miércoles, 6 de septiembre de 2017

TEMPORADA 1973-1974

                                                                     TEMPORADA 1973- 1974
                                                   GRAN TEATRO DEL LICEO


Temporada 1973-1974 del LiceO


La temporada 1973-1974 del Liceo en la primera función de Lucia di Lammermoor , que se retransmitía por radio, el tenor Jaume Aragall sufrió una lipotimia en plena aria final de Edgardo, dejando de cantar y abandonando la escena. La función se suspendió unos 20 minutos, tras los cuales Jaime volvió a escena y repitió el aria desde el comienzo, finalizando la función con toda normalidad.
Temporada 1973-1974 del lICEO [1] [2]
Ópera
Compositor
Director musical
Director de escena
Papeles principales
Producción
Fechas
26 de diciembre al 2 de enero
enero
diciembre
diciembre
29 de diciembre al 5 de enero
8 de enero





                                                
                                                                                        VINCENZO BELLINI


CATERINA CORNARO (Donizetti). Inauguración de la temporada, director Carlo Felice Ciliario, con Montserrat Caballé, Jaime Aragall, Renato Bruson, Silvano Pagliucci.
Este viaje me recuerda al principio de los años 1953 cuando empecé a viajar con los compañeros Manolo Polo  y Enrriquito. Naturalmente hice el viaje con ellos para ver la segunda representación de Caterina Cornaro, que se cantó el sábado 10 de noviembre. La llegada la tuvimos el mismo sábado sobre la 5 de la tarde, (ahora íbamos en coche, esto es un viaje más cómodo que el tren) y nos fuimos directamente a casa de Jordi,  que nos estaba esperando para darnos las entradas y de allí fuimos al hotel Alicante cerca de la Plaza  de Cataluña, nos dio tiempo a descansar un poco y arreglarnos para ir al teatro. Los tres recordábamos los momentos de aquellos años cuando veníamos en el tren, en fin momentos muy nostálgicos. La inauguración de la temporada fue el jueves pasado, y los compañeros del Liceo que estuve saludándoles, me comentaron que estuvieron todos muy bien y en especial la pareja Caballé y Aragall.
Mi opinión os la  doy seguidamente: era la primera vez que veía esta ópera de Donizetti, musicalmente es magnífica, el estilo peculiar de Donizetti, con un estudio milimétrico de las voces dándole un lirismo, romanticismo y a la vez dramatismo, puro bel canto. A los que nos gusta la música de Bellini y Donizetti, nos tiene prendados de sus arias, concertantes y cabaletas. Por los años que ya han pasado, cada vez me entusiasma más la música bel cantista. ¡¡ Y qué difícil son de interpretar!! ,  tienen que ser unas voces de una gran calidad como las de Caballé y Aragall, voces que en esos años estaban en plenitud de facultades. Fue otra noche mágica, y han sido tantas, me congratulo de haber asistido a noches espectaculares y con unos cantantes que hoy en día se encuentran pocos, en la cuestión de la cuerda de tenores hay una gran diferencia, cuídeme donde están en la actualidad, los  Kraus , Pavarotti, Corelli,  del Monaco, Bergonzi, Tucker, Domingo,  en fin os estaría contando muchos más cantantes, hoy en la actualidad tenemos a Vargas, Alvarez, Florez, Armiliato, Villazon, Beczala y algunos más , como veréis la diferencia es abismal, lo único que los cantantes de hoy en día superan a los anteriores, es el saber interpretar y moverse por la escena y todo es debido a que las televisiones imponen una nueva asignatura de interpretación que antes no había. Sé que algunos aficionados no estarán de acuerdo con mis matizaciones de los cantantes, por ello no nos vamos a enfadar, esta es una apreciación muy particular y la mantengo.
Sobre la opera que se cantó esa noche en el Liceo, hay pocas grabaciones, algo os voy  a poner. De la actuación del Liceo os voy a poner unos fragmentos  que canta Montserrat Caballé, Jaime Aragall y Tenato Bruson.


                                    
                                                        RENATO BRUSON



                                    

                                                      AUDIO  - Caterina Cornaro -Renato Bruson –Fragmento

                                                

                                                                                         JAIME ARAGALL 

                                   
                                                      AUDIO – Caterin Cornaro . J. Aragall- “ Io trar non voglio”


                                      
                                                                               MONTSERRAT CABALLÉ

                                          
                      AUDIO – Caterina Cornaro – M. Caballé- jJ. Aragall " Tu l´amor mio"

AUDIO – Caterina Cornaro – M. Caballé – Aragall- Bruson "Indietro lo, vi carnafice"



Finalmente os voy a poner una grabación  en AUDIO, que  se interpreto en el año 1972 en el teatro San Carlo di Napoli con la orquesta y Coro de dicho teatro con la dirección de Carlo Felice Cilliario y con los interpretes y personajes : Leyla Gencer (Caterina Cornaro), Jaime Aragall (Gerardo), Renato Bruson (Lusignano), Luigi Rinani (MocenigoO

Os diré  que esta ópera fue la última que escribió Donizetti.

                  
                                       TEATRO SAN CARLO DI NAPOLI





                                                    CRÓNICA DE LA VANGUARDIA


Inauguración de la temporada de ópera con Montserrat Caballé y Jaime Aragall protagonistas sobresalientes en «Caterina Cornaro» de Donizetti
Empiezan las funciones de ópera en el Liceo y como ha sucedido siempre, el espectáculo de la inauguración constituye una fiesta social, que de todos modos se apoya sobre una realidad artística. La de esta temporada ha logrado la solemnidad requerida principalmente por el nombre de los primeros intérpretes ya que, contrariando la costumbre,  la empresa creyó oportuno supeditar la popularidad de la ópera escogida a la personalidad y fama de los cantantes protagonistas del espectáculo. En efecto, «Caterina Cornaro» era hasta hace poco una partitura perdida que se citaba como la número 62 entre las 67 óperas que componen el vastísimo catálogo de Donizetti. Su existencia fue descubierta hace poco tiempo, requiriendo la partitura una reconstrucción que ha dado a la obra el carácter que es imaginable tenía cuando se estrenó en el San Carlo de Napóles en 1844. La versión actual de «Caterina Cornaro» fue reestrenada hace poco en Nápoles y Londres, descubriendo el público que en la pieza hay lo imprescindible en las partituras de Donizetti: una inagotable invención melódica ceñida únicamente a las preferencias do los cantantes que pueden afrontar sin miedo las mayores piruetas virtuosismos; un dramatismo inocuo desde el punto de vista emocional pero descrito con vivos contrastes principalmente en los recitativos y episódicamente en los coros, y un intento muy elemental de describir con la orquesta la realidad psicológica de los personajes y el clima de las situaciones, perfectamente teatrales hasta el tópico, aunque acertad amente provocadas y bien hilvanadas.
Poco más puede decirse respecto a «Caterina Cornaro».
Un Donizetti más, no a la altura de una «Lucia» o un «Don
Pascuale» (ni de mucho), pero sí con cierta atracción, fluidez, dulzura, y cuando se tercia un limitado vigor que nunca está ausente en la música rigurosamente operística, bel cantista y decimonónica del compositor de Bérgamo. Escénica mente, la desconocida ópera tampoco aporta nada de nuevo; un ambiente de capa y espada en un marco veneciano de bambalinas gótico-pomposas y un argumento de amores dramáticamente contrariados por razones políticas, dinásticas, de casta, etc. Pero lo que se trataba ayer era de oír de nuevo a Montserrat Caballé que fue la protagonista de la obra en Londres, al lado de Jaime Aragall, quien la cantó en Nápoles.
Acabamos de aplaudir a la Caballé de siempre, con su dominio perfecto de una voz privilegiada, robusta y lírica en los recitados y arias de bravura, infinitamente mórbida y dulce en los pasajes de expresión contenida, con un aliento inagotable y una manera teatral en la dicción que hacen de ella actualmente una de las dos o tres primeras sopranos operísticas mundiales.
Hay que decir que la obra, a pesar de sus dificultades y momentos de lucimiento no se ha permitido «lanzarse» como lo hará sin duda en las «Traviata» y «Aída» próximas, pero con todo en «Caterina Cornaro» hemos escuchado a nuestra admirada Montserrat en plenas facultades sobre todo en el acto central y antes, en un dúo del primer acto, muy donizettiano con Jaime Aragall. Este ha superado en todo momento las dificultades de su papel. Aragall está cada día mejor como artista consciente y de posibilidades. Su voz no ha perdido nada de su pureza, vibración y temple, ganando además en consistencia, en densidad derivando hacia el color vocal de tenor lírico. Ha cantado con entrega en todo momento y en particular en el dúo del primer acto, el del acto central con la Caballé y al final, donde su intervención ha cobrado especial brillantez.
 La sorpresa, de la representación ha sido la calidad verdaderamente superior del barítono italiano Renato Bruson; magnífico de timbre, de una musicalidad depurada y una manera de decir siempre emotiva sin dejar de perder una sobriedad que particularmente le admiramos. En el acto central ha tenido su momento más lucido.
También debutaba en el Liceo el bajo Silvano Pagliuca, bueno como cantante y actor. Estos primeros artistas se compenetraron especialmente en un cuarteto con el que termina el acto central de la obra y que acaso es, musicalmente lo mejor de la misma. Hace pensar bastante en el cuarteto de «Rigoletto» que es seis años posterior y no sería imposible que Verdi lo tuviera en el subconsciente al componer su famosísima partitura.
La participación de Antonio Borras, José Manzaneda, Cecilia Fontdevila y José Ruiz, en otros papeles circunstanciales, ha sido estimable. También la del coro que vuelve a regirse por la dirección del maestro Ricardo Bottino. Un bello coro interno femenino al principio y el de hombres, sobre todo en el segundo acto fueron resueltos apropiadamente. Diego Monjó ha dirigido la escena con oficio.
Resaltemos finalmente la labor de la orquesta. Se nota que va ganando veteranía y aunque la partitura de Donizetti no es peligrosa, sí es muy clara para revelar posibles defectos de interpretación. Vale decir que al frente estaba Carlo Felice Cíllario, que tantas veces hemos citado. Su experiencia es grande, su sensibilidad afinada por una constante actividad al frente de las mejores orquestas operísticas. Casi siempre ha dirigido, aquí al menos, a Montserrat Caballé y esto ayuda a que su actuación asegure siempre la excelencia, ductilidad y rigor de las versiones confiadas a su mando.

