más que sobradas. La «Norina» de la Fusco no presentó fisura alguna, antes al contrario, derramó veteranía en todos los sentidos, seguridad en los agudos y fluidez escénica. Nuestro Eduardo Giménez volvió a ser el cantante singularísimo, cuyas cualidades les han hecha acreditarse en dicha especie de repertorio. Sobresale claramente en el fraseo como ningún otro tenor de su clase, por lo que las posibles limitaciones en el volumen de su voz desaparecen a los pocos instantes de iniciar la actuación. Cantante de inteligencia evidente que demuestra haber llevado a cabo un análisis profundo de sus posibilidades reales y de las características de las mismas, sacándole partido sin incurrir jamás en un error o efecto de gusto dudoso. Ha sido, como decimos, un esfuerzo constante y bien dirigido que le ha llevado a los mejores teatros como un invitado habitual. Dos veteranos especialistas completaban los cuatro  grandes papeles de «Don Pasquale»; Gianni Socci y Atilio D’Orazi, completando también las necesarias capacidades vocales con una plausible interpretación de la escena. Buena versión del director, Nino Verchi, con la necesaria vivacidad y ritmo, por una parte, y riqueza de detalles expresivos, por otra. Es en efecto la ópera en la que  el director juega un papel decisivo a cada instante, habida cuenta de que se convierte en el responsable de esta adecuada configuración psicológica de los personajes. Hubo una breve aparición de Diego Monjo, en uno de sus clásicos papeles dé caracterización cómica. Finalmente, hay que destacar asimismo la escena del coro, resuelta aquí musicalmente con una buena intervención a capella, y en lo escénico con gracia y acierto en el movimiento. —  XAVIER MONTSALVATGE

                                                      
                                     GIACOMO PUCCINI

                                  
TOSCA (Puccini) Sabado 25 noviembre 1972, director Ivo Savini, con Orianna Santunione, Juan Oncina, (en la segunda representación fue sustituido por el tenor Giuseppe Giacomini), Justino Diaz.
Otra Tosca más a mi  “mochila” y con esta son seis versiones diferentes que he visto en este teatro del Liceo, y a cuál de ellas mejor. Si os soy sincero os diré que el rol de Tosca que más me impresiono fue la de Renata Tebaldi, como Cavaradosi el de Franco Corelli y como Scarpia, aquí tengo mis dudas, entre Kostas Paskalis o Giuseppe Tadei. Como veis grandes intérpretes.
Las función que  vi esa noche en el Liceo, no fue del agrado del aficionado y tampoco mío, el tenor Juan Oncina no estuvo correcto, creo que debido a una mala situación vocal, por lo  que la función quedo desdibujada, A la función siguiente fue reemplazado por el tenor italiano Giuseppe Giacomini, Por supuesto que la vi y esto es “otro cantar”, cambió la versión de Tosca radicalmente, La soprano Oriana Santunione hizo una muy buena recreación de Floria Tosca, el tenor Giuseppe Giacomini, posee  una voz de tenor lirico llegando al dramático, con una voz muy robusta y un gran colorido y sus agudos con mucha potencia. El rol de Scarpia lo canto el bajo barítono Justino Díaz que supo hacer su papel muy creíble. En definitiva una buena Tosca, un poco alejada de otras versiones que yo vi en este Teatro del Liceo.
No he podido encontrar ninguna grabación de la soprano Orianna Santunione, pero si del tenor G. Giacomini y del barítono bajo Justino Díaz, de este ultimo os voy a poner el Tedeum de Tosca cantando en 1983.






                                                                
                                                                        JUSTINO DIAZ


                                   
                                                                    VIDEO - Tosca- Justino Diaz- “Te deum”


              De una representación en el Metropolitan de New York  1980 os voy a poner unos fragmentos en vídeo (no muy buenos) pero con buen sonido, que están interpretados por Montserrat Caballé, Giuseppe Giacomini y el barítono Corneil Mackneil

                                      
                                                        AUDIO- Tosca – Caballe- Giacomini – Diaz  duo Acto 1º

                                         
                                                      AUDIO -  Tosca – Giuseppe Giacomini “E lucevan le stelle”




Os voy a proponer una representación de Tosca realizada en la Scala de Milan en el año 2000 con la dirección de Riccardo Muti con los interpretes y personajes : Maria Guleghina (Tosca), Salvatore Licitra (Mario Cavaradossi), Leo Nucci (Scarpia), Giovanni Batista Parodi (Angelotti). La elección de esta grabación la he hecho como un pequeño homenaje al tenor italiano que en el año 2011 nos dejo debido a un desgraciado accidente de moto.

            

                                                       TEATRO SCALA DE MILAN

                               VIDEO  TOSCA-2000 Scala Muti- Guleghina- Licitra- Nucci-Parodi



                                                          CRÓNICA DE LA VANGUARDIA



TOSCA EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO
<Tosca > de Puccini-para los íntimos <La Tosca> que el próximo 14 de enero cumplirá su 73 aniversario , ha hecho su visita este año al Liceo donde, como en cualquier teatro  de ópera que se estime es bien recibida. Hubo un tiempo en que los exigentes y dogmaticos del teatro más violento, tétrico y efectista del mediocre drama de Sardou, del que se deriva el libreto.
La  cosas han cambiado y «Tosca» vuelve con honor a los escenarios, porque aun admitiendo no faltan paginas de concesión al gusto fácil (el <Adiós a la vida> tenor e incluso «Vissi d´arte» apuntan hacia este objetivo) se evidencia en el transcurso de cada uno de sus tres actos el dominio inseparable que tuvo Puccini del genero que se propuso activar: el verismo escénico, presentados con trazos bien definidos y a una temperatura lírica superior, <Tosca> en su estilo, es una obra perfecta, extraordinariamente bien dosificada en las inflexiones de su melodioso y en el poder ambiental de la orquesta.
Nada de lo dicho es ignorado por todo aficionado a la ópera que espera cada reposición de <Tosca> (reposiciones que se producen con frecuencia) pensando tanto en el contenido de la obra cómo en la interpretación que se le ofrecerá. La de esta temporada ha resultado un tanto desigual, factor que suscitó que la reacción del público revelara una sensibilización muy lógica expresando su aprobación o su desilusión por el trabajo de los cantantes. La soprano Zorianna Sasntunione que asumió el papel protagonista no nos pareció una primera gran figura, al menos de la dimensión que requería un personaje como el de Floria Tosca. Porque eso sí, volumen y potencia de voz aunque en los agudos use de ella con excesiva violencia. Es actriz, una actriz melodramática como probablemente lo hubiese deseado  Sardou, pero no Puccini. Fue aplaudida sobre todo por su tensión vocal y entrega a la acción interpretativa.
El tenor Juan Oncina hace tiempo que conoce las candilejas del Liceo. Es buen artista pero no está en forma ni la voz le responde concretamente para el papel de Cavaradossi y eso lo acusó el público, que tal vez en otra obra reconocería las cualidades indudables de este artista.
El bajo Justino Díaz que en temporadas pasadas aplaudimos por sus intervenciones en <Los Hugonotes> y <Mefistofele>hizo como Baron de Scarpia el papel más lucido de la noche, particularmente en el segundo que en definitiva fue el más  acertado para todos. Las demás participaciones, con cantantes <de la casa>estuvieron bien, como en muchas otras ocasiones, igual como el coro y la orquesta al frente de la cual estuvo el maestro Ino Savini que llevó la marcha de la representación con autoridad y oficio.  XAVIER MONTSALVATGE.


                                                  
                                                   GIACOMO PUCCINI





                                
MADAMA BUTTERFLY(Puccini) 17 diciembre 1972- Domingo tarde. DirectorM. Angelo Verti, Jaime Aragall, Yasuko Hayashi, Licia Galvano y Mario Stachi.
Esta versión que vi de Madama Butterfly fue francamente muy buena, en especial la pareja formada por la japonesa Yasuko Hayashi y el tenor catalán  Jaime Aragall. El tenor estuvo muy bien de voz y con su timbre  y colorido de voz muy peculiar con una entrega que es digno de encomio. La soprano japonesa, nos causo una gran sorpresa, pues a decir verdad todos los aficionados aquí, en el quinto piso, nos quedamos embelesados de su voz tan sensual y con una gran técnica vocal, hizo una demostración de inteligencia y dulzura en su rol tan comprometido. La verdad es, que fue una gran sorpresa para todos. Me vienen los recuerdos cuando vi la primera representación en el Liceo, de Madama Butterfly, en el año 1955, cuando hacia  los viajes esporádicos par ver alguna  funciones de ópera, ¡¡vaya viajecitos!! La realidad es que fueron unos recuerdos imborrables, recuerdo que la cantaba Victoria de los Ángeles, junto al tenor italiano Gianni Raimondi, para mí la mejor versión que he visto de todas, y pensad que en la temporada 1957-58, actuó Renata Tebaldi con el tenor Giacinto Prandelli, y en temporada 1963-64 a la insigne Montserrat Caballe junto a su futuro marido Bernabé Martí, y cuidado no acaba aquí, en la temporada1965-66 a Virginia Zeani y Jaime Aragall. Como veréis grandísimos cantantes que han pasado por mi retina y tuve la suerte de haber aprovechado esas representaciones que causaron en mi una gran felicidad. Podéis preguntros ¿cuál fue la mejor representación de todas ellas?, sin duda alguna, me quedo con Victoria de los Ángeles, todas triunfaron en el Liceo pero al cabo de los años, con todo lo que he  visto y oído, la voz de Victoria de los Ángeles me causó un gran impacto y para mi criterio es la que mejor ha sabido interpretar el rol tan difícil como es (Cio.cio.San). De todos los tenores que vi en el Liceo me quedo con Jaime Aragall pues fue una voz muy adecuada para el papel de Pinkerton.
De la soprano Yasuko Ayashi, he podido encontrar unos vídeos que os voy a poner y así podréis comprobar esta bella voz. Gracias a YouTube he podido encontrar una grabación de Madama Butterfy que se canto en la Scala de Milan siendo protagonista Yasuko Hayashi que fue la triunfadora de la noche. Os puedo decir que esta cantante japonesa cuando la vi cantar en el Liceo tenia 24 años y era el comienzo de su grandiosa carrera.

