GRAN TEATRO DEL LICEO
Temporada 1973-1974 del LiceO
La temporada 1973-1974 del Liceo en la
primera función de Lucia di Lammermoor , que se
retransmitía por radio, el tenor Jaume Aragall sufrió una lipotimia en plena aria final de Edgardo,
dejando de cantar y abandonando la escena. La
función se suspendió unos 20 minutos, tras los cuales Jaime volvió a escena y repitió
el aria desde el comienzo, finalizando la función con toda normalidad.
Ópera
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Compositor
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Director musical
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Director de escena
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Papeles principales
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Producción
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Fechas
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26 de
diciembre al 2 de enero
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enero
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diciembre
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diciembre
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29 de
diciembre al 5 de enero
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8 de enero
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VINCENZO BELLINI
CATERINA CORNARO (Donizetti).
Inauguración de la temporada, director Carlo Felice Ciliario, con Montserrat
Caballé, Jaime Aragall, Renato Bruson, Silvano Pagliucci.
Este
viaje me recuerda al principio de los años 1953 cuando empecé a viajar con los
compañeros Manolo Polo y Enrriquito.
Naturalmente hice el viaje con ellos para ver la segunda representación de
Caterina Cornaro, que se cantó el sábado 10 de noviembre. La llegada la tuvimos
el mismo sábado sobre la 5 de la tarde, (ahora íbamos en coche, esto es un
viaje más cómodo que el tren) y nos fuimos directamente a casa de Jordi, que nos estaba esperando para darnos las
entradas y de allí fuimos al hotel Alicante cerca de la Plaza de Cataluña, nos dio tiempo a descansar un
poco y arreglarnos para ir al teatro. Los tres recordábamos los momentos de
aquellos años cuando veníamos en el tren, en fin momentos muy nostálgicos. La
inauguración de la temporada fue el jueves pasado, y los compañeros del Liceo que
estuve saludándoles, me comentaron que estuvieron todos muy bien y en especial
la pareja Caballé y Aragall.
Mi
opinión os la doy seguidamente: era la
primera vez que veía esta ópera de Donizetti, musicalmente es magnífica, el
estilo peculiar de Donizetti, con un estudio milimétrico de las voces dándole
un lirismo, romanticismo y a la vez dramatismo, puro bel canto. A los que nos
gusta la música de Bellini y Donizetti, nos tiene prendados de sus arias,
concertantes y cabaletas. Por los años que ya han pasado, cada vez me
entusiasma más la música bel cantista. ¡¡ Y qué difícil son de interpretar!! , tienen que ser unas voces de una gran calidad
como las de Caballé y Aragall, voces que en esos años estaban en plenitud de
facultades. Fue otra noche mágica, y han sido tantas, me congratulo de haber
asistido a noches espectaculares y con unos cantantes que hoy en día se encuentran pocos, en la cuestión de la cuerda
de tenores hay una gran diferencia, cuídeme donde están en la actualidad,
los Kraus , Pavarotti, Corelli, del Monaco, Bergonzi, Tucker, Domingo, en fin os estaría contando muchos más
cantantes, hoy en la actualidad tenemos a Vargas, Alvarez, Florez, Armiliato,
Villazon, Beczala y algunos más , como veréis la diferencia es abismal, lo
único que los cantantes de hoy en día superan a los anteriores, es el saber
interpretar y moverse por la escena y todo es debido a que las televisiones
imponen una nueva asignatura de interpretación que antes no había. Sé que algunos
aficionados no estarán de acuerdo con mis matizaciones de los cantantes, por
ello no nos vamos a enfadar, esta es una apreciación muy particular y la
mantengo.
Sobre
la opera que se cantó esa noche en el Liceo, hay pocas grabaciones, algo os voy a poner. De
la actuación del Liceo os voy a poner unos fragmentos que canta Montserrat Caballé, Jaime Aragall y Tenato Bruson.
RENATO BRUSON
AUDIO - Caterina
Cornaro -Renato Bruson –Fragmento
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
Seguidamente os voy a poner unas entrevistas reportajes que el periódico de La Vanguardia hizo a Montserrat Caballe y a Jaime Aragall con motivos de su estancia en Barcelona de cantar Caterina Cornaro que son muy interesantes.