Hemos sido testigos (y partícipes) de muchas ovaciones a lo largo de la representación, interrumpida por los aplausos después de cada aria destacada. No —vale decirlo— ovaciones delirantes  pero sí muy nutridas y cariñosas. Cargamos en la cuenta, de que «Caterina Cornaro» no es una ópera conocida ni tampoco sobresaliente en la producción de Donizetti, el hecho de que los espectadores no se hayan desbordado en el entusiasmo, aunque las manifestaciones favorables a Montserrat Caballé, a Jaime Aragall, a Renato Bruson y al resto de los intérpretes con el maestro Cillario, se han prolongado largamente, sobra todo al final del espectáculo. — X. MONTSALVATGE.


 Seguidamente  os voy a poner unas entrevistas reportajes que el periódico de La Vanguardia hizo a Montserrat Caballe y a Jaime Aragall con motivos de su estancia en Barcelona de cantar Caterina Cornaro que son muy interesantes. 

                                              ENTREVISTA 


                  
MONTSERRAT CABALLÉ  <UNA PRIMA DONNA> EXCEPCIONAL
Nací en el seno de una familia en la que siempre hubo gran afición a la música. A los ocho años empecé los estudios de piano y solfeo, y a los catorce los de canto, todo ello en el Conservatorio del Liceo. También estudié "lied" con Conchita Badía. A los veintitrés años terminé mis estudios, con el título de profesora en piano, solfeo y canto. No me pesa haber completado exhaustivamente mi formación musical, sino al
contrario. Tengo que agradecer muchísimo a mis padres el que me hayan facilitado esa formación, porque ha sido una
llave que me ha abierto las puertas que permiten acceder a toda la profunda variedad musical.
Posteriormente, realicé unas audiciones en Italia, aunque sin resultado; casi venían a corroborar lo que me habían dicho aiguna vez en mi casa: "Si no vales para cantar, al menos termina los estudios de música." Después, don José A.
Bertrand Mata y su familia me acogieron bajo su patronazgo y me costearon los viajes, los estudios y demás gastos inherentes, hasta la gran fecha de 1057, en que llegó el histórico contrato de Basilea. Este fue por tres años, en los cuales canté corno principiante. El acceso a la titularidad se vislumbraba muy difícil. Durante ese tiempo, me dejaban estudiar obras y sustituir a alguna cantante. El azar iba a desempeñar un importante papel en el futuro de mi carrera.
La soprano titular del teatro de Basilea se fue y quedó vacante el puesto de soprano lírica. Fui elegida para sustituir a la anterior, y tuve la suerte de convencer. El éxito fue grande. En 1960 me trasladé a Bremen, donde actué durante tres años más. Después marché a Viena, alternando con Alemania. Luego pude actuar en el Teatro San Carlos de Lisboa. En enero de 1962 se produjo el ansiado momento de cantar en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona. AI año siguiente realicé mi primer viaje a América: México, Brasil, Perú, Puerto Rico, Argentina...
La fecha decisiva en mi carrera creo que fue el 20 de abril de 1965, en que debuté en el Carnegie Hall de Nueva
York, con la ópera "Lucrecia Borgia". Al día siguiente, todo parecía mágico: llovieron los contratos, del Metropolitan, de las casas de discos, desde diversos lugares del mundo. Aquel día creo que empezó mi gran carrera internacional; entré en la "gran rueda", como la llaman. En esto me han apoyado mucho mi marido Bernabé y mi hermano Carlos, quien es mi "general manager" para todo el mundo y mi consejero artístico. Desde 1965 vengo actuando todas las temporadas con dos o tres óperas en el Metropolitan de Nueva York; desde hace seis temporadas vengo actuando en La Scala
de Milán; desde hace dos años canto en el Covent Garden de Londres; asimismo he vuelto a Alemania, después de algunos años de ausencia; también he actuado en Italia y Austria.
En cuanto a un futuro inmediato, como cosas importantes, repetiré "Norma" en La Scala y cantaré "Norma" en Moscú. Esto me hace muchísima ilusión, porque nunca estuve en la URSS. Agradezco enormemente que me haya llamado el Teatro Bolshoi de Moscú, donde representaremos "Norma" con la misma producción del Teatro La Scala. En este mismo mes de noviembre grabaré en Berlín "Tosca", con Von Karajan. Es el primer encuentro con él después de una disputa ocurrida en 1968, año en que no acudí a Salzburgo, según el contrato que tenía previsto, por incumplimiento no
mío, sino de la otra parte. La cosa quedó tirante, pero ya pasó. Todos estamos muy contentos con esta grabación. Intervendrán también en ella Luciano Pavarotti, Peter Glossop y la Filarmónica de Berlín.
Como cosas relevantes en esta temporada, además de lo del Liceo, hay el nuevo montaje de "I Vespri Sicíliani", en el Metropolitan de Nueva York, una gran producción en cuanto a decorados y vestuario que dicen que vale dos millones de dólares, el 30 de enero próximo. También hay previstas las grabaciones de "COSÍ fan tutte" (con Nicolai Gedda), "I Masnadieri" (con Cario Bergonzi), "Faust" (con Plácido Domingo), "Don Juan" (con Sherrill Milnes y Plácido Domingo) y "Macbeth". Y he de cantar en Niza, París, Londres, Roma (con "Arabella", de Strauss)...
Montserrat Caballé nació en Barcelona, el 12 de abril de 1933. Está casada con al tenor Bernabé Martí. Tiene un niño de siete años, Bernabé, y una niña, Montserrat, que cumplirá dos años el próximo jueves. Cuenta con 76 óperas en su repertorio y ha grabado 17 óperas completas y 22 «long plays» con temas diversos. Ha cantado en el Metropolitan, en La Scala, en el Covent Garden, en la Opera de Viena, en el Colón de Buenos Aires, en el Liceo y en una larga lista de teatros y salas. La presente es la temporada número doce que actúa en el Liceo de Barcelona. Quizás al aficionado una de las cuestiones que más le preocupan es la de la retirada de la gran diva barcelonesa.
«Yo anuncié con gran decisión mi retirada y, al parecer, causó un gran impacto en el mundo del "bel canto". Y ya no volví a hablar de ello. Mis contratos, eso sí, están firmados verdaderamente hasta una cierta fecha. Cuando esa fecha llegue, será mi última función. Pero no la voy a revelar, para evitar problemas. Sí, pienso ir restringiendo mis actuaciones, porque necesito a mi familia y ellos me necesitan a mí, sobre todo los niños. Y también quisiera tener la fuerza suficiente para saber hacer una retirada digna. Quiero que mis amigos y quienes creen en mí me recuerden como una buena cantante.»
La Caballé ha preparado y acompañado a su hijo mayor al colegio un poco antes de empezarse esta entrevista. Después, tendría yo ocasión de saludar a su marido y a su hija. A renglón seguido de nuestra conversación, la eximia cantante en la cuerda de soprano recibiría al maestro de piano para continuar estudiando. He aquí cuarenta respuestas que nos ayudarán a considerar la dimensión de su cuerda humana.