                                                           
                                                   JAIME ARAGALL

Seguidamente os voy a poner un vídeo con el dúo del primer acto, cantando Jaime Aragall, acompañado por la soprano Miriam Gauci. Es una representación en la Ópera de Paris en 1994.




                               
                                VIDEO - Madama Butterfly- J. Aragall- M. Gauci- Duo 1ºact.


                                
                                            AUDIO - Madama Butterfly- Jaime Aragall – “Addio fiorito asil”



Ahora vais a ver una producción de Madama Butterfly cantada en el Teatro de La Scala De Milan en el año 1986 donde el rol de Cio -Cio San, lo interpreta precisamente Yasuko Hayashi y podréis comprobar a esta estupenda soprano. Los trajes están confeccionados por una ilustre modista japonesa Hanae Mori. Os recomiendo esta grabación. La Orquesta y Coro de la Scala  están dirigidos por el inminentes director Lorin Maazel y con los siguientes interpretes y personajes : Yasuko Hayashui (Cio-Cio San), Peter Dvorsky (Pinkerton), Giorgio Zancanaro (Sharples), Hak-Man Kim )Suzuky). Esta con subtitulos en español.
         

                                                               TEATRO SCALA DE MILÁN

                    VÍDEO  MADAMA BUTTERFY- 1986-Scala- Maazel-Hayashi-Dvorsky




                       
                                                          CRÓNICA DE LA VANGUARDIA



       «MADAMA BUTTERFLY», UN GRAN ÉXITO
PARA YOSUKO HAYASHI Y JAME ARAGALL
«Madama Butterfly» en el Liceo (y en la mayoría de teatros de ópera de todas las latitudes) acostumbra a ser un éxito. Se representa generalmente cuando puede contarse con una protagonista adecuada y famosa, y la obra, por si misma atrae indefectiblemente. Más ahora incluso que un tiempo atrás, cuando la veíamos como el prototipo del sentimentalismo fácil puesto en música y en imágenes de cancerosa tarjeta postal, no es que hayamos variado mucho en esta apreciación que de todas maneras la consideramos ahora apoyada en una realidad más profunda. La partitura de la ópera de Puccini que junto con «La Boheme» son el símbolo de su popularidad, aparte de ser tan perfectamente funcional, escénicamente hablando, contiene valores de musicalidad auténtica, de calidad lírica y de refinamiento sinfónico superares a su apariencia de acompañamiento para un melodrama de salón, de salón japonés, claro.
Esta temporada, como algunas veces ha sucedido, <Madama Butterfly> ha sido una japonesa «de verdad», la soprano Yasuko
Hayashi. En principio uno desconfía un poco cuando ve un nuevo nombre de fonética japonesa inscrito para el papel de Cio.Cio.San, pensando que por ello y no por otras razones la artista va a encarnar a la protagonista del drama. Ahora hemos visto que no había razones para esta reserva. Yosuko Hayashi es una  soprano de auténtica valía, y si algo podría comentarse es que por su formación artística, esencialmente europea y muy italiana, podría ser perfectamente una cantante occidental. Su voz es agradable y modulada con refinamiento. Sus agudos espléndidos, seguros, y aunque a partir del registro medio y hacia el grave pierda volumen y elocuencia expresiva, la artista suple esta ligera limitación con una escuela vocal de una singular flexibilidad y depuración en el estilo que podría ser el de una buena liederista. Pero como en la Butlerfly abundan los agudos generosos y vehementes, en la mayor parle de la obra la protagonista, se conquistó la admiración de los «belcantistas». Además Yasuko Hayashi es actriz, se mueve —eso sí— como una perfecta japonesita y viste con propiedad y una excepcional elegancia, aspecto digno de notar pues como todo el mundo sabe, a base de kimonos y peinados folklóricos en «Madama Butterfly» hemos visto verdaderas cursiladas.
Jaime Aragall, como todas las temporadas —salvo raras excepciones— ha asumido en el Liceo un papel protagonista, esta vez el de Pinkerton. Aragall ya hace unos años que es una gran figura internacional y los barceloneses aplaudimos en sus actuaciones liceístas esta proyección de su prestigio. En su intervención como primer personaje masculino en la ópera de Puccini, importante en el primer acto y relativamente destacada en el último, admiramos además- de su proverbial seguridad, claridad  y alcance de su voz una mayor densidad en la misma que la verdad es que echábamos en falta al principio de la carrera de este artista. La vibración, el temple lírico de los agudos de Aragall, así como la natural desenvoltura de su dicción resultan ahora impecables y fueron cualidades que le reportaron el domingo un éxito tan grande como el que obtuvo su oponente femenina, Yasuko Hayashi.
El barítono Marco Stecchi representó con acierto la parte de Sharples, muy oportuno de voz y como actor. La mezzo Lucia Galvano pasó de discreta como Suzuki, si bien su dúo del segundo acto con la soprano japonesa no quedó desequilibrado en ningún sentido.
En otros papeles quedaron bien emplazados Amelia Veicja (Katie), Sergio de Salas (Yamadori), Juan Pons (Bonzo), Rafael Campos el (Emisario) y particularmente Diego Monjo, que además de representar a Goro, el personaje de carácter, dirigió la escena, notándose su cuidado en los detalles, en el movimiento de los personajes y del coro en el primer acto, cuando actuó con especial desenvoltura. Vocalmente el conjunto vocal estuvo bien bajo la dirección del maestro Bottino que consiguió en el célebre canto del anochecer, al final del segundo acto, una afinación irreprochable y que no se oyera el pobre «hilo conductor» (.generalmente un armonio o un viola) que evita los «calando» posibles en la melodía entre bastidores.
La presentación con decorados de Gianrico Becher supera a las que recordamos de temporadas anteriores pero no alcanza la que podría lograrse, precisamente ahora que el arte japonés —lo bueno del arte japonés— está tan de moda.
Y la dirección musical del maestro Michelangelo Veltri,( artista familiar para los liceístas aunque hacía unos años que no había participado en las representaciones) mereció la aprobación de todos. La orquesta sonó con particular cohesión, infaliblemente sincronizada con los cantantes y con estimable impulso expresivo. X. MONTSALVATGE .






                                      
                                                                      Giacomo Puccini


                       


IL TABARRO (Puccini) 19 diciembre 1972, director Anton Guadagno, Cesar Bardelli, Bernabe Martí y Antoinette Tiemesson.
Este es mi primer “Tríptico” de Puccini, que vi en el Liceo. Pasados los años he llegado a la conclusión que, el primer pronto que te produce cuando ves una ópera, no es real, hay óperas que enseguida te enganchas en ella y otras pasan desapercibidas. El “Triptico” que vi por primera vez os puedo decir que quede algo perplejo. Mis razonamientos ante esto es muy sencillo, la actuación de los cantantes no me ayudaron mucho. Por el tiempo me he ido metiéndome, y ahora reconozco que Puccini supo concebir una trilogía muy parecida a la “Divina Comedia” de Dante, obra que está dividida en tres partes: <Il tabarro> es una obra sin esperanza y siniestra reflejándose en el <Infierno>; Suor Angélica,  comete un pecado mortal que al final, Suor Angélica es perdonada, esto sería el <Purgatorio> y finalmente <Gianni Schicchi> seria el <Paraíso> donde se refleja la vitalidad y  la esperanza.
De la opera <Il tabarro> hay varias grabaciones, de la noche que se represento  en el Liceo pero no las pongo por su deficiencia sonora, se oye mucho al apuntador.

Primeramente os voy a poner unos fragmentos de Il Tabarro de una producción que se cantó en el Metropolitan de New York el año 1994 con dirección de James Levine con Placido Domingo (Luigi), Juan Pons (Michele) y Teresa Stratas (Giorgetta).