ENTREVISTA
RENATO BRUSON
JAIME ARAGALL
MONTSERRAT CABALLÉ
AUDIO – Caterina Cornaro –
M. Caballé- jJ. Aragall " Tu l´amor mio"
AUDIO
– Caterina Cornaro – M. Caballé – Aragall- Bruson "Indietro lo, vi carnafice"
Finalmente
os voy a poner una grabación en AUDIO,
que se interpreto en el año 1972 en el teatro San Carlo di Napoli con la orquesta y Coro de dicho teatro con la dirección de Carlo Felice Cilliario y con los interpretes y personajes : Leyla Gencer (Caterina Cornaro), Jaime Aragall (Gerardo), Renato Bruson (Lusignano), Luigi Rinani (MocenigoO
Os
diré que esta ópera fue la última que
escribió Donizetti.
TEATRO SAN CARLO DI NAPOLI
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
Inauguración
de la temporada de ópera con Montserrat Caballé y Jaime Aragall protagonistas sobresalientes
en «Caterina Cornaro» de Donizetti
Empiezan
las funciones de ópera en el Liceo y como ha sucedido siempre, el espectáculo
de la inauguración constituye una fiesta social, que de todos modos se apoya
sobre una realidad artística. La de esta temporada ha logrado la solemnidad
requerida principalmente por el nombre de los primeros intérpretes ya que,
contrariando la costumbre, la empresa
creyó oportuno supeditar la popularidad de la ópera escogida a la personalidad
y fama de los cantantes protagonistas del espectáculo. En efecto, «Caterina
Cornaro» era hasta hace poco una partitura perdida que se citaba como la número
62 entre las 67 óperas que componen el vastísimo catálogo de Donizetti. Su
existencia fue descubierta hace poco tiempo, requiriendo la partitura una
reconstrucción que ha dado a la obra el carácter que es imaginable tenía cuando
se estrenó en el San Carlo de Napóles en 1844. La versión actual de «Caterina
Cornaro» fue reestrenada hace poco en Nápoles y Londres, descubriendo el
público que en la pieza hay lo imprescindible en las partituras de Donizetti:
una inagotable invención melódica ceñida únicamente a las preferencias do los
cantantes que pueden afrontar sin miedo las mayores piruetas virtuosismos; un
dramatismo inocuo desde el punto de vista emocional pero descrito con vivos contrastes
principalmente en los recitativos y episódicamente en los coros, y un intento
muy elemental de describir con la orquesta la realidad psicológica de los
personajes y el clima de las situaciones, perfectamente teatrales hasta el
tópico, aunque acertad amente provocadas y bien hilvanadas.
Poco
más puede decirse respecto a «Caterina Cornaro».
Un
Donizetti más, no a la altura de una «Lucia» o un «Don
Pascuale»
(ni de mucho), pero sí con cierta atracción, fluidez, dulzura, y cuando se tercia
un limitado vigor que nunca está ausente en la música rigurosamente operística,
bel cantista y decimonónica del compositor de Bérgamo. Escénica mente,
la desconocida ópera tampoco aporta nada de nuevo; un ambiente de capa y espada
en un marco veneciano de bambalinas gótico-pomposas y un argumento de amores
dramáticamente contrariados por razones políticas, dinásticas, de casta, etc. Pero
lo que se trataba ayer era de oír de nuevo a Montserrat Caballé que fue la
protagonista de la obra en Londres, al lado de Jaime Aragall, quien la cantó en
Nápoles.
Acabamos
de aplaudir a la Caballé de siempre, con su dominio perfecto de una voz
privilegiada, robusta y lírica en los recitados y arias de bravura,
infinitamente mórbida y dulce en los pasajes de expresión contenida, con un
aliento inagotable y una manera teatral en la dicción que hacen de ella
actualmente una de las dos o tres primeras sopranos operísticas mundiales.
Hay
que decir que la obra, a pesar de sus dificultades y momentos de lucimiento no
se ha permitido «lanzarse» como lo hará sin duda en las «Traviata» y «Aída»
próximas, pero con todo en «Caterina Cornaro» hemos escuchado a nuestra
admirada Montserrat en plenas facultades sobre todo en el acto central y antes,
en un dúo del primer acto, muy donizettiano con Jaime Aragall. Este ha superado
en todo momento las dificultades de su papel. Aragall está cada día mejor como
artista consciente y de posibilidades. Su voz no ha perdido nada de su pureza,
vibración y temple, ganando además en consistencia, en densidad derivando hacia
el color vocal de tenor lírico. Ha cantado con entrega en todo momento y en
particular en el dúo del primer acto, el del acto central con la Caballé y al
final, donde su intervención ha cobrado especial brillantez.
La sorpresa, de la representación ha sido la
calidad verdaderamente superior del barítono italiano Renato Bruson; magnífico de
timbre, de una musicalidad depurada y una manera de decir siempre emotiva sin
dejar de perder una sobriedad que particularmente le admiramos. En el acto
central ha tenido su momento más lucido.