          CUARENTA TRAZOS DE UN CARÁCTER

— ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
—Creo que es el nerviosismo.
— ¿Oué cualidad prefiere en un hombre?
—Precisamente eso, que sea un hombre.
— ¿Qué cualidad prefiere en una mujer?
—Que sepa ser mujer. Considero que ser mujer es ya una gran cosa.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—La verdad, por dura que sea.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—El genio.
— ¿Su ocupación preferida?
—Cuidarme de los niños.
-¿Cuál es su sueño de dicha?
—Lo tengo ya: esta casa y mi familia.
— ¿Cuál sería su peor desgracia?
—La pérdida de un ser querido.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Esposa y madre nada más.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En el campo.
— ¿Qué color prefiere?
—El verde, porque es el color de la Naturaleza.
— ¿Qué flor prefiere?
—Me encanta el clavel.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—Nunca lo pensé. Pero tengo una tortolita blanca, muy linda, que me dieron en un homenaje en el Liceo, y que me
gusta mucho.
— ¿Quiénes son sus escritores preferidos?
 —Me gusta mucho Juan Ramón Jiménez.
— ¿Sus héroes de ficción?
—Nunca tuve.
— ¿Sus grandes hombres históricos preferidos?
—Carlos V.
— ¿Sus grandes hombres actuales preferidos?
—Hay varios. Sería Injusto nombrar uno sólo. Los que hacen eI bien para la Humanidad, que lo necesita mucho.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—Tampoco tuve nunca.
— ¿Sus grandes mujeres históricas preferidas?
—Isabel I de Inglaterra.
-¿Sus grandes mujeres actuales preferidas?
—Las que saben ser madres, las que saben estar en su casa, las que saben ayudar al prójimo.
— ¿Quiénes son sus pintores predilectos?
—Goya.
— ¿Cuáles son sus nombres favoritos?
—-Carlos me gusta mucho.
— ¿Qué detesta por encima de todo?
—La falsedad.
— ¿Qué caracteres históricos desprecia más?
—El «ego» de las personas —sean gobernantes o gobernados—, que hace que esas personas no persigan más que su propio encumbramiento y no piensen en quienes los necesitan.
—¿Qué hecho militar le produce más admiración?
—El que hace triunfar a la verdad y a la justicia en ayuda del ser humano.
— ¿Qué reforma es su preferida—La abolición de la esclavitud fue una extraordinaria reforma. Una reforma que creo necesaria para la Humanidad es que las personas no dependamos de la opinión sólo de algunos, sino que haya una hermandad verdadera en la Tierra.
— ¿Qué dones naturales le gustaría poseer?
—La bondad.
— ¿Cómo desearía morir?
—Como Dios me lo mande. Yo creo en El y así lo aceptaré.
-— ¿Cuál es el estado presente de su espíritu?
—Nervioso. Normal dentro de lo que yo soy.
— ¿Qué hechos le inspiran más indulgencia?
—Las faltas involuntarias de las personas.
— ¿Su autor de música clásica preferida?
—Monteverdi y Sirauss.
— ¿Su autor de música moderna preferido?
—Britten me gusta.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—«Norma».
— ¿Su pieza de música clásica preferida?
—El «Wiegenlied», de Ricardo Strauss.
— ¿Sus cantantes no actuales preferidos?
—La Callas (aunque ahora canta otra vez), la Tebaldi, Rosa Ponselle, Caruso, Di Stéfano (aunque ahora canta otra vez), Jussi Bjoerling.
— ¿Sus cantantes actuales preferidos?
—Todos. Todos con quienes canto y todos los que cantan bien.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Con la verdad por delante,
— ¿Cuál es su mayor temor en el mundo de hoy?
—La incomprensión de unos seres humanos con otros. Que la Humanidad se destruya a sí misma por falta de su propia humanidad.
— ¿Qué es lo primordial que haría si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Les diría a los millones de seres humanos que hay Dios, en la forma que sea, pero lo hay. Les diría también que esa Tierra existe y nos da para comer. Que hemos nacido todos iguales y que necesitamos, aunque pensemos distinto, querernos verdaderamente unos a otros para poder seguir adelante. Con el envanecimiento y la ofuscación sólo se llega a la catástrofe. Y les diría, finalmente, que pensasen en los hijos del mañana, que también tienen derecho a estar en esta Tierra.

José GUERRERO MARTIN


                                                     
                                       JAIME ARAGALL

                          ENTREVISTA

               JAIME ARAGALL
UN TENOR EN UN MOMENTO CULMINANTE DE
SU CARRERA

Mi familia siempre fue gran entusiasta por la música. Así, mi inclinación por la opera surgió espontáneamente. Empecé los estudios de música, que no he terminado. Con don Jaime Francisco Puig, mi único maestro en España, empecé las lecciones de canto. Con el estudié hasta mi marcha a Italia.
Tenía, pues, dieciocho años, cuando tenía que simultanear las lecciones de canto con mi trabajo en un pequeño  taller de construcción de motores eléctricos. La verdad es que no podía dedicar demasiado tiempo al estudio, de tal manera que asistía a casa del maestro solamente dos veces por semana, y la duración de cada lección era aproximadamente de hora y media.
Llegó el intervalo de los veinte meses del servicio militar, en los que prácticamente no tuve contacto alguno con el canto. Terminada la "mili" fui presentado, en el Liceo, a los señores Pamias y Masó, quienes quedaron satisfechos con mi voz.
Después, la Empresa del Liceo, conjuntamente con la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona, me subvencionaron una beca para una estancia en Italia de seis meses. Con anterioridad había obtenido yo el segundo premio en el "Concurso Internacional ABAO" (Asociación Bilbaína de Amigos de la Opera), celebrado en la capital vizcaína, y del que, por desgracia, no hubo más ediciones.
A mis veintitrés años me encuentro, pues, en Italia. En Milán conocí al gran maestro Vladimiro Badiali, con quien continué estudiando con el mismo sistema que había seguido en Barcelona. A los ocho meses de llegar a Italia, y después de haber ganado el primer premio en el "Concurso Internacional de Voces Verdianas", de Busseto, pude debutar en el teatro La Fenice, de Venecia, con
la ópera "I lombardl a la prima crociata". Este fue el comienzo de mi carrera. En Palermo canté "La Bohéme" y "Massimo"
En noviembre de 1963 pude cantar ya en La Scala, siendo uno de los protagonistas de "L'amlco Fritz" y "La Bohéme". Me hicieron un contrato para el resto de la temporada, según
el cual yo tenía una paga mensual, aparte de lo que cobraba por representación.
A partir de entonces pude entrar en contacto con los mejores teatros de Italia. A principios de 1964 —con permiso de La Scala, ya que tenía contrato con ellos hasta finales de febrero— canté en Irlanda, en unos festivales muy importantes. Seguidamente actué por primera vez en Budapest, donde recuerdo que —como aquella moneda fuera del país no servía para nada— compré un jarro, una alfombra y una botella de vino. En ese año de 1964 se produjo el tercer momento importante en mi recién iniciada carrera (después de La Fenice y La Scala): el debut en el Liceo de Barcelona, con el papel de Rodolfo en "La Bohéme". A partir de aquí empecé a cantar en los mejores teatros de Europa
•Mi primer viaje a América fue en año 1967, con motivo de la Exposición Internacional que se celebro en Montreal. Marché con la Compañía de Scala y canté en esta ciudad cánadiense. En el año anterior debuté en la Arena de Verona, cosa inolvidable para quien haya cantado en ese incomparable marco escénico. Lo hice con "Rlgoletto". Por cierto que fue también el debut del gran barítono Piero Capuccilli, con quien he cantado más de 150 veces esta ópera.
«En 1968 se produjo otro hito en mi carrera: el debut en el Metrópolitan de Nueva York, con "Rigoletto". En ese año debutaba también en el Metropolitan Plácido Domingo, quien tuvo que sustituir a Franco Corelli en una función, con "Adriana Lecouvreur". Seguidamente vino mi debut en el Teatro de la Opera de Filadelfia, con "La Bohéme". A continuación cante en el mismo escenario "Romeo y Julieta". Regresé a Europa y debuté, siempre  en 1968, en el Covent Garden) de Londres, con "Rigoletto". Recuerdo que no encontrábamos taxi y que nos dieron las campanadas de fin de año en la puerta del teatro, a mi mujer y a mí. Tanto al Covent Garden como al Metropolitan he vuelto en años posteriores.
Este año he debutado en el Teatro de la Opera de San Francisco, con "Rigoletto", un "Rigoletto" muy moderno y atrevido, cuyas representaciones constituyeron un gran éxito, hasta el punto de que me han contratado ya para las dos próximas temporadas. La que viene cantaré una
ópera casi desconocida de Massenet, "Esclarmonde", con Joan Sutherland. Y he vuelto también a la Arena de
Verona, con "La Bohéme".
En la presente temporada cantaré en París, con Motserrat Caballé, "Caterina Cornaro", en forma de concierto. Regresaré a Barcelona para cantar "Lucia di Lammermoor" y, por primera vez, "Faust", también en el Liceo.
A continuación, marcharé a la Opera de Viena, para cantar "Manon Lescaut". Después, a Budapest, donde cantaré por primera vez "Tosca". Luego, Hamburgo; varios teatros italianos... Y otra ópera nueva para mí, en Pisa, "Adriana Lecouvreur".
«Tengo mi calendario completo hasta mediados del año 1976. Entre las cosas importantes están "Esclarmonde", en San Francisco; una nueva producción de " La Traviata", en Munich; una grabación en "long play" con arlas
de ópera; una grabación de "Madame Butterfly" y la consiguiente película, ambas bajo la dirección de Von Karajan; "Manon" y "L'amico Fritz", el año próximo, en el Liceo, creo que con Jeannette Pilou, Vicente Sardinero, Esther Casas y el maestro Eugenio Marco...»