                                                               
              
METROPOLITAN NEW YORK


                                                       

                                                                              TERESA STRATAS


                                             
VIDEO - IL TABARRO- "MET" 1994- Levine- J.Pons-T.Stratas-P.Domingo 1ª Escena



                                        
                                                                    PLACIDO DOMINGO 



                                               
                  VIDEO .IL TABARRO-"Met"- 1994-Domingo-T.Stratas "O Luigi, Luigi"



                                                
                                                                                JUAN PONS




                                  
                      VIDEO- IL TABARRO-Met- Stratas -Pons "Come é difficile esser"  


                                   
VIDEO -IL TABARRO- "Met" Juan Pons- Placido Domingo- Stratas "T´ho colto"


Ahora os propongo una grabación (para mi es una joya de las grabaciones) de Il Tabarro producido por la casa discográfica DCCA ene el año 1962 donde todos estos cantantes estaban en su plenitud de facultades.Orquesta y Coro del Maggio Musicale Fiorentino con la dirección de Lamberto Gardelli con los interpretes y personajes : Robert Merrill (Michele), Mario Del Monaco (Luigi), Renata Tebaldi (Giorgetta), Silvio Maionica (Il Talpa), Lucia Danieli (La Frugola), Piero De Palma (Vendedor de Canciones)

         IL TABARRO- 1962-Maggio- Gardelli- Monaco-Tebaldi.Merrill





      CRÓNICA DE LA VANGUARDIA  



El «Tríptico» de Puccini equivale a un resumen de la técnica teatral y de los principales matices de la vena lírica del compositor italiano, que sólo fluiría después de las tres óperas en un acto, para el inconcluso «Turandot», de innegable valor, pero que no aporta mucho o nada a la evolución en su lenguaje musical. Puccini, en cambio, se manifiesta en «II Tabarro», en «Suor Angélica» y sobre todo en «Gianni Schicchi» con una fertilidad creadora singular y un propósito renovador que en la última dé las obras citadas representa la auténtica culminación de su personalidad y originalidad. «II Tabarro» es la parte menos conocida de esta tríptico formado por tres óperas en un acto, sin conexión argumental alguna, y que más de una vez se representan por separado. En el Liceo sólo se había escenificado en tres funciones consecutivas hace mucho tiempo, probablemente porque de hecho la obra —un dramón de «grand guiñol» basado en una obra de Didier GoIdría parecido teatrálmente de baja calidad.
Aun admitiendo que sea así, musicalmente es todo lo contrario; una partitura de fuerza, pucciana cien por cien, y con rasgos que aproximan al compositor a ciertas inquietudes de la música europea, francesa principalmente, correspondiente al momento
en que la pieza fue escrita, el año de la muerte de Debussy, en 1918.
El  martes, «II Tabarro» dio la sensación de que era repuesto en escena un poco como trámite o preludio de las otras dos óperas. Fue, para decirlo de alguna manera, flojo, aunque sobresaliera en el papel de «Michel» el barítono Cesar Bardelli. que es un cantante muy apreciado por nuestro público. Bernabé Martí dio una aceptable interpretación al personaje de «Luis», y la presentación de la soprano Antoinette Tiemessen («Georgette») nos descubrió una artista de buenas facultades. La reaparición
de la mezzo Rosario Gómez, mucho tiempo ausente del Liceo, donde había obtenido éxitos considerables, fue aplaudida merecidamente, y su acertada intervención en el rol de «La Frugola» nos hizo pensar que merece ser escuchada en papeles más importantes. El resto del reparto se adapto bien a las caractristicas de la obra.- XAVIER MONTSALVATGE



                                                 
                                                                           GIACOMO PUCCINI


SUOR  ANGELICA –(Puccini) 19 dicembre 1972- Director Anton Guadagno, con Katia Ricciarelli, Cecilia Fontdevilla,Melita Miculs
Otra obra maestra de Puccini, Es una obra tipicamente verista. Puccini para ambientarse, visitó el convento de Vicopelago en el que su hermana Higinia era la Abadesa. Observó la vida cotidiana de las monjas, conversó con ellas y cuando tuvo finalizada la obra fue personalmente a tocar al convento la versión para piano. Es una de las pocas obras que sólo tiene interpretes femeninos. La representación que vi aquella noche en el Liceo fue antologica. Katia Ricciarelli se convirtió en aquellos años en una especialista en el rol de Sor Angélica. A pesar de que para mi era una ópera desconocida, solamente conocía el aria “Senza mamma”, que dé gratamente impresionado por el lirismo que le pone la música de Puccini. Es puro verismo y se requieren unas voces muy bien preparadas para que dicha ópera salga a flote. Por el tiempo esta opera, como todas las de Puccini son de una gran musicalidad y las tengo todas como mis favoritas.
He podido encontrar la grabación completa en audio de Katia Ricciarelli grabadas en el año 1973, un año después de habérsela oído en el Liceo. 
Orquesta y Coro de la Academia Nacional de Santa Cecilia, director Bruno Bartoletti con los interpretes y personajes : Katia Ricciarelli (Suor Angelica) Fiorenza Cossotto (Tia Principesca), Maria Grazi Allegri (Madre Superiora)


         
KATIA RICCIARELLI                                                 FIORENZA COSSOTTO




Seguidamente os propongo la grabación en VÍDEO completa de dicha ópera en una realización desde el Teatro Massimo de Palermo, en el año 2008 con La Orquesta, coro y coro blancas del Teatro Massimo de Palermo con  la dirección de Paolo Arrivabeni y  los interpretes y personajes : Amarilli Niza (Suor Angelica), Rosalin Plowrighl (La tia Principesca), Giovanna Lanza (La Abadesa).





                                                 CRÓNICA DE LA VANGUARDIA

En «Suor Angélica» cantó espléndidamente el papel protagonista la soprano Katia Ricciarelli que se presentaba en España. Artista Joven, «la nueva Tebaldi» como se la ha llamado, convenció por la belleza, luminosidad y musicalidad de su voz de verdadera diva. Es de imaginar que no será la última vez que podremos tenerla en el Liceo porque es de aquellas artistas que no nos extrañaría que se convirtiera en un nuevo ídolo de nuestro público.
Destacamos la muy buena actuación de Cecilia Fontdevila (Sor Genoveva), por su voz y su depurada dicción. La mezzo americana Melita Miculs (La Princesa) que debutaba, hizo un buen papel sin dar motivo a que pudiéramos considerarla un descubrimiento importante, pero tampoco sin quedar por debajo da un reparto que por lo demás fue selecto. La versión resultó pues, bien realizada atendiendo principalmente el aspecto musical realzado también por una cuidada y técnicamente ajustada intervención del coro que demostró con el rigor que había sido preparado por el maestro Botttino «Suor Angélica» fue, por tanto, un éxito.
XAVIER MONTSALVATGE



                                             
                                                                                     GIACOMO PUCCINI







                                        
GIANNI SCHICCHI (Puccini) 17 diciembre 1972, director Anton Guadagno, con Angeles Chamorro, Renato Capecchi, Juan Sabate
Esta opera de Gianni Schicchi, podriamos decir que es el “ Paraiso” según la Divina Comedia de Dante. Es una opera muy al contrario de lo que suele escribir Puccini, es jocosa y tiene momentos de gran lirismo. Gianni Schicci, es una comedia operista italiana ya que contiene unas grandes dosis de comicidad, sobre todo en lo que se refiere al personaje principal, interpretado por un barítono, que lleva el peso de la comedia convenientemente reforzado por los pintorescos parientes.
De los protagonistas que cantaron en el Liceo no he encontrado nada de ellos en YouTube. Esta obra maestra de Giuseppe Verdi hay muchas grabaciones en YouTube y bastantes buenas, personalmente me decanto por una representación que se hizo en el Teatro de la Scala de Milan  2008 con la dirección de Ricardo Chailly, con los interpretes y personajes siguientes : Leo Nucci  (Giani Schicchi), Nino Machaidze (Laureta), Cinzia De Mola (La tía), Vittorio Grigolo (Rinunccio), Luca Casarini(Gherdardo), Luigi Roni (Simone), Francesca Sassu (Nella). Está con subtitulo en español.

           
                               TEATRO ALLA SCALA DE MILAN




                                                  CRÓNICA DE LA VANGUARDIA


Aunque como es natural, justo y previsible, este correspondió en definitiva a la pieza maestra del Tríptico, al extraordinario «Gianni Schicchi», que no nos hemos cansado de repetir, siempre que ha habido alguna ocasión, que no sólo es la mejor partitura de Puccini, sino de mucho su más perfecta, ingeniosa y original creación en el aspecto escénico que se beneficia de un libreto prodigioso de gracia, ingenio y refinado sentido escénico. En efecto, Giovacchino Forzano, escritor teatral (murió hace unos meses), que en Suor Angélica» (debido igualmente a él) no hizo más que esbozar un folletinesco argumento que sustentara determinada música, en «Gianni Schicchi», pellizcando un personaje y un episodio da del Dante (extraído de los cantos XXV y XXVI de «La Divina Comedia»), creó con una habilidad de auténtico gran comediógrafo esta imaginaria historia del
difunto Buoso Donati cuya herencia reparte a su antojo el astuto Shicchi, símbolo de la «gente nuova» que barre la falsa be-atería de los viejos que representan las sombras siniestras de la luminosa Florencia, donde ocurre la acción. Tan exquisitamente irónico es el texto de este libreto como es subyugante, descriptiva y refinada la música donde encontramos lo mejor de un Puccini que supo absorber los efluvios del momento impresionista sin dejar de ser invariablemente, personal, auténtico y absolutamente dominador del oficio de operista, de sinfonista y de melodista imaginativo, de incomparable fluidez.
«Gianni Schicchi» ha tenido esta temporada el mismo protagonista que hace diez años representó el papel en el Liceo: el barítono Renato Capecchi, para quien el personaje pucciniano parece especialmente creado para su voz, su manera de darle
la exacta elocuencia y sus magníficas dotes de actor. Su interpretación resultó, pues, de primera categoría en todos los aspectos y centró la representación, a pesar de que la obra exige una labor interpretativa de equipo. Esta circunstancia fue tenida en cuenta al preparar las representaciones de esta temporada y «lo Schicchi» estuvo rodeado de los artistas que la situación requería. En  adecuado contraste con el histrionismo de Capecchi, admiramos la delicia vocal de Angeles Chamorro, mejor que nunca en su personificación de Lauretta, a la
que dio un feliz carácter delicado y apasionado a la vez. La presentación del tenor Juan Sabaté que esperábamos con interés, conociendo los éxitos internacionales que está obteniendo desde hace un tiempo, no nos defraudó. El papel de Rinuccio obliga a mucho vocalmente, y Juan Sabaté superó
airosamente las dificultades de la particela y se afirmó además con un concreto dominio de las tablas, resultado de su depurado oficio y su conocimiento de la escena.
El resto del reparto —doce personajes, cada uno de los cuales, poco o mucho, tiene relieve en la acción—, estuvieron en su sitio, sobre todo como lo que deben ser: comediantes ante todo.
También merece elogio la orquesta en esta ocasión, llevada de la batuta de Antón Guadagno (director de las tres óperas del programa) , que acreditó su condición de músico auténtico, seguro controlador de la marcha general del espectáculo, que en tantas ocasiones le hemos conocido.
Y Diego Monjo, cada día más experto, cuidadoso e imaginativo como regista, tuvo una ocasión máxima de lucirse. Porque «Gianni Schicchi» es propiamente una versión «verista» de la «comedia dell’arte» italiana, de gloriosa tradición, por lo que el responsable de la escena es también protagonista.