También
debutaba en el Liceo el bajo Silvano Pagliuca, bueno como cantante y actor.
Estos primeros artistas se compenetraron especialmente en un cuarteto con el
que termina el acto central de la obra y que acaso es, musicalmente lo mejor de
la misma. Hace pensar bastante en el cuarteto de «Rigoletto» que es seis años
posterior y no sería imposible que Verdi lo tuviera en el subconsciente al componer
su famosísima partitura.
La
participación de Antonio Borras, José Manzaneda, Cecilia Fontdevila y José
Ruiz, en otros papeles circunstanciales, ha sido estimable. También la del coro
que vuelve a regirse por la dirección del maestro Ricardo Bottino. Un bello coro
interno femenino al principio y el de hombres, sobre todo en el segundo acto fueron
resueltos apropiadamente. Diego Monjó ha dirigido la escena con oficio.
Resaltemos
finalmente la labor de la orquesta. Se nota que va ganando veteranía y aunque
la partitura de Donizetti no es peligrosa, sí es muy clara para revelar
posibles defectos de interpretación. Vale decir que al frente estaba Carlo Felice
Cíllario, que tantas veces hemos citado. Su experiencia es grande, su
sensibilidad afinada por una constante actividad al frente de las mejores
orquestas operísticas. Casi siempre ha dirigido, aquí al menos, a Montserrat
Caballé y esto ayuda a que su actuación asegure siempre la excelencia,
ductilidad y rigor de las versiones confiadas a su mando.
Hemos
sido testigos (y partícipes) de muchas ovaciones a lo largo de la
representación, interrumpida por los aplausos después de cada aria destacada.
No —vale decirlo— ovaciones delirantes pero
sí muy nutridas y cariñosas. Cargamos en la cuenta, de que «Caterina Cornaro»
no es una ópera conocida ni tampoco sobresaliente en la producción de
Donizetti, el hecho de que los espectadores no se hayan desbordado en el
entusiasmo, aunque las manifestaciones favorables a Montserrat Caballé, a Jaime
Aragall, a Renato Bruson y al resto de los intérpretes con el maestro Cillario,
se han prolongado largamente, sobra todo al final del espectáculo. — X. MONTSALVATGE.
Seguidamente os voy a poner unas entrevistas reportajes que el periódico de La Vanguardia hizo a Montserrat Caballe y a Jaime Aragall con motivos de su estancia en Barcelona de cantar Caterina Cornaro que son muy interesantes.
ENTREVISTA
MONTSERRAT CABALLÉ <UNA PRIMA DONNA> EXCEPCIONAL
Nací en el seno de una familia en
la que siempre hubo gran afición a la música. A los ocho años empecé los
estudios de piano y solfeo, y a los catorce los de canto, todo ello en el
Conservatorio del Liceo. También estudié "lied" con Conchita Badía. A
los veintitrés años terminé mis estudios, con el título de profesora en piano,
solfeo y canto. No me pesa haber completado exhaustivamente mi formación
musical, sino al
contrario. Tengo que agradecer
muchísimo a mis padres el que me hayan facilitado esa formación, porque ha sido
una
llave que me ha abierto las
puertas que permiten acceder a toda la profunda variedad musical.
Posteriormente, realicé unas
audiciones en Italia, aunque sin resultado; casi venían a corroborar lo que me
habían dicho aiguna vez en mi casa: "Si no vales para cantar, al menos
termina los estudios de música." Después, don José A.
Bertrand Mata y su familia me
acogieron bajo su patronazgo y me costearon los viajes, los estudios y demás
gastos inherentes, hasta la gran fecha de 1057, en que llegó el histórico
contrato de Basilea. Este fue por tres años, en los cuales canté corno
principiante. El acceso a la titularidad se vislumbraba muy difícil. Durante
ese tiempo, me dejaban estudiar obras y sustituir a alguna cantante. El azar
iba a desempeñar un importante papel en el futuro de mi carrera.
La soprano titular del teatro de
Basilea se fue y quedó vacante el puesto de soprano lírica. Fui elegida para
sustituir a la anterior, y tuve la suerte de convencer. El éxito fue grande. En
1960 me trasladé a Bremen, donde actué durante tres años más. Después marché a
Viena, alternando con Alemania. Luego pude actuar en el Teatro San Carlos de
Lisboa. En enero de 1962 se produjo el ansiado momento de cantar en el Gran
Teatro del Liceo de Barcelona. AI año siguiente realicé mi primer viaje a
América: México, Brasil, Perú, Puerto Rico, Argentina...