 Jaime Aragall nació en Barcelona, el
6 de junio de 1939. Está casado y tiene dos hijos: Jaime, de ocho años, y Daniel, de siete meses. Cuenta con 32 óperas en repertorio y ha grabado «La Traviata», «Marina», «Doña Francisquita y un «lon>g play» con arias de zarzuela. Existen muchas grabaciones suyas piratas que se venden muy bien en Norteamérica y en Centroeuropa.
Por ejemplo, «Romeo y Julieta» «Caterina Cornaro», ¡etcétera. Son reproducciones que se hacen directamente en los teatros y luego se venden al público. Ha cantado en La Scála, en el. Metropolitan, en el Colón de Buenos Aires, en el Covent Garden, en el Liceo, en la Opera de San Francisco y en una larga lista de teatros y salas de conciertos de todo el mundo. La presente es la octava temporada  que actúa en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, y la tercera que lo hace en la sesión inaugural del coliseo barcelonés.
En brazos de su madre, ha irrumpido en la escena el pequeño Daniel, personaje ávido de mirarlo todo. Su padre, liberado ya de las representaciones de «Caterina Cornaro», ha liado unos cigarrillos y no ha parado durante toda la conversación de encenderlos y apagarlos. He aquí, en cuarenta respuestas, los rasgos de su cuerda humana.
        CUARENTA TRAZOS DE UN CARÁCTER
—¿Cuál es el principal ¡rasgo de su carácter?
—El ir de la inquietud a la tranquilidad, de un extremo al otro. .
—¿Qué cualidad prefiere en un hombre?
—Que sea sincero.
— ¿Qué cualidad prefiere en una mujer?
—Que sea guapa y femenina.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—Que lo sean de verdad.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Tengo muchos. Creo que el principal de todos ellos es la falta de voluntad.
— ¿Su ocupación preferida?
—Mi trabajo: el teatro.
— ¿Cuál es su sueño de dicha?
—Poder dejar el teatro sin sentir tristeza,
—Cuál sería su peor desgracia?
—Perder a un ser querido.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Sí no fuese cantante, me gustaría escribir.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—Sobre todo, en Barcelona. Pero no
me importaría vivir en cualquier ciudad de española
-¿Qué color prefiere?
—El negro.
— ¿Qué flor prefiere?
—La amapola, que es una flor muy bella y dura muy poco.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—No me gustan los pájaros.
— ¿Quiénes son sus escritores preferidos?
—El español Juan Ramón Jiménez y el poeta griego Constantino Kafavis.
— ¿Sus héroes de ficción?
—No tengo.
— ¿Sus grandes hombres históricos preferidos?
—Leonardo da Vinci, Miguel Ángel...
— ¿Sus grandes hombres actuales preferidos?
—Los que contribuyen a que avance la Medicina. Por ejemplo, Barnard.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—No tengo.
— ¿Sus grandes mujeres históricas preferidas?
—Sara Bemhardt.
—¿Sus grandes mujeres actuales preferidas?
—Creo que hay muchas. Todas aquellas que hacen algo en beneficio de este mundo que tanto lo necesita.
— ¿Quiénes son sus pintores predilectos?
—Leonardo da Vinci, Miguel Ángel,
Tiziano, Goya, Picasso...
— ¿Cuáles son sus nombres favoritos?
—El mío. De mujer, hay muchos bonitos; no tengo ninguno predilecto.
— ¿Qué detesta por encima de todo?
—La hipocresía.
— ¿Qué caracteres históricos desprecia más?
—El nazismo y cuanto Hitler hizo.
— ¿Qué hecho militar le produce más admiración?
—El que defiende una causa justa, aunque cuando hay dos bandos que pelean ambos pretenden defender una causa justa.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—La  las que han humanizado el trabajo.
— ¿Qué dones naturales le gustaría poseer?
—Los que me permitieran coger un caballete, unos pinceles y una tela para poder pintar grandes obras de arte.
— ¿Cómo desearía morir
—De ninguna manera.
—¿Cuál es el estado presente de su espíritu?
—Con muchos altibajos, pero bastante seguro.
— ¿Qué hechos le inspiran más indulgencia?
—No podría decido, porque creo que
mi carácter es bastante indulgente y nada rencoroso.
— ¿Su autor de música clásica preferido?
—Mozart.
— ¿Su autor de música moderna preferido?
—Mahler, a quien adoro.
—¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi, Puccini, RossinI y Donizetti.
— ¿Su ópera preferida?
—«La Bohéme».
— ¿Su pieza de música clásica preferida?
—Algunas de Mozart, o de Mahler,
y la «Novena Sinfonía» de Beethoven.
— ¿Sus cantantes no actuales preferidos? '
—Caruso, Fleta, Lázaro, Antonio Cortis, la Ponselle...
— ¿Sus cantantes actuales preferidos?
—Montserrat Caballé, Teresa Berganza, Alfredo Kraus, Giuseppe di Stefano, Cario Bergonzi, Mario del Monaco,
Franco Corelli... De los de mi «quinta» no quiero nombrar a ninguno, para no caer en olvidos que no deseo.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Ser humano noble.
— ¿Cuál es su mayor temor en el mundo?
—En lo personal no poder continuar cantando. En lo demás, que las guerras acaben produciendo un gigantesco cataclismo.
— ¿Qué es lo primordial que haría si fuese 'uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Por encima de todo, procurar la paz. Y también ayudar a quienes lo necesitan en los aspectos que sean.
JOSÉ GUERRERO MARTIN


                                 
                                        GIUSEPPE VERDI


        
LA TRAVIATA (Verdi) 6 diciembre 1973- Director G. Masini, con Montserrat Caballe, Jose Carreras, Vicente Sardinero.
Salimos el domingo muy tempranito camino de Barcelona, fuimos a ver la segunda representación de La Traviata, que se representaba el domingo por la tarde, ahora ya nos tenemos que amoldar a la conveniencia de nuestro trabajo, era terminar la  función de ópera y seguidamente coger el coche y llegar a Alicante para la hora del trabajo, era un gran sacrificio pero lo hacíamos con mucha ilusión. Enrriquito y yo nos turnábamos al volante y era más llevadero.
La representación de esta Traviata estuvo como esperábamos, con una Montserrat insultante, con un poderío y dominio de su voz que en algunos momentos nos llego a emocionarnos,  francamente extraordinaria. Junto a Virginia Zeani y la Montserrat han sido las mejores <Violeta> que he visto aquí en el Liceo. José Carreras también estuvo esplendido con una voz muy tierna aún, pero ya se vislumbra la voz de este tenor que  pasados los años estuvo en la élite de los grandes cantantes.
El barítono Vicente Sardinero hizo un <Germont> muy señorial y muy bien en la actuación tanto vocal como artística.
En resumidas cuentas una Traviata de muchos quilates. Mis amigos Manolo y Enrriquito salieron muy emocionados, y como os imagináis, todo el viaje hablando y haciendo comentarios de lo que hemos vivido en este Teatro. Ya teníamos preparado para la tercera y última visita de esta temporada, con la representación de la ópera Aida con un trío  estelar como Montserrat Caballé, Bianca Berini y Placido Domingo.

Estamos  de suerte, he encontrado por YouTube unos fragmentos  de La Traviata que se canto en la temporada 1973-74, en el Liceo. La grabación  es de audio, se escucha bien y podremos comprobar y escuchar lo bien que cantaron, aquella noche Caballé, Carreras  y Sardinero.

                                   
                                                                                             M. Caballé                                                             José Carreras


La Traviata (Verdi) diciembre 1973- Gran Teatro del Liceo, director  Gianfranco  Masini, con Montserrat Caballe, José Carreras, Vicente Sardinero, Giampero Mastromey  y Juan Pons.

                             
                               AUDIO - La Traviata- M. Caballé-J. Carreras – “Brindis”

                              
                                              AUDIO -La Traviata-M. Caballé – J. Carreras – “Un di felice”

                             
                                        AUDIO -La Traviata- M. Caballé – “Ah forze lui, stranon strano”

                             

                            
                                               AUDIO - La Traviata-J. Carreras- “De miei bollenti spiriti

                                                
                          
                                                                      VICENTE SARDINERO


                                                               
                                                        AUDIO - La Traviata – Vicente Sardinero – “Di Provenza il mar”

                                                               






Siguiendo mi formato, os voy a poner en vídeo una producción que se realizó en el Teatro de la ópera de Los Ángeles, el año 2006,  siendo su director musical James Conlon y sus principales personajes e interpretes :, René Fleming (Violeta Valery), Rolando Villazón (Alfredo Germont) y Renato Bruson (Giorgio Germont). La mujer de Placido Domingo, Marta fue la que hizo los decorados y vestimentas que como podréis apreciar tuvo muy buen gusto.