Éxito, pues, en general de la representación. Éxito, pero, sobre todo, y grande, de este «tercer acto», del Tríptico pucciniano, que, al menos en su última parte, quisiéramos ver cada temporada en los carteles del Liceo. — XAVIER MONTSALVAGE
                                                       
                                                                                        UMBERTO GIORDANO




ANDREA CHENIER (Giordano) 28 diciembre 1972, director Anton Guadagno, Placido Domingo, Esther Casas, Wassili Janulako
¡¡Otra noche apoteósica!! De las anteriores  <Andrea Chenier>, temporada 1963-64, con Bruno Prevedi y Gian Giacomo Guelfi, y temporada 1967-68 con Richard Tucker y Manuel Ausensi, os puedo decir con toda seguridad que esta <Andrea Chenier>, la  de Placido Domingo, fue realmente la que más me ha gustado. Al paso de los años me he convencido de que  Placido Domingo ha sido uno de los mejores “Andrea Chenier” que han cantado este dificilísimo rol. Franco Corelli y Mario del Monaco han sido también grandes intérpretes. Vocalmente los tres tenores cantan sus roles de formas distintas pero tienen una gran personalidad. Para mi gusto, Placido Domingo les supera en interpretación artística. De todas formas todos ellos han sido grandes cantantes.
Lo que vi esa noche en el Liceo fue simplemente una interpretación fuera de lo normal. Hay que pensar que Placido, cuando cantó en el Liceo tenía 31 años y estaba en plenitud de facultades. Aquí ya se vislumbraba que iba a ser un cantante fuera de lo común. Os puedo decir que la impresión que me dio cuando lo oí por primera vez en la temporada pasada en <Manon Lescasut> ya se notaba que iba a ser un cantante con una gran proyección y así ha sido. Su voz gana mucho cuando lo oyes en directo y a ser posible en un buen teatro. El Liceo posee una sala amplia y con una buena acústica. Como sabéis yo siempre veo las funciones en el quinto piso, es decir lo más alejado del foso de la orquesta y las tablas del escenario, es una costumbre que siempre lo he hecho y lo sigo haciendo. El estar alejado de las candilejas supone que la voz del cantante lo tienes que oír con una gran nitidez y aquí en la lejanía del escenario es cuando puedes dar valor al colorido, volumen y la fuerza  de la voz. Por ello muchas veces no puedo dar la opinión verídica de un cantante, cuando nunca lo he oído cantar desde un teatro. Se supone que sobre las voces del pasado, tienes que fiarte de los comentarios que hicieron los críticos de aquella época, porque de las grabaciones, sí sabes el colorido, pero no el volumen y la fuerza de su voz. En este aspecto yo, tengo una ventaja, acordaros que  conocí al señor Smith, tramoyista del Metropolitan de New York (empezó a trabajar en el “Met” en el año 1910, cuando tenía 20 años y se jubilo en el año 1960) lo conocí en Barcelona en el año 1965, y tuve una efímera amistad con este personaje, y me impregno de sus anécdotas  y me contó de qué forma eran las voces de aquellos años, me hizo comparaciones con voces que yo he conocido en vivo y entonces puedo hacer una exposición de los cantantes de aquellos años. Me habló, de  Tita Rufo, Enrico Caruso, Riccardo Stracciari, Beniamino Gigli, Tito Schipa, de Mario del Mónaco, Franco Corelli, Renata Tebaldi, Gino Penno, y muchos más.  Tengo un sinfín de nombres que me fui apuntando y explicando  las formas y sus tipos de voz. Os puedo decir que  “sobre muchos aficionados juego con ventaja” pues tengo las descripción de las voces de ahora y del pasado. Del  tenor, Gino Penno, me contaba que era una voz de una fuerza descomunal, tenor spinto, con una gran fortaleza en su voz. Me hablo del tenor Giacomo Lauri Volpi, y me comento que la voz que más se parecía a él era la de Franco Correlli, por su vehemencia y sus agudos. Precisamente a Franco Corelli, yo le vi en el Liceo y es por lo que yo puedo calibrar la voz de él, con la de otros cantantes. El señor Smith me comentaba que había voces muy pequeñas, de tenor lírico que, nadie comprendía como en un teatro como el Metropolitan, llenaba el teatro con una pequeña voz, era el caso de Tito Schipa y Ferruccio Tagliavini, tenía la voz muy parecidas pero con la gracia que desde lo más lejano del teatro se escuchaba nítida mente. Me hizo un comentario sobre la voz de Jussi Bjoerlin, que decía de él que era la voz que más asemejaba a Enrico Caruso, y fue muy querido por el público del “ Met”.El señor Smith me comentaba que esas voces eran muy penetrantes. En fin, tengo un esquema de las voces y es por la que me guío.

De la versión que vi esa noche en el Liceo, no he podido encontrar nada. De tordas formas  os voy a poner algunos fragmentos de Ettore Bastianinni, Placido Domingo y María Callas

                                                  
                                                             ETORE BASTIANINI





                                  
                                                AUDIO - Andrea Chenier- Etore Bastianinni- “Son sessant´anni”


                                                        
                                                                           PLACIDO DOMINGO


                                 
                                  VIDEO - Andrea Chenier- Placido Domingo – “Improviso”


                                                       
                                                                               MARÍA CALLAS
                                   
                                AUDIO -Andrea Chenier – Maria Callas “La mamma morta”








TEATRO OPERA DE VIENA

Seguidamente os voy a poner una versión en vivo y subtitulada en español donde nos vamos a encontrar a un Placido Domingo en plenitud de facultades y creo que es una versión antologica, por su gran interpretación vocal y artistica, estando rodeado de otros grandes interpretes . 
Staatsoper de Viena 1981, con la dirección de Nino Santi, siendo su interpretes y personajes: Gabriela Benackova (Maddalena di Coigny), Placido Domingo (Andrea Chenier), Piero Capuccilli (Carlo Gérard)