La fecha decisiva en mi carrera
creo que fue el 20 de abril de 1965, en que debuté en el Carnegie Hall de Nueva
York, con la ópera "Lucrecia
Borgia". Al día siguiente, todo parecía mágico: llovieron los contratos,
del Metropolitan, de las casas de discos, desde diversos lugares del mundo.
Aquel día creo que empezó mi gran carrera internacional; entré en la "gran
rueda", como la llaman. En esto me han apoyado mucho mi marido Bernabé y
mi hermano Carlos, quien es mi "general manager" para todo el mundo y
mi consejero artístico. Desde 1965 vengo actuando todas las temporadas con dos
o tres óperas en el Metropolitan de Nueva York; desde hace seis temporadas
vengo actuando en La Scala
de Milán; desde hace dos años
canto en el Covent Garden de Londres; asimismo he vuelto a Alemania, después de
algunos años de ausencia; también he actuado en Italia y Austria.
En cuanto a un futuro inmediato,
como cosas importantes, repetiré "Norma" en La Scala y cantaré
"Norma" en Moscú. Esto me hace muchísima ilusión, porque nunca estuve
en la URSS. Agradezco enormemente que me haya llamado el Teatro Bolshoi de
Moscú, donde representaremos "Norma" con la misma producción del
Teatro La Scala. En este mismo mes de noviembre grabaré en Berlín
"Tosca", con Von Karajan. Es el primer encuentro con él después de
una disputa ocurrida en 1968, año en que no acudí a Salzburgo, según el
contrato que tenía previsto, por incumplimiento no
mío, sino de la otra parte. La
cosa quedó tirante, pero ya pasó. Todos estamos muy contentos con esta
grabación. Intervendrán también en ella Luciano Pavarotti, Peter Glossop y la
Filarmónica de Berlín.
Como cosas relevantes en esta
temporada, además de lo del Liceo, hay el nuevo montaje de "I Vespri
Sicíliani", en el Metropolitan de Nueva York, una gran producción en
cuanto a decorados y vestuario que dicen que vale dos millones de dólares, el
30 de enero próximo. También hay previstas las grabaciones de "COSÍ fan
tutte" (con Nicolai Gedda), "I Masnadieri" (con Cario Bergonzi),
"Faust" (con Plácido Domingo), "Don Juan" (con Sherrill
Milnes y Plácido Domingo) y "Macbeth". Y he de cantar en Niza, París,
Londres, Roma (con "Arabella", de Strauss)...
Montserrat Caballé nació en
Barcelona, el 12 de abril de 1933. Está casada con al tenor Bernabé Martí.
Tiene un niño de siete años, Bernabé, y una niña, Montserrat, que cumplirá dos
años el próximo jueves. Cuenta con 76 óperas en su repertorio y ha grabado 17
óperas completas y 22 «long plays» con temas diversos. Ha cantado en el Metropolitan,
en La Scala, en el Covent Garden, en la Opera de Viena, en el Colón de Buenos Aires,
en el Liceo y en una larga lista de teatros y salas. La presente es la
temporada número doce que actúa en el Liceo de Barcelona. Quizás al aficionado una
de las cuestiones que más le preocupan es la de la retirada de la gran diva barcelonesa.
«Yo anuncié con gran decisión mi
retirada y, al parecer, causó un gran impacto en el mundo del "bel
canto". Y ya no volví a hablar de ello. Mis contratos, eso sí, están
firmados verdaderamente hasta una cierta fecha. Cuando esa fecha llegue, será
mi última función. Pero no la voy a revelar, para evitar problemas. Sí, pienso
ir restringiendo mis actuaciones, porque necesito a mi familia y ellos me
necesitan a mí, sobre todo los niños. Y también quisiera tener la fuerza suficiente
para saber hacer una retirada digna. Quiero que mis amigos y quienes creen en
mí me recuerden como una buena cantante.»
La Caballé ha preparado y
acompañado a su hijo mayor al colegio un poco antes de empezarse esta entrevista.
Después, tendría yo ocasión de saludar a su marido y a su hija. A renglón
seguido de nuestra conversación, la eximia cantante en la cuerda de soprano
recibiría al maestro de piano para continuar estudiando. He aquí cuarenta
respuestas que nos ayudarán a considerar la dimensión de su cuerda humana.
CUARENTA TRAZOS DE
UN CARÁCTER
— ¿Cuál es el principal rasgo de
su carácter?
—Creo que es el nerviosismo.