                     
                               TEATRO DE LA ÓPERA DE LOS ÁNGELES






                                                          CRÓNICA DE LA VANGUARDIA

«La Traviata», con Montserrat Caballé, José
María Carreras y Vicente Sardinero
¡Inefable «Traviata»! Vuelve periódicamente a los teatros de ópera, asiduamente a nuestro Liceo y siempre es acogida con agrado y hasta con expectación, como ha sucedido ahora, sobre todo por la presencia en los papeles clave de artistas famosos y admirados, con muchos «fans» entre el público liceísta. «La
Traviata» ha superado en vigencia al drama de Dumas que la inspiró gracias a la fácil espontaneidad de La partitura, obra maestra en su estilo, que no es el es estilo del Verdi genial de «Otello» o «Falstaff», pero que corresponde a la mano hábil de un gran compositor de teatro que conoció como nadie sus recursos
y sus efectos infalibles. La única ópera ambientalmente «moderna» de Verdi (la única en que sus personajes querían ser desmitificados y no pertenecían a la leyenda, en la época que la obra fue creada: 1853, el gran momento romántico) es para nosotros una pequeña reliquia «fanée», evocadora y pretexto para rendimos con la pureza, da elegancia, la claridad y la expresión —lírica o dramática— de las voces. ¿Quién se estime la ópera italiana puede quedar insensible ante el bonito cuadro del «brindis» del tenor y la soprano acompañados del coro, o ante los arabescos de Violeta en «Ah! fors'é luí... follie! follie!» o en el final presenciando los últimos suspiros de la protagonista —«Addío del passato»— y el poster dúo «Parigi, o cara»? ¿Quién que aprecie lo que es una verdadera aria de ópera no se sabe de memoria la de Alfredo «De'miei bollenti spiriti» o la de Germont «Di Provenza il mar...»?
No es extraño,  pues que anteayer «La Traviata» fuera esperada con vehemente curiosidad por un público que colmó la sala. Y que hubiese ovaciones repetidas y también comentarios entusiastas y una cierta polémica en torno a la interpretación. «La Traviata» la cantó Montserrat Caballé hace tres años y sus innumerables admiradores querían volver a disfrutar de su versión que fue un triunfo repetido ahora.
Montserrat Caballé, como nadie ignora, está en la plenitud de sus posibilidades que son grandes, incomparables tal vez en el panorama operístico. La voz es purísima, de un volumen insólito, de un «fiato» sensacional. La dicción de una riqueza expresiva que es el secreto de su invariable seducción. Montserrat Caballé ha ofrecido una vez más la categoría de su arte al público barcelonés encarnando una Violeta como probablemente la hubiese deseado el mismo Verdi. El papel protagonista es agotador. Cuatro actos en los que la protagonista centra la representación sin quedar nunca en segundo plano. Acaso por esto Montserrat Caballé anteayer acusó levemente una fatiga muy natural, sometida como está a un trabajo indeclinable. En el brindis, en el final, algún agudo perdió levemente su luminosidad, pero fue sólo una sombra fugaz que no deslució su actuación espléndida, digna de su alto prestigio.
El tenor José María Carreras dio lo mejor que podía esperarse de un artista como él. Músico sólido, facultades vocales sobradas para el papel de Alfredo, con un timbre considerablemente denso —-algo forzado en los agudos— supo imponerse y demostrar que son plenamente legítimos sus últimos éxitos internacionales, Nos hallamos ante un nuevo magnifico tenor ya que en realidad Carreras ha sido últimamente que se ha colocado en primera fila entre los artistas de su especialidad. Es joven y demuestra esta entrega que tanta emotividad proporciona a un cantante de ópera. Es, como persona, generoso y sabe admirar a sus colegas. Esto, parece que no tenga que ver con ser buen cantante pero no es así. Da a la persona una nobleza en la manera de decir que queda infundida a su manera de expresarse en el escenario.
Vicente Sardinero, que tantas veces hemos celebrado, está artísticamente en alza, vocalmente, musicalmente y como actor. Estuvo muy bien como Giorgio Germont y en su principal solo «Di Provenza il mar...», fue calurosísimamente ovacionado.
En otros papeles menos preponderantes, la mejor intervención fue la de Cecilia Fontdevila que puso especial musicalidad personificando a Annina. El papel de Flora correspondió a Dolores Cava quien lo resolvió satisfactoriamente.
El espectáculo fue bien presentado y ambientado, bajo la «regie» de Walter Cataldi-Tassoni, con oportuna participación del coro y del ballet en el que destacaron como solistas Alfonso Rovira, Asunción y Ángeles Aguadé y Guillermina Coll.
Desde la orquesta cuidó de la dirección general el maestro Gianfranco Masini logrando la debida sincronización con los cantantes y consiguiendo relieve para el aspecto sinfónico de la obra, especialmente para la obertura que fue aplaudida.
A la una y media de la noche se prolongaban todavía las ovaciones y los bravos dedicados a todos y en primer lugar, con justicia a nuestra extraordinaria Montserrat Caballé. — Xavier MONTSALVATGE.



Seguidamente voy a poneros la entrevista que realizó La Vanguardia al tenor José Carreras.

                                                    
                                                                 JOSÉ CARRERAS  

                        REPORTAJE AL TENOR  JOSE CARRERAS EN LA VANGUARDIA
                UNA TRAYECTORIA FULGURANTE 
 Ya desde muy pequeño sentí la Inclinación por la música y por el canto.
Mi madre se dio cuenta de ello y, en consecuencia, no tenía yo todavía siete años cuando empecé a estudiar solfeo
y piano en el Conservatorio Superior Municipal de Música. En realidad, puede decirse que empecé a cantar a muy temprana edad. Cuando tenía once años,
fui llamado por el Liceo para interpretar un papel en la obra de Falla "El Retablo de iVlaese Pedro".
Estudié el bachillerato hasta acabarlo, simultaneando estas clases con las de música. A la edad de 17 años, aproximadamente, empecé a estudiar canto con el maestro Jaime Francisco Puig. Todo esto, desde el principio, en Barcelona. En vista de que lo que parecía que me gustaba más era el canto, compaginaba las clases del maestro Puig con el trabajo que realizaba yo, por las mañanas, con mis hermanos, en un laboratorio de productos químicos. Llegó el momento en que creímos interesante que empezaran a oírme. La primera persona que me escuchó fue el señor Pamias, en el Liceo, en 1969. Quiero señalar que estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio el empresario de este gran coliseo barcelonés para cantar • "Nabucco", junto a Comell McNeil y Bonaldo Giaiotti. Eso ocurrió en enero de 1970.Continué estudiando con el maestro Puig. Y en diciembre de 1970 tuve la gran oportunidad de cantar en el Liceo de Barcelona "Lucrecia Borgia", con Montserrat Cabalié. Creo que esa función puede considerarse como el debut oficial de mi carrera. A partir de entonces, las cosas parece que van muy bien.
Yo no he seguido el camino que mayoritariamente suelen recorrer los cantantes españoles. Es decir, no he estudiado nunca en itaiia. Yo tuve la suerte de encontrar en Barcelona a una persona que, sin ser maestro de canto ni haber sido cantante, me orientó muy bien y me dio una serie de consejos que creo me han llevado por la senda justa, en cuanto a la técnica vocal y demás. Esa persona, a la que estoy infinitamente agradecido, se llama Juan Ruax. Esto, unido a la buena orientación que desde un principio recibí del maestro Puig, me encaminó por una vía peculiar y propia.
Tras haber cantado "Lucrecia Borgia" en el Liceo, en diciembre de 1970, marché a París con el fin de dar unos conciertos en la Radio Televisión Francesa. A continuación canté en diversos puntos de Europa.
En 1971, gané ei primer premio del "Concurso Internacional de Voces Verdianas" de Parma; era el mes de noviembre. Ello me permitió hacer el debut en Itaiia, precisamente en el Teatro de la Opera de Parma, con "La Bohéme"
A continuación hice el debut en Londres —en el Royal Festival Hall—, con "María Estuarda", cantando junto a Montserrat Caballé. Después canté en Francia, en
Checoslovaquia...Y llegamos a marzo de 1972, fecha
en que hice mi debut en Nueva York —en el New York City Opera— con "Maclame Butterfly". Este fue un momento muy importante para mi carrera internacional. A partir de entonces, me contrataron para cantar en dos temporadas consecutivas en el propio New York City Opera; y se han seguido contratos para el Metropolitan de Nueva York, para San Francisco y para los principales teatros líricos de América.
Momento clave, pues, en mi trayectoria, fue aquel en que el señor Pamias depositó su confianza en mí al permitirme hacer un papel junto a Montserrat Caballé en una obra delicada, cuando prácticamente no me conocía nadie.
Y un segundo momento clave en mi carrera fue la presentación en Nueva York. Este año he cantado en la Opera de Berlín, en el Colón de Buenos Aires, en Tokio, en la Opera de San Francisco... junto a Montserrat Caballé, Fiorenza Cossotto, Renata Scotto y otros grandes nombres. Tras actuar en el Liceo, marcharé a Parma, donde cantaré "I lombardi alia prima crociata" junto a Renata Scotto (en las Navidades). A continuación haré una gira por Estados Unidos a base de conciertos. Después de esta gira, haré mi debut en el Covent Garden de Londres (marzo de 1974) con "La Traviata". También el debut en la Opera de Viena, con "Rigoletto" y "Ma non Lescaut"; el Festival de Aix-en-Provence... En enero de 1975, haré mi debut en el Metropolitan de Nueva York, con "Tosca", "La Bohéme" y "Falstaff": unas 25 funciones en total,
En cuanto al Liceo —y a pesar de la buena voluntad del señor Pamias y mía—, creo que no hemos podido ponernos de
acuerdo sobre las fechas, desgraciada
mente. Habrá que esperar a la temporada 1975-76.
«Quiero dejar constancia también de
que desde el primer momento he tenido una persona que ha confiado plenamente en mí, que me ha ayudado mucho y que me ha dado mucha moral. Se
trata de Carlos Caballé —el hermano de
Montserrat—, mi agente en exclusiva
para todo el mundo y mi director artís
tico. Su amistad y su apoyo me han sido enormemente útiles y beneficiosos.
»En cuanto a grabaciones, tengo un
contrato en exclusiva para una casa discográfica, con la cual he de grabar durante los tres próximos años varias óneras: "Madame Butterfly", "La Bohéme"...
junto a primeras figuras mundiales».
José María Carreras nació en Barcelona, el 5 de diciembre de 1946. Está casado y tiene un hijo, Alberto, de diez meses. Cuenta con 20 óperas en repertorio. Ha grabado dos óperas completas
(«La Pietra di Paragone», de Rossini, con
Justino Díaz; y «Un giorno di regno»,
de Verdi, con Fiorenza Cassotto y Vicente Sardinero) y en abril próximo grabará su primer recital. Ha cantado en el Liceo de Barcelona, en el Colón de Buenos Aires, en lo Opera de San Francisco, en la Opera de Berlín, en el Royal Festival Hall de Londres, en el New York City Opera de Nueva York y en una lista de teatros y salas de conciertos de Europa, América y Asia que empieza ya la temporada que canta en el Liceo.
Felicito al joven tenor por sus 27 años, que cumple precisamente el día en que realizamos esta entrevista, y recordamos juntos aquel concierto —ya un tanto lejano— que uno tuvo el agrado de
organizar en la Escuela de Periodismo de la Vía Augusta y en el que Carreras, a pesar de estar cumpliendo el servicio militar y no haber ensayado, fue una de las figuras destacadas. He aquí, ahora los rasgos de su carrera humana.
     CUARENTA TRAZOS DE UN CARÁCTER
— ¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
—La sensibilidad, creo.
— ¿Qué cualidades prefiere en el hombre?
—La sinceridad.
— ¿Qué cualidades prefiere en una mujer?
—La feminidad, que sea mujer.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—El poder contar con ellos en cualquier momento.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Creo que soy egoísta e impulsivo.
— ¿Su ocupación preferida?
—Cantar.
— ¿Cuál es su sueño de dicha?
--El que estoy realizando.
—¿Cuál sería su peor desgracia? .
—Que muriera mi hijo.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Lo que soy.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En Barcelona.
— ¿Qué color prefiere?
—El azul.
— ¿Qué flor prefiere?
—La orquídea.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—Aragall. No creo que ningún pájaro cante como él.
— ¿Quienes son sus escritores preferidos?
—Shakespeare y García Lorca.
— ¿Su héroe de ficción?
—No he tenido, ni tengo.
— ¿Sus grandes hombres históricos preferidos?
—Colón.
— ¿Sus grandes hombres actuales preferidos?
—Todos aquellos que hacen algo por el bien de la Humanidad.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—No he tenido nunca. -
— ¿Sus grandes mujeres historias preferidas?
—Juana de Arco.
— ¿Sus grandes mujeres actuales preferidas?
—Teniendo en cuenta que yo vivo encerrado en mi profesión, desde la perspectiva de mi círculo propio, Montserrat Caballé es una mujer admirable como cantante y como persona.
— ¿Quiénes son sus pintores predilectos?
—Sin duda, Velázquez y Rembrandt.
— ¿Cuáles son sus nombres favoritos?
—De hombre, Alberto; de mujer, no lo he pensado nunca.
— ¿Qué detesta por encima de todo?
—La injusticia.
— ¿Qué caracteres históricos desprecia más?
—Todos aquellos que han obrado en contra de la libertad humana.
— ¿Qué hecho militar le produce más admiración?
—Ninguno.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—Aquellas que han representado, que representan o que representarán más libertad para el Individuo.
— ¿Qué dones naturales le gustaría poseer?
—Sensibilidad e Inteligencia.
— ¿Cómo desearía morir?
—Al lado de las personas que quiero.
— ¿Cuál es el estado presente de su espíritu?
—Un poco revolucionado.
— ¿Qué hechos le inspiran más indulgencia?
—El amor entre adolescentes.
— ¿Su autor de música clásica preferido?
—Beethoven.
— ¿Su autor de música moderna preferido?
—Stravinsky.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—Para cantar, «Un bailo In maschera». Mi ópera preferida, «Don Carlo».
— ¿Su pieza de música clásica preferida?
—El «Concierto n.' 1 para piano y orquesta» de Tchaikovsky