CRÓNICA DE LA VANGUARDIA

«ANDREA CHENIER», DE GIORDANO
Existe un tipo de ópera, sobre todo en el repertorio italiano, que nunca se ha considerado verdaderamente importante o ha gozado de extensa popularidad, pero que tampoco ha sido mini valuada ni ha perdido vigencia, apareciendo con una cierta periodicidad en todos los teatros del género. «Andrea Chenier» es una de ellas. Umberto Giordano, su autor, fue un «verista» con cierta personalidad aunque no llegara a distinguirse especialmente entre los seguidores de Puccini. De su producción que comprende doce óperas, probablemente «Andrea Chenier» es la mejor, ya que es la que se mantiene aunque sea esporádicamente en los carteles.
Está por encima, sin duda de «Fedora», la única que conocernos aparte de la anterior, y los demás títulos han pasado al olvido.
El libreto de «Andrea Chenier» pertenece a un buen técnico en la materia como fue Luigí Illica y proporcionó al músico muchas situaciones dramáticas y musicales que Giordano aprovechó creando una partitura en la que no se abusa demasiado de las truculencias a que podría dar lugar el argumento y en cambio se ponen en valor aquellos momentos líricos en los que lucen los cantantes y el público aprecia. Tal vez sea esencialmente por esto que «Andrea Chenier» es reclamada por unos y otros y ahora ha vuelto a la escena del Liceo donde estuvo por última vez hace cinco años. Y la reposición se ha efectuado con un reparto protagonista que nos hizo ir al teatro con ilusión y que no defraudó a nadie. La acción de la obra gira en torno a tres personajes principales inmersos en el ambiente de la revolución francesa: «Andrea Chenier», el poeta cantor de la libertad que pierde la vida por el amor de una aristócrata; Magdalena de Coigny quien muere voluntariamente al lado de su amado, y Carlo Gerard, el revolucionario.
Tenor, soprano y barítono presentan los momentos más elocuentes y románticos de la representación; el «improviso» de Chenier en el acto inicial; el relato de Maddalena en el tercero, donde destaca también el monólogo de Gerard, y los dúos del se gundo acto y el que precede el desenlace del drama, páginas verdaderamente notables por su fluidez expresiva y hasta por su intensidad emocional. Requieren de los cantantes facultades vocales y temperamentales que no les han faltado a los que aplaudimos ayer. No nos equivocábamos la temporada pasada, a propósito de «Manon Lescaut», al considerar a Plácido Domingo como el gran
tenor español de este momento y uno de los primeros entre los mejores que existen hoy en activo. En el personaje de Andrea Chenier acaba de probárnoslo nuevamente. Una voz caudalosa como un torrente, densa, de una vibración lírica incomparable; unos agudos que no parecen obligarle a violencia alguna, abiertos, brillantes, rotundos; una fuerza en la expresión, un sentido teatral en el fraseo, una entrega constante y un dominio decidido de la escena; todas estas son las cualidades de Placido Domingo que acaba de poner a contribución para encarnar el papel protagonista con un ímpetu que le ha valido una acogida calurosísima, sobre todo después del «improviso» del acto primero recibido con un clamor de ovaciones, desbordantes. Y también después del recitativo que inicia el último acto, aplaudido con fragor. La soprano Esther Casas debutaba en el Liceo para representar el papel también principal de Maddalena de Coigny. Personaje ingrato, fuerte, excesivamente dramático para su voz. Esther Casas es una cantante admirable, de posibilidades que no dudamos en calificar como excepcionales. Su voz es bellísima, su musicalidad depurada su sentido expresivo muy intenso. Todas estas características le ayudaron a dominar el papel a pesar de que tenemos la sensación de que no era el que le correspondía a sus peculiaridades de artista a la que no le va este desgarro al que obliga la figura de Maddalena, que sube al patíbulo por el amor de un poeta condenado a la guillotina por la revolución francesa en los días del terror. Aplaudimos sinceramente a Esther Casas sobre todo después de su relato del tercer acto, que originó una confortable ovación
Pero estamos seguros que su triunfo sin reservas, absoluto, lo obtendrá en el teatro barcelonés si protagoniza otra heroína
femenina, más delicada, más próxima a su manera de ser musical, de encantador atractivo. El barítono griego, Wassili Jamulako, que prácticamente también debutaba en el Liceo, fue acogido favorablemente. Lo merecía. En el papel de Gerard se impuso con una rotundidad vocal y un ímpetu de cantante y actor que dio valor muy considerable a sus intervenciones, particularmente la del tercer acto, que suscitó también una de las más sinceras y cálidas ovaciones. Al margen del realce protagonista de los tres cantantes a que nos hemos referido, «Andrea Chenier» exige la aportación   circunstancial pero no formularía de otras figuras imprescindibles en el reparto por necesidades del argumento. Estos numerosos personajes, son interpretados con notable propiedad por artistas la mayoría conocidos por el público liceísta que otras veces ya ha podido apreciar sus méritos, en  esta ocasión demostrados por Licia Galvano, Orazio Morí en el papel muy destacado de Roucher el amigo de Chenier, y en otros «Rols», Mildred Tyree, Melita Miculs, Ramón Contreras, Diego Monjo, José Manzaneda, José Ruiz, Eduardo Soto, Juan Pons, Félix Vargas y Juan B. Rocher.
El coro tiene también sus buenas intervenciones y cantó correctamente actuando con necesaria movilidad para ambientar las  escenas que le corresponden de una acción en la que no faltan las tensiones trágicas, dirigida con tacto y conocimiento del oficio por el registra Emile Bochanakov. Fue oportuna la participación del ballet en el primer acto.
Desde la orquesta ayer volvió a dominar la dirección de la que tantas veces se ha responsabilizado, el maestro Antón Guadagno
Estos días, con el «Tríptico» de Puccini, Antón Guadagno ha obtenido de la orquesta una cohesión especial que ayer notamos de nuevo en la versión de la partitura de Giordano, llevada con la necesaria ductilidad para obtener los efectos más emotivos y con el preciso rigor para obtener la debida sincronización con la escena. El recibió, también los aplausos de la concurrencia al final de la obra coronada por un éxito total, aunque fuera motivado principalmente por la actuación de los primeros cantantes. — X. MONTSALVATGE.


                            
                                                   GAETANO DONIZETTI


LA FILLE DU REGIMENTE (Donizetti) 3 enero 1973, director  Adolfo Camozzo, con Maddalena Bonifacio, Ugo Benelli (sustituyó a Eduardo Giménez, por enfermedad) Renato Cappecchi,
Gran sorpresa, me lleve con esta ópera de Donizetti, solamente conocía la célebre aria de los do de pecho y nada  más.  Es una ópera ligera y algo cómica, muy distinta a lo que nos tenía acostumbrado el maestro Donizetti. La versión que cantaron esa noche en el Liceo, se me ha quedado grabada en mi memoria. Podemos decir que para mí fue  un estreno de esta ópera. Estuvo muy bien cantada e interpretada por Maddalena Bonifacio y el tenor lírico ligero Ugo Benelli y con la maestría del barítono Renato Cappecchi. Otra gran noche y esta fue una gran sorpresa para todo el público, ya sabíamos que el tenor Eduardo Giménez no iba a actuar y estábamos expectantes para  ver quién era el sustituto. Personalmente no  lo conocía y fue muy agradable encontrar a  un tenor con una voz peculiar y una gran sapiencia de saber estar en las tablas, en resumidas cuentas un terceto  excepcional. Os voy hacer una observación sobre la cantante Maddalena Bonifacio, esta cantante tiene una voz muy bonita y junto  a muchos aficionados que vimos su actuación en rol de María de <La fille du regiment> todos estábamos de acuerdo que su voz asemejaba a Victoria de los Ángeles. Al pasar los años, y al leer esta observación en mi “Diario”, me he puesto a indagar en YouTube, y he oído varias grabaciones de ella y en efecto tiene un aire a la cantante catalana.

Para que podáis comparar las voces de Juan Diego Florez, Luciano Pavarotti y Alfredo Kraus, aquí os dejo el célebre fragmento de los  “do” de pecho.
                                                     
                                                             LUCIANO PAVAROTTI



                                           





                                                        
                                                                           JUAN DIEGO FLOREZ


                                            
                                 VIDEO - La fille du regiment- J. Diego Flórez- “ Ah mes amis”






                                                 
                                                                         ALFREDO KRAUS



                                                              

                            VIDEO - La fille du regiment – Alfredo Kraus . “Ah mes amis”




Os voy a poner una grabación Completa en DVD, grabada en 2007,  en Staatsoper de Viena con la dirección de Yves Albel, con los interpretes y personajes : Natalie Dessay (Marie), Juan Diego Florez (Tonio), Janina Baechle (Marquesa de Barkenfield), Carlos Alvarez (Sulpice), Clemens Unterreiner (Hortensius), Montserrat Caballé (Duquesa de Craktentorp), Brian Lafge (Brigadier).



          
                                        STAATSOPER DE VIENA

VIDEO La fille du Regiment-Viena 2007-Abel-Deessay-Florez.Alvarez


                             CRÓNICA DE LA VANGUARDIA



UNA PEQUEÑA DELICIA: «LA FIGLIA DEL REGGIMENTO», DE DONIZETTI.
La idea de que Donizetti no escribió 88 óperas, sino que compuso la primera y la repitió 67 veces cambiando sólo el argumento, el ambiente y poca cosa más, no deja de ser bastante cierta. Pero, ¿qué tiene el teatro de Donizetti que a pesar de todo, de repetir las mismas fórmulas y de buscar los mismos efectos —melodramáticos o cómicos— siempre parece renovado, o incluso para nuestra mentalidad actual, fresco y ágil?
Esto lo pensábamos ayer al salir del Liceo, después de asistir a la representación equivalente a estreno de «La figlia del Regiment», puesto que la obra no se había dado en Barcelona desde hacía más de un siglo (concreta mente desde que apareció por última vez en la cartelera del Liceo el 24 de febrero de 1863). «La figlia del Régiment», que es de 1840, y por lo tanto del mismo año que «La Favorita», cinco años posterior a «Luccia de Lammermoor» y tres años anterior al «Don Pascuale», es una pequeña filigrana de humor, una ópera breve, equivalente a lo que sería unos años después de su aparición en los escenarios, la opereta. Si alguna novedad hay en su partitura es que está libre del fárrago que rayando el ridículo perjudica parte de la producción «seria» de Donizetti; los coros sentenciosos y acartonados, los lances enfáticos de los protagonistas que cruzan sus espadas y las heroínas que se desmayan de amor o de dolor. Todo esto está substituido con la misma sarta de arias, duetinos y concertantes con el invariable «do de pecho» en la cadencia final, separadas estas páginas líricas —algunas de auténtica finísima calidad— con algún coro  de soldados para ambientar la acción y unos recitados al piano de corte rossiniano. También alguna de las aludidas arias o variadas cavatinas recuerdan a Rossini, lo que representaría en el estilo de Donizetti un retroceso que no se produce porque el músico de Bérgamo que escribía una tras otra las óperas en quince días, no podía más que ir adelante sin pararse en un prototipo que no fuera el suyo propio.
Total, que «La figlia del Reggimento», que la esperábamos como un trámite neutro en la actual temporada, habrá resultado a mi entender, uno de sus más felices aciertos; par la obra, por Ja presentación y por la interpretación.
Cantó ayer el gran papel de María la soprano Maddalena Bonifaccio, que hace dos temporadas triunfó en «L’Elisir d’Amore», y que aún ha gustado más ahora. Ha sido una protagonista ideal, fluida y luminosa en la voz, con unos agudos impecables y una escuela expresiva perfectamente adaptada a las características de la particela. La hemos admirado igual por su graciosa movilidad en la escena y su identificación con el personaje más simpático de la endeble historia. Cada una de sus intervenciones —las arias sola o con el coro, la graciosamente lección de música y la mejor aria del tercer acto— fueron ovacionadas merecidamente.
El tenor Ugo Benelii (venido precipitadamente de La Scala de Milán para substituir a Eduardo Giménez, que por enfermedad no pudo asumir el rol principal masculino), es este tipo de cantantes que para ciertos papeles quedan maravillosamente bien. Ugo Benelli tiene voz estrecha pero potente y resuelta en los agudos, afilados y punzantes. Es además de un cantante que lo reclaman todos los teatros de Europa por saber encarnar ciertos papeles —como este de Tonio— con absoluta naturalida y desenvoltura, como un actor consumado y de evidente gracia, también fue aplaudidísimo.
El debut liceístico de la mezzo Anna Di Stasio fue otra sorpresa absolutamente positiva. Se trata de una cantante de evidentes facultades y dotes musicales y teatrales especialísimas. Dio vida al personaje burlesco de la Marquesa y lo hizo con tanto acierto que siempre quedó en primer plano, sobre todo en la lección de música del tercer acto que, además de cantar acompañó ella misma al piano a la «alumna» María, lo mismo podríamos decir del barítono Renato Capecchi el estupendo Gianni Schicchi de hace pocos días, gran artista en todos los sentidos, como recientemente fue celebrado.
Y en los demás papeles menos sobresalientes quedaron igualmente bien los participantes; Orazio Morí, Iluminado Muñoz, Juan Pons y Amelia Veiga; el coro masculino, muy bien caracterizado y ajustado, y los elementos dsl cuerpo de baile.
El acierto ha sido además presentar bajo una muy buena dirección el registra Jacobo Kaúfmann, una versión con unos atractivos decorados de Ferruccio Villagrossi, recordando las «images d’Espinal», los grabados colorido y de una deliberada ingenuidad plástica.
Unido todo eso a una dirección musical muy eficiente, llevada con ligereza y preciosismo en el detalle por el maestro Adolfo

Camozzo, tenemos que convenir que una de las óperas que pensábamos pasaría sin mucho relieve al lado de las demás de la temporada, ha resultado un legítimo triunfo para todos que el público ayer no se cansa de subrayar con constantes interrupciones da la acción por los aplausos y con manifestaciones de franco entusiasmo al final de los dos actos. — Xavier MONTSALVATGE.

                     

                                                  GIUSEPPE VERDI


UN BALLO IN MASCHERA (Verdi), 9 de enero 1973, Director Adolfo Canozzo, con Montserrat Caballe, Placido Domingo, Cornell MacNeil, Linda Chokosian,Trinidad Paniagua.
Otra versión de <Un ballo in maschera>, bueno, bueno, sobre lo que vi esa noche hay algunas cosas que os tengo que decir. Empecemos por contaros que era martes y alrededor de las diecisiete horas de la tarde me llama mi buen amigo “Jordi” el que me proporcionaba las entradas del Liceo,  me comentaba que algo se estaba cociendo en el Liceo, pues su amigo y el mio, que trabaja en el teatro, el tal “Pepito”, le había dicho que era posible que fueran a suspender la función de la noche, pues se decía que Montserrat Caballe no estaba bien y Placido Domingo padecía de gripe, en definitiva todo estaba en el aire. Me comentó que estaba en comunicación con el tal “Pepito”, que es  el que se cuidaba de los abonos y esperaba noticias sobre la decisión. A las dieciocho horas me llamo “Jordi” y me comunica, que si, se cantaba pero de todas formas no estaban bien los cantantes. Ya en el teatro había un “ru, run” y se decía que estuvo   punto de cancelar  y al final iban a cantar pero bajo de facultades. Ya cuando empezó la función, notamos que el barítono no estaba bien de voz, pero Montserrat Caballe y Placido Domingo quedamos todo el teatro pasmados de lo bien que sacaron su función. Es de agradecer, pues se esforzaron al máximo y se sobrepusieron. Hay que reconocer que estábamos ante dos cantantes “todo terreno”. Estos dos cantantes estaban en el apogeo de sus carreras, con unas facultades extraordinarias y con un saber estar en las tablas que todo el publico quedó asombrado de sus gran actuación. El barítono, de forma que fue cantando,se recupero y al final quedó bien parado, pero la realidad es, que se le noto que su voz estaba algo cascada,  pero con una gran profesionalidad, sapiencia y su gran figura hizo un <Renato> muy aceptable. Como comprenderéis otra noche antológica. Ahora al cabo de los años, pienso  los <Un ballo in maschera> que he presenciado en este teatro del Liceo y me dan  escalofrios. ¡¡Fijaros a los cantantes que he visto en vivo de esta  ópera tan grandiosa de  Verdi <Un ballo in maschera>!!  En la temporada 1960-61, con Giuseppe di Stefano, Marcela Pobbe y Dino Dondi; temporada 1965-66, Richard Tucker, Manuel Ausensi, Ami Shurad; temporada 1968-69, Carlo Bergonzi, M. Ausensi y Rita Orlandi; y la que os estoy relatando con Domingo, Caballe y Neill, ¿Qué os parece? Todas estuvieron a un gran nivel, y vosotros estoy seguro que me preguntaríais ¿Cuál fue la mejor?, ami no me gusta las comparaciones pero soy realista y por el tiempo y los años de experiencia que he contraído, sé,  ¿qué cantantes para mi gusto son los mejores? y con esto es como siempre digo, es,  una opinión muy personal: en el rol de <Riccardo>, me decanto con Carlo Bergonzi, en el rol de <Renato>, con Cornell MacNeil (  y eso que esa noche estaba mermado), y en el rol de <Amelia > con Montserrat Caballe. Con todo esto, no desmerezco a los demás cantantes, es una opinión muy particular, y por supuesto para debatir horas y horas….

He podido encontrar unos fragmentos de la misma noche que se interpreto en el Liceo, y podréis comprobar las voces de estos grandiosos cantantes .


                     
                    
                                                                                                Montserrat Caballé                                                     Placido Domingo



                                                              

                                                 CORNELL MACKNEIL


                              
             AUDIO - Un ballo in maschera- C. Mackneil – “ Alla vita chet´arride"


                                 

                                        AUDIO - Un ballo in maschera- M. Caballe- “ Ecco l´orrido campo”

                                 
                                     AUDIO Un ballo in maschera- P. Domingo- M. Caballe- “ Teco iosto”


                                
                              AUDIO - Un ballo in maschera- M. Caballe- “Morro ma prima in grazia”

                                   
                                                 AUDIO -Un ballo in maschera- Corneill Mackneil- “ Eri tu”

                                       
                                     AUDIO - Un ballo in maschera- P. Domingo- “Forse la sogila attinse”


Ahora os propongo una representación de "Un Ballo"en VÍDEO, en vivo, en el año 1975, desde el teatro Covent Garden dirigido por Claudio Abbado,con los interpretes y personajes : Katia Ricciarelli (Amelia), Placido Domingo (Gustavo),Piero Capuccilli (Renato),  Resi Grist (Oscar), y Elisabeth Bainbridge (Ulrica)