— ¿Sus cantantes no actuales preferidos?
—Caruso, Bjoerliríg y Di Stéfano.
— ¿Sus cantantes actuales preferidos?
—De mi cuerda, Aragall sobre todos; y también Plácido Domingo, Alfredo Kraus. En cuanto a otras cuerdas, Montserrat Caballé sin duda.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Intentar labrarme una posición importante dentro de mi carrera, sin tener que apartar a nadie a codazos.
— ¿Cuál es su mayor temor en et mundo de hoy?
—Que la gente pierda la humanidad.
— ¿Qué es lo primordial que haría si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—No me lo he planteado nunca porque es una suposición Irrealizable.
José GUERRERO MARTIN
                                             
                                                         Giuseppe Verdi


AIDA (Verdi) Sábado 29 diciembre, director Gianfranco Masini, con Montserrat Caballé, Placido Domingo, Bianca Berini, Giampiero Mastromei, Juan Pons, Gwynne Howell
Inenarrable, antológico, lo que presencie esa noche, sábado 29 de diciembre  de 1973. Ya son unas cuantas funciones que he visto con la categoría de antológicas, recuerdo una <Manon> (Massenet) con la Victoria de los Ángeles, un <Otello> de Mario del Monaco, <Rigoletto> con Kraus y Gianna D´Angelo, <La forza del destino> con Carlo Bergonzi, <La Boheme> de Virginia Zeani y Jaime Aragall, una <Tosca> con Renata Tebaldi, en fin unas cuantas más que tengo que ver mi “Diario” para recordar. Lo que es innegable, que las versiones de Montserrat Caballé y Placido Domingo  con esta Aida,  son de “otro mundo”, pensad que era la época joven de estas dos voces.
De esta histórica Aida, la vi repetida el Sábado 5 de Enero de 1974, es decir que vi dos versiones idénticas, gemelas a la primera que vi, un 29 de Diciembre de 1973. Os puedo decir que pasados los años 2017, he visto muchas Aida, grabaciones de TV. en vivo o en diferido y os puedo asegurar que lo que yo vi esa noche en el Liceo ha sido lo mejor que yo he visto. Fijaros el éxito que tuvo, que en el mes de Julio de  ese mismo año, la casa discográfica EMI, hizo una grabación con Montserrat Caballé y Placido Domingo, y con un acompañamiento de lo mejor que había en el momento de la lirica, Fiorenza Cossotto como “Amneris”, Nicolai Ghiaurov, Piero Capuccilli y Luigi Roni. Una grabación francamente espectacular, con los coros Royal Opera House, Covent Garden orquesta New Philarmonia, siendo director Riccardo Muti, una grabación que os la recomiendo tenerla  en vuestra discoteca.
Como  os he dicho anteriormente, asistí  a una segunda función  de la Aida, nuestro amigo Jordi ya hizo la gestión para las entradas, y me dijo que no había problema y la única variante es que fuimos como siempre al quinto piso pero unas filas más arriba. Mis compañeros de fatiga, Manolo y Enrriquito, también vinieron.

He podido encontrar por YouTube varios fragmentos de la Aida que  yo vi en el Liceo y como oiréis fueron unas noches antológicas 
      
Montserrat Caballé                                      Placido Domingo


                                  
                                                         AUDIO - Aida- Placido Domingo – “ Celeste Aida”

                                  
                                                           AUDIO - Aida- M. Caballé – “ Ritorna vincitor”

                                  
                                         AUDIO - Aida - M. Caballé- “ O patria mia” 29 diciembre 1973




Seguidamente  os voy a poner la ópera completa que se cantó en la temporada 1973-74 en el Gran Teatro del Liceo, ya que la tenemos en YouTube y podréis comprobar lo mismo que yo vi y escuche.La dirección corrió a cargo de Gianfranco Masini con los interpretes y personajes : Montserrat Caballé (Aida), Placido Domingo (Radamés),Bianca Berini (Amneris),Gian Piero Mastromei (Amonasro), Juan Pons (Il Re de Egipto), Cecilia Fondevila (Una Sacerdotisa) José Ruiz (Un Mensajero)