                                            Royal Opera House




                                    CRÓNICA DE LA VANGUARDIA

UN BALLO IN MASCHERA
Esta última reposición del Gran Teatro del Liceo, en el  punto máximo de la temporada, representaba asimismo, la más alta
aspiración para los aficionados a la ópera, los cuales venían especulando largamente en su reparto literalmente fabuloso. En el drama verdiano, incluso al margen de estos títulos fuera de serie como un Otello o un Falstaff, hay siempre una extraña capacidad  de penetración en la hondura psicológica de los personajes y en el contexto humano de la situación. Situaciones que parecerían bordear la inconsistencia de la mayoría de los libretos de ambiente histórico de sus predecesores y que en Verdi
quedan totalmente redimidas por obra de su inagotable vena de invenciones en todos los planos musicales. Porque no se trata solamente de aquella tan aireada capacidad de invención de la línea melódica justa y perfecta, siempre sorprendente, para cada instante y cada personaje. Está también aquella extrema seriedad en el oficio que eleva la orquesta y sobre todo la trabazón interna de la obra a una superior unidad característica.
En versiones estelares como la que hoy ocupa este comentario es precisamente cuando llega a calarse más hondo en la trascendencia de la creación verdiana, considerada bajo el punto de vista de su interés dramático. Esa verdadera tragedia del amor, la amistad, la fidelidad y la duda nos ha alcanzado a vivir con una fuerza tal, que dudamos hubiese sido igualada en otras versiones de antaño. Y aun a pesar de que a última hora la fatalidad parecía volver a cernirse sobre el éxito de la representación.
Noticias de una reciente y banal pero fastidiosa indisposición de Montserrat Caballé, rumores asimismo de afección gripal de Plácido Domingo, confirmados oficialmente antes de iniciarse la representación y visible baja forma en la primera salida de Corneil MacNeil, con primeras reacciones de impaciencia en el último piso del teatro. Todo parecía pues abocado a una representación cautelosa, sin manifestación franca de facultades y un resultado final de nivel intrascendente.
Pero todo se desarrolló de la mejor manera posible con estos grandes divos, o sea a una altura excepcional del éxito memorable. Nuevamente es forzoso comenzar por la actuación de Montserrat Caballé, contra la que no parecen existir dificultades, indisposiciones o fatiga, antes al contrario parecen actuarle de estimulante. La Caballé con mejor y más voz que nunca, con unos graves amplios y bellísimos y su legendario fíato tan patente en los agudos, se produjo con aquella característica seguridad en todas las regiones de su registro. He aquí un papel sumamente dramático que no excluye los momentos del más delicado lirismo. Y es forzoso hablar también inmediatamente de Plácido Domingo para poder hacer alusión cumplida a la escena cumbre de la ópera, el dúo de amor del tercer acto. Respecto del citado tenor, es posible que su actuación estuviese afectada por una ligera contención cautelosa en vista de su gripe de turno, en todo caso más psicológica y de prudencia en el transcurso de los papeles de menor trascendencia.
Pero en el momento oportuno y dado toda las grandes escenas no pareció existir la menor restricción respecto de su rendimiento arrollador habitual. Estamos por decir incluso que en aquellos instantes de posible actuación en sentido  conservador de la voz, habremos  escuchado el mejor Plácido Domingo hasta el momento, con toda su atención centrada en la perfección del fraseo, en la demostración de un gran estilo que en la actualidad tan sólo deberá compartir ya con un Bergonzi. Perfección estilística por lo tanto, sin perjuicio de arrollar también a su hora a los ansiosos de la pura «facultad», entonces con su potencia asombrosa y su coetánea belleza de la voz. Es pues, en estas condiciones y bajo estas premisas que el dúo del
tercer acto —Caballé-Domingo— alcanzó niveles de la máxima trascendencia y el subsiguiente éxito apoteosis. Con Corneíl Mac Neil ocurrió el fenómeno arriba apuntado, o sea una primera salida ligeramente alarmante, en relación con lo que cabía esperar de un barítono que hace tan sólo un par de años persistía en un puesto netamente estelar. La alarma parecía proceder de la región de los agudos, seguros pero afectados ya de la característica vibración de la decadencia, en este sentido imparable ya. Pero todo pareció entrar en un cauce favorable a partir del tercer acto, para volver por sus fueros de gran estrella en su gran escena del siguiente. Es curioso considerar cómo con tanta facilidad puede el público pasar de la frialdad, casi el siseo, al entusiasmo más desenfrenado. Gran impresión produjo la intervención  de Linda Chookasian en el episódico pero importante papel de Ulrica. Es llanamente una cantante de primerísima fila, de muy bella voz y gran escuela, seguramente muy experimentada en estas lides.
Hay que citar en forma a Trinidad Paniagua que tenía encomendada la defensa del delicado papel de Oscar y que realizó con total solvencia, frente a la amenazadora dimensión de sus oponentes. Tiene bella voz y aún mejor escuela que le permite moverse con muchas soltura en cierta región de los agudos, con los que alcanza notable proyección. Una intervención que debe anotarse nuestra cantante como un neto éxito para su carrera. Enrique Serra tenía una breve intervención en el segundo acto, pero creemos que no pasó desapercibida para ninguno de los verdaderos entendidos. Y finalmente, la importante y también destacada intervención de la consabida pareja que integran los delicados papeles de Samuel y Tom, muy bien interpretada por Carlo del Bosco y Juan Pons.
Dirección de orquesta de gran eficacia en los referidos momentos culminantes de la ópera a cargo de Adolfo Camozzo y buena actuación, muy sólida de los coros. Participación episódica del cuerpo de baile sin papel especial para destacarse en calidad
solística. — SOLIUS




                                                
                                                                                        GIACOMO PUCCINI



TURANDOT (Puccini)13 enero sabado, director Octavio Ziino, con Ingrid Bjoner, Pedro Lavirgen, A. Chamorro.
Espectacular , la soprano spinto, Ingrid Bjoner, os puedo decir que por los años que han pasado y son muchos, he visto, y e oído muchas versiones pero como la soprano alemana Ingrid Bjoner, no  he visto ninguna, se habla de  Birgit Nilson como la más espectacular, yo me quedo con la que vi esa noche en el Liceo. Para que os deis cuenta de la fortaleza de su voz, tan penetrante y con tanta personalidad, que el tenor Pedro Lavirgen, que tiene un chorro de voz, cuando cantaba junto a ella, su voz quedaba empequeñecida. Otra noche  de grandes recuerdos, esta ópera ha quedado grabada en mi memoria, primero por la actuación de la soprano alemana y segundo, la demostración de Pedro Lavirgen que ha sido unos de los mejores tenores  con más profesionalidad y valentía,que han pasado por el Liceo, me ha demostrado su gran vehemencia, su generosidad para abordar todos sus roles, exponiendo toda su fortaleza y sapiencia, le doy un ¡¡Bravo!!.
Poco, he podido encontrar por Pedro Lavirgen y la soprano Ingrid Bjoner, pero suficiente como  para demostraros lo grande que son estas dos voces.


                                                     

   INGRID BJONER                                                                 PEDRO LAVIRGEN


                             
                                  AUDIO - Turandot- Pedro Lavirgen- “Non piangere Liu”


Aquí vais a oír a Pedro Lavirgen en una actuación en vivo desde el teatro de San Carlo de Napoles, y podreis apreciar la estima que se le tenia a este tenor cordobés, le hicieron repetir su “Nessun dorma” y esta era su valentía y gran corazón para repetir y como apreciareis vosotros mismos su gran generosidad.

                               
                                                AUDIO - Turandot- Pedro Lavirgen- “Nesun dorma” Bis-

Ahora os voy a poner a la soprano alemana, Ingrid Bjoner en una  versión de concierto de la escena “ Inquesta reggia”, y apreciareis su fortaleza  y penetrante voz. Y seguidamente a la cantante Gertrude Grob Prandl en un espectacular versión en vivo, cantando esta famosisima aria de <In questa reggia>

                                     
                                                 AUDIO - Turandot- Gertrude Grob Prandl-  “ In questa reggia


La grabación en vivo  y en VIDEO, 1981 que os voy a proponer desde el Teatro de ópera Nacional de París de la <Turandot>, siendo su director Seiji Ozawa y con los intrpretes y personajes: Montserrat Caballé (La Princesa Turandot),, Giuseppe Giacomini (Calaf), Leontine Mitchell (Liu)


                                   TEATRO ÓPERA DE PARÍS


VIDEO -TURANDOT- Paris-1981 - Ozawa-Caballé- Giacomini-Mitchel




                                      CRÓNICA DE LA VANGUARDIA


TURANDOT DE PUCCÍNI
La Princesa Turandot es la más poemática de las óperas de Puccini o al menos así quiere parecer por la manera como está presentado el tema legendario de los libretistas Adami y Simoni, tratado musicalmente como un gran retablo exótico a base de una «chinoisserie» pintoresca donde alrededor de la figura irreal de Turandot y las que quieren ser más humanas de Liú y Calaf, todo toma un carácter decorativo, incluyendo la presencia del coro, tratado por primera vez por Puccini como un elemento importante y glosador de la acción.
Turandot, con todo, no escapa a la voluntad «verista» del compositor que murió antes de dar cima a la partitura. En esta música, persiste la fluida generosidad melódica —menos espontánea tal vez que en las óperas anteriores del mismo autor— y a través de una más aparente que real implicación folklórica (china, por supuesto) en el trazo lírico, armónico e instrumental de la realización, adivinamos quo Puccini absorbió
profundamente  las enseñanzas del teatro musical  ruso y los perfumes del impresionismo francés. De haber vivido después de
haber escrito la casi totalidad de esta obra que terminó su discípulo Franco Alfano (con tanta habilidad que no es posible notar la «soldadura» antes del gran dúo final), Puccini a bien seguro que habría creado alguna otra ópera renovándose totalmente sin perder su fuertísima personalidad que emana de Turandot igual que da todas las demás partituras suyas.
Turandot fue presentado anoche con una gran protagonista, la soprano dramática Ingrid Bjoner, capaz, de afrontar la terrible dureza de los agudos que se prodigan en la partitura, sobre todo en el segundo acto, que fue donde la artista noruega dio la medida de sus posibilidades en cuanto a su tesitura vocal, si bien en el resto de la obra quedó más humanizada, más musical, al menos por nuestro gusto. Ingrid Bjoner cantó hace dos temporadas una magnífica Isolda. Ahora ha sido la Princesa Turandot de un empuje extraordinario, aunque quedara forzosamente dura en su dicción.
Puccini reservó también para el papel de Príncipe Calaf sus buenos agudos que Pedro Lavirgen hemos oído cómo superaba perfectamente y resueltamente. Su voz, al lado de la de Ingrid Bjoner, quedaba a veces como en segundo plano, en un clima más lírico que en definitiva es el que corresponde a la vena melódica pucciniana. Por esto nos gustó tanto y creo que mereció ayer tantas ovaciones como las que cosechó —junto con
gritos de entusiasmo—la protagonista femenina.
En el personaje más delicado de Liú,  hizo su presentación en España la soprano Ute de Vargas, austríaca aunque por su nombre puede no parecería. Ute de Vargas domina su voz, aceptable y poco más, con talento y se nota su depurada formación artística.
Destaquemos como otras figuras sobresalientes del reparto los tres ministros Ping, Pong y Pang, personificados con gracia y
justeza tanto en su dicción vocal como en su trabajo de actores, por Alberto García, Bartolomé Bardají y José Manzaneda, que
dieron sobra todo un acusado relieve al interludio del segundo acto.
Dudo de si se pueda presentar escenográfica mente bien, con depurado gusto estas ceremonias chinas de pacotilla que constituye  el envoltorio plástico de Turandot. Por esto no censuramos la presentación, rica y vistosa que nos acaban de ofrecer ahora en el Liceo, pero no podemos callarnos, para dejar a salvo nuestro gusto, que ha resultado, según personal opinión, del más puro y del más «camp» estilo revisteril. En verdad, el segundo acto de esta Turandot desde este punto de vista, no tiene desperdicio.