                                   GRAN TEATRO DEL LICEO

AUDIO - AIDA- Liceo 1973- Masini- Caballé- Domingo- Mastromei


                                           CRÓNICA DE LA VANGUARDIA

LA MEJOR <AIDA> QUE RECORDAMOS HABER APLAUDIDO NUNCA EN BARCELONA.
Las representaciones de «Aída» acostumbran a ser siempre un éxito porque la ópera se presta a galvanizar la afición de! público afecto al repertorio italiano. «Aída» es importante, no tanto por su espectacularidad que anima constantemente la escena con su pintoresquismo de un Egipto faraónico inefablemente convencional, como por los reales valores de una partitura maestra de una dimensión y profundidad dramática que palpita por debajo de la trivialidad de la ambientación.
Alguien ha dicho, con absoluta justeza, que la antepenúltima ópera de Verdi, a pesar de sus efectos visuales, del montaje escenográfico y de su apoteósica escena triunfal del segundo acto —el momento más multitudinario y fastuoso de toda la obra—, la popular «Aída» es intrínsecamente una ópera íntima, Gran parte, o dé hecho la mayor parte de la música que interpretan los tres principales personajes —Aida, Radamés, Amneris— está escrita con esta delicadeza y claridad de textura que caracterizan a la mejor música de cámara. Es una ópera que trata de seres humanos, de sus pasiones y no de rivalidades nacionalistas ni de hazañas militares.
Y «Aída» puede ser considerada igualmente como la obra escénica más original de Verdi, dado que combina el vigor y la sorprendente fecundidad melódica de la primera etapa creadora de su autor con algo de esa sutil penetración psicológica que impregna sus dos siguientes grandes y definitivas obras geniales —«Otello» y «Falstaff»— sin que por ello parezca en momento alguno una ópera de transición.
Anoche el éxito invariable de «Aída» fue auténtico y grande desde todos los puntos de vista, aunque indudablemente lo incrementó de forma decisiva las peculiaridades de la interpretación y en especial el hecho de que Montserrat Caballé, por  primera vez, asumiera el papel protagonista de la princesa etíope.
¿Qué puede decirse a estas alturas de la Caballé que no sea reiterar los adjetivos admirativos a su voz, o su personalidad y a la fuerza de su temperamento? Montserrat Caballé acaba de añadir un nuevo título a su repertorio y no es arriesgado afirmar que este enriquecimiento de su experiencia le proporcionará muchos triunfos que podrá sumar al obtenido ahora en el Liceo.
En un dominio absoluto do facultades, segura en la emisión y en la manera de expresarse dramáticamente acaba  de maravillarnos desde el principio al final de la obra. El vigor y la penetración psicológica aludida antes, que son el nervio del papel de Aida, han sido traducidos por la Caballé con un ímpetu y una tensión insuperables. La artista ha valorado a cada momento el más sutil matiz emotivo desde su primera intervención en el soliloquio «Ritorna vincitor, e dal mió labbro usci l'empia parola...», en el que ha puesto un acento casi desgarrado, hasta en las postreras palabras del final «O térra addio, addio valle di pianti...» entonadas al unísono con Plácido Domingo en la cripta de la muerte, con infinita dulzura, como Verdi había pensado que debía ser este adiós a la vida, expirando «si pura e bella, degli anni tuoi nel fiori...» como expresa Radamés en el último abrazo. Del principio al final, pasando por momentos de más intensidad, estos que mayormente revelan la vena lírica de Verdi y su poder descriptivo del alma y las tensiones conflictivas de sus personajes: el largo diálogo de Aída y su rival Amneris en el segundo acto y el de Aida con Radamés en el cuadro del Nilo, escenas las dos de antología en toda la historia de la ópera italiana, Montserrat Caballé en todo este desarrollo de la acción se ha mantenido como una cantante de gran clase y con la capacidad de siempre para conquistarse abiertamente al público que le ha tributado un seguido de ovaciones delirantes y de bravos arrebatados e interminables al final de cada cuadro y de cada acto.
No menor ha sido el triunfo de Plácido Domingo, definitivo ya desde las estrofas iniciales de «Celeste Aida, forma divina, místico serto di luce e fior...», prolongado a lo largo de toda la representación hasta el elegiaco «Morir, si pura e bella, morir per me d'amore...». Plácido Domingo tiene en la voz esta densidad tan rara de encontrar en un tenor. Voz llameante a veces, grávida de emoción, de un timbre soberbio, dominada con una sensibilidad de verdadero músico que sabe lo que es un escenario y un público de ópera y que sin descender en ninguna concesión al efectismo logra arrebatar al que estima el teatro lírico y el poder emocional. De sus cantatas. La explosión entusiasta que rubricó su «Celeste Aida» marcó la tónica de su éxito absolutamente merecido que nos alegra infinitamente, porque es el reconocimiento de la valía de un artista de verdad, de un intérprete de categoría incuestionable.
El triunfo, realmente sin precedentes, de esta «Aida» se ha debido igualmente al equilibrio logrado contando con cantantes excepcionales para los demás papeles. Porque excepcional ha estado Bianca Berini como Amneris, espléndida en el volumen y la inflexión de su caudalosa voz. Y más aún Gianpiero Mastromei que sé presentaba personificando al cautivo Amonasro. No recordamos que nunca se haya confiado este papel a un artista dé tantas posibilidades, de tanto temperamento dramático y con un timbre barí tonal de tanta potencia y calidad. Ha sido ovacionado con el mismo entusiasmo que los demás protagonistas.
El bajo Gwynne Howell ha dado empaque y solemnidad al papel de Ramfis y Juan Pons se ha superado en el papel de rey, sobresaliendo también Cecilia Fontdevila y José Ruiz en sus respectivas intervenciones.
Cuando en escena las cosas marchan bien, acostumbra a pasar que no hay nadie que quiera desentonar. Esto sucedió ayer. El coro cantó con especial ajuste; el ballet —con Asunción Aguadé
y Alfonso Rovira como solistas— fue singularmente brillante; la presentación, al cuidado de Diego Monjo, sin apartarse de la tradición, parecía renovada, como si todo fuera acicalado y nuevo.
Y la orquesta se ha puesto en consonancia de lo demás, dirigida con temple por un maestro de tanto oficio como Gianfranco Masini.

De mi recuerdo, nunca había visto tan lleno el Liceo como anoche. Ni se había producido tanta expectación, al menos desde hace muchos años. Ni el público se había volcado más alborotadamente al entusiasmo rayando a un histerismo fuera de lugar. Porque no es necesario vociferar como en un campo de fútbol para afirmar ostensiblemente una realidad como la que acabamos de constatar; la de esta «Aida» que nos atreveríamos a afirmar que es la mejor que se ha cantado en el Liceo desde que tenemos consciencia de lo que es representar la ópera de Verdi con los cantantes de la envergadura que exige la partitura. Xavier MONTSALVATGE.


Ahora  os propongo una versión de Aida en Video, desde el Teatro de Opera de San Francisco grabación efectuada el año 1981 con Orquesta y coros de la Opera de San Francico siendo director nuestro malogrado Luis Antonio Garcia Vavarro y con un elenco de gran categoría e aquí los interpretes y personajes: Margaret Price (Aida), Luciano Pavarotti (Radamés), Estefania Toizyska (Amneris), Simon Stes (Amonarso), Kurt Rydel (Ramfis), Kevin Langer(Rey de Egipto).

VIDEO AIDA1981-San Francisco- Navarro-Pavarotti-Price-Toizyska   




                                                  Placido Domingo

Entrevista realizada por La Vanguardia al tenor Placido Domingo el 28 de diciembre de 1973.