Ottavio Ziino, conocido en el Liceo, ha llenado la obra musicalmente con vigor y la necesaria tensión rítmica. Personalmente confieso que es en la orquesta, en la partitura misma de Turandot donde veo encerrado el talento y la capacidad de asimilación de las corrientes estéticas europeas que tuvo Puccini, sobre todo al final de su vida. Hay en varias páginas de Turandot tanto contenido musical, tanta sabiduría de orquestador que si alguien es capaz de escucharlas prescindiendo del aparatoso tinglado escenográfico e incluso, a veces, de las voces, se dará perfecta cuenta de la categoría máxima de Puccini, un gran músico en el sentido más íntegro de la palabra. — Xavier MONTSALVATGE.


                                                        

                                                                VICENZO BELLINI


                                      
NORMA (Bellini) 25 de enero 1973. Director Gianfranco Masini, con Montserrat Caballe, Bruno Prevedi, Bianca Berini, Gwyne Howell.
Esta Norma que vi en el Liceo ha quedado grabada en mi mente, como la mejor que he visto en este teatro del Liceo y os puedo decir que he visto cuatro versiones, sin contar con la que estoy mencionando. Os explico: la temporada 1958-59, la cantaron Anita Cerquetti como “Norma”, (esta cantante fue la que sustituyo a María Callas en la “tempestuosa” <Norma> del Teatro Ópera  de Roma en la temporada 1958), “Aldagisa”, fue la mezzosoprano  Fedora Barbieri, “Pollione” fue Giuseppe Vertechi y “Oroveso” Giuseppe Modesti; en la temporada 1962-63, la cantaron, como “Norma”,  Leyla Gencer, como “Aldagisa”, Fiorenza Cosotto, en el rol de “Pollione” el tenor Bruno Prevedi, y el de “Oroveso” el bajo Ivo Vinco (esposo de Fiorenza Cossotto); en la temporada 1966-67, en esta <Norma>  se presentaba cantando Montserrat Caballe, en el rol de “Aldagisa”, la mezosoprano Fiorenza Cosotto, “Pollione”  Charles Craig y en el rol Oroveso el bajo Ivo Vinco. Como veis unos repartos todos excepcionales.
 Antes de llegar, Montserrat Caballe a cantar la Norma, para mi gusto, la mejor intérprete era Anita Cerquetti, la “Adalgisa”  Fiorenza Cosotto y como “Pollione”  Bruno Prevedi. Dicho esto, la Norma que presencie en esta temporada 1972-73.  Ha sido y sigue siendo para mi parecer, Montserrat Caballe la mejor <Norma> de todas las que  he visto y he oído. Sí, sé que muchos de vosotros aficionados, pensareis en María Callas, y sí, esta cantante griega la hizo muy popular y está en mente de todos vosotros sus excepcionales dotes de cantante.  Cada uno su opinión es válida, pues estamos ante dos monstruos de la lírica y todos los pareceres son validos por lo tanto cada uno se quede con su opinión, a mi me valen todas la opiniones.

Os voy a poner la versión completa de Norma que se canto en el Liceo el 3 de Febrero de 1973.La mezo soprano Bianca Berini en la noche que se grabo dicha función fue sustituida por Margreta ElKins. Orquesta y Coro del Gran Teatro del Liceo estando dirigidas por Gianfranco Masini y con los interpretes y personajes : Montserrat Caballé (Norma), Margreta Elkins (Adalgisa), Bruno Prevedi (Pollione), Gwynne Howell (Oroveso).


                                        GRAN TEATRO DEL LICEO

                         AUDIO NORMA- Liceo 1973-Masini-Caballe- Elkins -Prevedi







                                    CRÓNICA DE LA VANGUARDIA



LA CASTA DIVA DE MONTSERRAT CABALLE
No podía suceder de otro modo; ayer el triunfo de «Norma» con Montserrat Caballé en la cabeza del reparto fue el que obtuvo en nuestro mismo escenario hace tres años (como ahora, junto con el tenor Bruno Prevedi), pero multiplicado por tantas guarismos como ha podido agregar por sus otros éxitos con la ópera de Bellíni, que la crítica francesa e italiana han calificado de históricos, en la Opera de París o La Scala de Milán. Montserrat Caballé cantó por primera vez «Norma» en el Liceo, como hemos indicado, en enero de 1970, pero «La Norma de Barcelona» creo que fue la de anoche. Tal vez porque la artista estaba en mejor disposición que nunca, acaso porque a quien esto escribe le pareció así (igual que a la interesa poco o nada, sitúa los personajes el teatro) o porque a uno también la gusta dejarse contagiar por el entusiasmo general.
«Norma», además, es una ópera que parece hecha a medida para la personalidad entera de la cantante barcelonesa. Quiere alcanzar —aunque no llega a tanto— la magnitud de un tragedia griega (para el caso romana, es igual) y aunque en este aspecto interesa poco o nada, sitúa los personajes en un clima de éxtasis dramático ideal para que no deban preocuparse más que decirlo todo con el sentido, la inflexión y el virtuosismo de la voz. Bellini alcanzó con  la octava de sus óperas una seducción melódica a la que no había llegado en sus anteriores «II Pirata» o «La Sonámbula», y a la que sólo se aproximaría después, al final  de su breve existencia, en «I Puritani»  ímpetu dramático y, sobre todo, subyugante color en la tesitura de su voz, son los actuales atributos da Montserrat Caballé, que sólo hace unos días manifestaba esplendorosamente en «Un ballo in maschera» y que ahora ha vuelto a poner en juego, junto a esta prodigiosa técnica suya de los filados, de un virtuosismo que nunca parece fruto do un estudio tenaz sino un  don mágico caído de un imaginario cielo «belcantista».
La función, con una protagonista de tanta categoría, acabamos de aplaudirla también por la presencia en el papel de Adalgisa de la mezzo Bianca Berini, que esta misma temporada había participado en la representación de «Adriana Lecouvreur», en la, primera función de otoño. Francamente, al margen de la consideración que tenemos por el arte de Bianca Berini, no sospechábamos que podía establecer con la Caballé un diálogo tan equilibrado. Dos dúos famosos de Norma y Adalgisa, particularmente el que discurre a lo largo de todo el acto tercero han resultado el «clon» de la representación por la entrega de dos artistas a esta especie de competición vocal que ha llenado el ámbito del teatro con una elocuencia justificante de todos los entusiasmos. Ha sido, sin duda, el «clon» de la noche, aunque naturalmente después de haberse producido el del primer acto, el recitativo y aria más sobresaliente de la obra, la «Casta Diva», después do la cual el desbordamiento da las ovaciones dedicadas a Montserrat parecía que no iba a terminar nunca. La verdad es que la versión ha sido de antología, para recordarla siempre por su tensión emotiva, por su perfecta línea, su aplomo y una nobleza de estilo insuperable.
Como he dicho al principio Bruno Prevedi hizo con la Caballé la «Norma» do tres  temporadas atrás (y también —no con la
Caballé— la de hace diez años). Bruno Provedi sigue siendo un tenor de facultades vocales excelentes. Acaso por provenir del registro de los barítonos su timbre nos ha parecido esta vez que resultaba en muchísimos  pasajes ambiguo de afinación y su manera de decir como violentada. Esto no quita que por el hecho de poseer una voz potente, clara, viril y emotiva, por dominar plenamente el oficio, su personificación de Pollione, el procónsul romano, ha resultado de apreciable valía.
Ha destacado un bajo de primea calidad como es Qwyne  Howell en el papel de Oroveso, sobre todo en el primer acto, y en intervenciones menos preponderante Judith Dorion (Clotilde) José Manzaneta (Flavio).
La orquesta ha marchado ágilmente y el coro ha intervenido dando un empaque polifónico al primer acto. La presentación es
normal en esta obra aunque se hayan utilizado unos decorados de evocación entre romana y paleolítica.
Finalmente el maestro Gianfranco Masini (que también en la inauguración de la temporada dirigió «Adriana Lecouvreur») ha vuelto a manifestar su autoridad y un conocimiento perceptible del clima sinfónico que debe darse a Bellini.
<Norma> es una ópera larga, con tres entreactos largos. Hemos debido abandonar el teatro antes de terminar la función para redactar este comentario que no pueda hacer referencia a parte del último acto y a la ovación final que a no dudar habrá coronado el triunfo del «bel canto» a través principalmente de la voz de nuestra admirable compatriota. XAVIER MONTSALVATGE.



Esta fue mi última representación que vi en mi estancia larga en Barcelona. Luego volveré como en mis primeros tiempos, a  hacer esporádicos viajes para ver alguna función.
Ya para primero del mes de junio, abandoné Barcelona y me incorpore de nuevo en mi ciudad natal Alicante. ¿Nostalgia? mucha pero esto son los avatares de la vida, hay que hacer frente a todo lo que en la vida nos viene, pero no hay más remedio, y siempre con alegría y pensando y actuando en positivo.

Yo ya lo tenía todo planeado, para la próxima temporada 1973-74, haría como hacia al principio, acercarme a Barcelona para ver alguna función que me llamara la atención y así de esa forma no perder el contacto con la ópera de alto nivel, pues aquí en Alicante se representa pocas funciones de ópera. Seguiremos en contacto…















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