    PLACIDO DOMNINGO UN TENOR CONVERTIDO EN <DIVO>
Desde muy pequeño tuve la suerte de poder oír buena música en Madrid, Valencia, Barcelona... Por doquiera que mis padres iban cantando zarzuela, yo les acompañaba y, casi sin darme cuenta, empecé a sentir inclinación por el arte musical. Según me cuentan mis padres, un día salí del teatro tarareando el intermedio de "El Caserío", de Guridi, pieza no fácil de retener en la memoria, y menos a la edad que yo tenía entonces (unos cuatro o cinco años).
Cuando yo contaba seis años, mis padres se trasladaron a Méjico, gracias a un contrato con el maestro Moreno Torraba para realizar una gira por Hispanoamérica. A raíz del éxito obtenido en Méjico, país en el que existe una gran afición a la zarzuela, mis padres formaron una compañía propia con  la cual han seguido viajando sin descanso. En 1949, nos asentamos definitivamente en Méjico.
Empecé a ir al colegio y a estudiar plano con el maestro Manuel Barajas. A los quince o dieciséis años comencé ya a hacer alguna escapada al escenario, aunque cuando era más pequeño actuaba yo en aquellas zarzuelas en las que había un papel de niño. Mi primera aparición ante el público fue cantando el "Coro de los repatriados" de "Gigantes y cabezudos". Así, pues, empecé a cantar zarzuela, con mis padres, en la cuerda de barítono. A esa edad —quince años— mi voz no estaba bien definida y yo llegaba perfectamente a la tesitura de barítono.
Durante unos cuantos años hice un poco de todo. Canté zarzuela; canté en comedias musicales como "My fair lady", "La pelirroja", "Brigadoon"; tocaba el plano o acompañaba a algunos cantantes en "boites"... Tuve alguna oferta, en Méjico, para hacer cine. Ya me iba a decidir por esta faceta del arte, cuando un amigo —Manuel Aguilar— me dijo que debería probar suerte en la ópera. Yo pensaba que no tenía voz para ello. A pesar de lo cual, me aprendí varias romanzas de barítono y di una audición en la Academia de la Opera de Méjico. Me dijeron que les había gustado, pero que les parecía que yo era tenor y no barítono. Me hicieron cantar un par de romanzas de tenor. En una de ellas, de "Fedora", tuve un tremendo «gallo» en el «la natural», porque no estaba preparado ni había estudiado para semejante eventualidad. No obstante, me dieron la oportunidad de hacer el papel de Borsa en "Rigoletto". Era el año 1959. Canté con Cornell NacNeil, Ernestina Garfias y Flaviano Labó. 'También pude hacer el papel del capellán de "Diálogos de Carmelitas", de Poulenc. Fueros mis primeras incursiones en el campo de la ópera.
Cuando decidí cambiar mi cuerda, empecé a estudiar con el maestro Cario Morelli (barítono chileno). En sus clases de interpretación artística me fui con vertiendo en tenor, casi sin darme cuenta, sin tener que vocalizar durante horas; simplemente siguiendo sus instrucciones acerca de la intención que debía poner yo al cantar. Por otra parte, fallecido el maestro Barajas, continué los estudios de piano en el Conservatorio de Música de Méjico. Posteriormente, Igor Markevitch dio un curso de dirección de orquesta. Como yo no tenía recursos económicos para seguirlo de forma oficial, tuve que hacerlo como oyente.
Seguí haciendo de todo un poco, hasta que en 1961 pude hacer el papel de Alfredo en "La Traviata". También canté la ópera mejicana "El último sueño", de José M. Vázquez, lo que me dio la oportunidad de conocer a la que hoy es mi esposa. En ese mismo año actué en Dallas, junto a Joan Sutherland, con "Lucia di Lammermoor". En 1962 canté "Cosí fan tutte" y "Adriana Lecouvreur", en Méjico. El 19 de noviembre de ese año hice mi último papel secundario en una ópera: el Casio de "OteHo". En total había hecho 58 funciones de tenor secundario. Al mismo tiempo, el pianista hebreo mejicano José Kahan nos dijo que en el teatro de la Opera de Tel Aviv necesitaban un tenor, una soprano y un barítono. Y a Israel nos fuimos mi esposa, el barítono Franco Iglesias y yo. Llegamos a Tel Aviv el 21 de diciembre de 1962. El contrato, que en principio era para seis meses, se amplió para dos años y medio. En ese tiempo, mi esposa cantó 150 funciones y yo canté 280. Amplié considerablemente mi repertorio. Por cierto que cantando «Fausto» me eché los más infaustos y famosos "gallos" de mi carrera. Esto se debe a que Franco Iglesias nos había enseñado a cantar con apoyo, utilizando el diafragma como se debe, y las representaciones de "Fausto" me cogieron en plena época de aprendizaje y adaptación al canto con sostén. Pero el cambio de técnica fue para mí definitivo en sentido favorable, naturalmente.
Hago un paréntesis para decir que tuve una gran afición por el fútbol y los toros. Al fútbol jugué hasta los 16 años, muchas veces dos partidos diarios (de defensa y de portero). En cuanto a los toros, me escapaba a algunas capeas y llegué a torear un becerrillo vestido con el traje de torero que llevaban mis padres en su compañía, ya que en el repertorio figuraba "El gato montés".
En julio de 1965 salimos de Tel Aviv.
Mi esposa tomó la gran decisión de sacrificar su carrera por la mía y por los hijos, y dejó el canto. De regreso a Méjico, di algunas audiciones en Europa. Un poco antes me habían llegado dos contratos para cantar en Estados Unidos. Debuté en Washington con "Carmen", lo que me valió un contrato para el City Center Opera de Nueva York. Me ofrecieron también, en este local la ópera "Don Rodrigo", de Ginastera, que significó un verdadero "cañonazo" en mi carrera. El éxito fue muy grande (22 de febero de 1966). Me llovieron los contratos en Estados Unidos. Fui llamado a Nueva Orleáns para sustituir a Franco Corelli en "Andrea Chenier". Volví a Méjico, donde conocí a Montserrat Caballé y Bernabé Martí. Por cierto que al día siguiente de nacer mi hijo Plácido, canté mi primera obra con Montserrat: "Madama Butterfly". En el mismo año 1966 hice mi debut en el Liceo de Barcelona. Trajimos tres óperas mejicanas, que no tuvieron mucho éxito.
Ya en Europa, me surgieron tres debuts en tres teatros importantes: Hamburgo ("Alda"), Viena ("Don Carlos") y Berlín ("Un bailo in maschera"). Esta última ópera me la tuve que aprender en tres días. Era 1967.
El 28 de septiembre de 1968 debuté en el Metropolitan de Nueva York, en el papel de Mauricio de "Adriana Lecouvreur". La función empezaba a las ocho de la tarde. A las 7'20 me llamó el empresario diciéndome que Franco Corelli estaba enfermo y que yo debía sustituirle. Toda esa tarde había estado yo ensayando "Turandot". El día anterior había cantado "Payasos" y tres días antes, "II tabarro". De manera que le dije: "Sé que esto me lo hacen a propósito, pero se va a arrepentir porque estoy muy bien de voz". Tuve la suerte de conseguir un gran éxito, precisamente con el público de Corelli. Este año es la clave de mi carrera. Seguidamente canté en Chicago, también con la Tebaldi. Y empezaron a proliferar los contratos.
En 1969 debuté en La Arena de Verona, junto a Birgit Nilsson, con "Turandot"; y en La Scala de Milán (abriendo la temporada), con "Ernani", junto a Raina Kabaivanska, Ghiaurov y Cappuccilli. Después, en el Metropolitan, tuve que sustituir por tercera vez a Corelli en una nueva producción de "II trovatore". (Cuando a Corelli, que no tiene hijos, le entrevistan, suele decir: «Aunque pensándolo bien, sí que tengo un hijo; se llama Plácido Domingo»).
En 1970 canté en Madrid "La Gioconda"; fue una noche muy emocionante, por actuar en la ciudad en que había nacido; apenas podía contener las lágrimas. Poco antes había cantado en el Vaticano, ante el Papa, la "Misa Solemne" de Beethoven. En 1971 debuté en el Covent Garden de Londres, con «Tosca», y canté en el Liceo «Manon Lescaut", que fue mi verdadero debut en Barcelona. En 1972 debuté en el Colón de Buenos Aires, con "La forza del destino". En 1973 debuté en la Opera de París, con "II trovatore". Y en 1974 debutaré en el Bolshoi de Moscú, con «La fanciulla del West». En la próxima temporada cantaré en el Liceo "I vespri siciliani", junto a Montserrat Caballé, Ryan Edwards y Justino Díaz; y "Carmen", junto a Joan Davidson. Próximamente, cantaré en Zaragoza mi función de ópera número mil.
En cuanto a mi carrera como director de orquesta, pienso en ella como previsión para el futuro. Este año hago mi debut en Europa, en el Liceo, dirigiendo "Attila".
Hijo de los famosos cantantes de zarzuela Plácido Domingo y Pepita Embil, Plácido Domingo nació en Madrid, el 21 de enero de 1941. Está, casado con la soprano Marta Órnelas. El matrimonio tiene dos hijos: Plácido, de ocho años, y Alvaro Mauricio, de cinco. Tiene nacionalidad mejicana, pero está en trámite la recuperación de su nacionalidad española; ha fijado ya su residencia en Barcelona. Cuenta con 60 óperas en repertorio. Ha hecho 28 grabaciones, entre las cuales 16 óperas completas. Ha cantado en los principales teatros del mundo. La presente es la tercera temporada que canta en el Liceo, sin contar las funciones que hizo en 1966. Tiene firmados contratos incluso hasta 1978. He aquí los rasgos de su cuerda humana.

               CUARENTA TRAZOS DE UN CANTANTE
—¿Cuál es el principal rasgo de su carácter?
—La serenidad.
— ¿Qué cualidad prefiere en un hombre?
—La sinceridad y la entrega a lo que se está haciendo.
— ¿Qué cualidad prefiere en una mujer?
—Que lo sea de verdad y, en el caso de la maternidad, que sea una buena madre.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—La sinceridad y que sean incondicionales.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Uno tiene muchos, pero es difícil verlos. Quizá, el querer hacer las cosas con demasiada rapidez.
— ¿Su ocupación preferida?
—No hay duda: el canto.
•— ¿Cuál es su sueño de dicha?
—Vivir cien años, rodeado de mi familia, gozando de los frutos de mi trabajo.
— ¿Cuál sería su peor desgracia?
—El tener una vida corta.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Cantante.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En Barcelona.
• — ¿Qué color prefiere?
—El verde.
— ¿Qué flor prefiere?
—La rosa.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—El jilguero.
— ¿Quiénes son sus escritores preferidos?
—Shakespeare y García Lorca.
— ¿Sus héroes de ficción?
—Don Quijote es el que me produce más ternura.
— ¿Sus grandes hombres históricos preferidos?
—Churchill, Alejandro, el Cid.
— ¿Sus grandes hombres actuales preferidos?
—El maestro Casáls. Cada minuto pasado con él significaba aprender a amar más a la vida.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—Ninguna.
— ¿Sus grandes mujeres históricas preferidas?
—Cleopatra.
— ¿Sus grandes mujeres actuales preferidas?
—Golda Meir.
— ¿Quiénes son sus pintores predilectos?
—El Greco, Velázquez y Goya.
— ¿Cuáles son sus nombres favoritos?
—Alvaro, Mauricio, Alejandro, Bárbara, Rebeca, Patricia... Y Sol.
— ¿Qué detesta por encima de todo?
—La pereza.
— ¿Qué caracteres históricos desprecia más?
—El hitlerismo y lo que ha acarreado.
— ¿Qué hecho militar le produce más admiración?
—Amo la paz. Sin embargo, la estrategia militar de Napoleón es de destacar.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—La que consiga la igualdad racial, social y económica.
— ¿Qué dones naturales le gustaría poseer?
—Quisiera tener más humildad cada día.
— ¿Cómo desearía morir?
—Lo más tarde posible, rodeado de mi familia y tratando de decirles que no se preocuparan por mí porque ya era mi hora.
—¿Cuál es el estado presente de su espíritu?
—Festivo, tranquilo y feliz.
— ¿Qué hechos le inspiran más indulgencia?
—Las equivocaciones por falta de conocimiento, por falta de experiencia.
— ¿Su autor de música clásica preferido?
—Beethoven y Brahms.
—Su autor de música moderna preferido?
—A partir de Stravinsky, no me gusta nadie.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—Tengo un especial cariño por estas doce: "Manon Lescaut", "Andrea Chenier", "I pagliacci", "Tosca", "Carmen", "Un bailo in maschera", "La forza del destino», «Los cuentos de Hoffmann», «Luisa Miller», «La Bohéme», «Don Carlo» y «Adriana Lecouvreur».
— ¿Su pieza de música clásica preferida?
—La "Sinfonía número 1" de Brahms.
— ¿Sus cantantes no actuales preferidos?
—Caruso, Bjoerling, Di Stefano, La Muzio, la Ponselle, la Flagstad, Títta Ruffo, Chaliapin, Stracciari.
— ¿Sus cantantes actuales preferidos?
—Montserrat Caballé, Victoria de los Angeles,  Birgit Nilsson, Joan Sutherland, Jaime Aragall, Carreras, Bergonzi, Pavarotti, Mastromei, Milnes, Cappuccilli, Ghiaurov, Justino Díaz, Raimondi, Teresa Berganza, Shirley Verret y Grace Bumbry.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Aurrera! (Palabra vasca que en castellano quiere decir ¡Adelante!)
— ¿Cuál es su mayor temor en el mundo de hoy?
—Que el terrorismo pueda provocar una guerra irreparable.
— ¿Qué es lo primordial que haría si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Trabajar para conseguir un mundo lleno de paz. Y para ello, procurar una mayor igualdad económica.

José GUERRERO MARTIN




                                                                                                                           
                                  










No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿CÓMO ME AFICIONE A LA ÓPERA?

                        PRESENTACIÓN Me llamo Francisco Giner Lloret soy alicantino, aficionado y  amante de la música operística. Cu...