— ¿Oué cualidad prefiere en un
hombre?
—Precisamente eso, que sea un
hombre.
— ¿Qué cualidad prefiere en una
mujer?
—Que sepa ser mujer. Considero
que ser mujer es ya una gran cosa.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—La verdad, por dura que sea.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—El genio.
— ¿Su ocupación preferida?
—Cuidarme de los niños.
-¿Cuál es su sueño de dicha?
—Lo tengo ya: esta casa y mi
familia.
— ¿Cuál sería su peor desgracia?
—La pérdida de un ser querido.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Esposa y madre nada más.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En el campo.
— ¿Qué color prefiere?
—El verde, porque es el color de
la Naturaleza.
— ¿Qué flor prefiere?
—Me encanta el clavel.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—Nunca lo pensé. Pero tengo una
tortolita blanca, muy linda, que me dieron en un homenaje en el Liceo, y que me
gusta mucho.
— ¿Quiénes son sus escritores
preferidos?
—Me gusta mucho Juan Ramón Jiménez.
— ¿Sus héroes de ficción?
—Nunca tuve.
— ¿Sus grandes hombres históricos
preferidos?
—Carlos V.
— ¿Sus grandes hombres actuales
preferidos?
—Hay varios. Sería Injusto
nombrar uno sólo. Los que hacen eI bien para la Humanidad, que lo necesita
mucho.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—Tampoco tuve nunca.
— ¿Sus grandes mujeres históricas
preferidas?
—Isabel I de Inglaterra.
-¿Sus grandes mujeres actuales
preferidas?
—Las que saben ser madres, las
que saben estar en su casa, las que saben ayudar al prójimo.
— ¿Quiénes son sus pintores
predilectos?
—Goya.
— ¿Cuáles son sus nombres
favoritos?
—-Carlos me gusta mucho.
— ¿Qué detesta por encima de
todo?
—La falsedad.
— ¿Qué caracteres históricos
desprecia más?
—El «ego» de las personas —sean
gobernantes o gobernados—, que hace que esas personas no persigan más que su propio
encumbramiento y no piensen en quienes los necesitan.
—¿Qué hecho militar le produce
más admiración?
—El que hace triunfar a la verdad
y a la justicia en ayuda del ser humano.
— ¿Qué reforma es su preferida—La
abolición de la esclavitud fue una extraordinaria reforma. Una reforma que creo
necesaria para la Humanidad es que las personas no dependamos de la opinión
sólo de algunos, sino que haya una hermandad verdadera en la Tierra.
— ¿Qué dones naturales le
gustaría poseer?
—La bondad.
— ¿Cómo desearía morir?
—Como Dios me lo mande. Yo creo en
El y así lo aceptaré.
-— ¿Cuál es el estado presente de
su espíritu?
—Nervioso. Normal dentro de lo que
yo soy.
— ¿Qué hechos le inspiran más
indulgencia?
—Las faltas involuntarias de las
personas.
— ¿Su autor de música clásica
preferida?
—Monteverdi y Sirauss.
— ¿Su autor de música moderna
preferido?
—Britten me gusta.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—«Norma».
— ¿Su pieza de música clásica
preferida?
—El «Wiegenlied», de Ricardo
Strauss.
— ¿Sus cantantes no actuales
preferidos?
—La Callas (aunque ahora canta
otra vez), la Tebaldi, Rosa Ponselle, Caruso, Di Stéfano (aunque ahora canta
otra vez), Jussi Bjoerling.
— ¿Sus cantantes actuales
preferidos?
—Todos. Todos con quienes canto y
todos los que cantan bien.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Con la verdad por delante,
— ¿Cuál es su mayor temor en el
mundo de hoy?
—La incomprensión de unos seres
humanos con otros. Que la Humanidad se destruya a sí misma por falta de su
propia humanidad.
— ¿Qué es lo primordial que haría
si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Les diría a los millones de
seres humanos que hay Dios, en la forma que sea, pero lo hay. Les diría también
que esa Tierra existe y nos da para comer. Que hemos nacido todos iguales y que
necesitamos, aunque pensemos distinto, querernos verdaderamente unos a otros para
poder seguir adelante. Con el envanecimiento y la ofuscación sólo se llega a la
catástrofe. Y les diría, finalmente, que pensasen en los hijos del mañana, que
también tienen derecho a estar en esta Tierra.
José GUERRERO MARTIN
JAIME ARAGALL
ENTREVISTA
JAIME ARAGALL
UN TENOR EN UN MOMENTO CULMINANTE
DE
SU CARRERA
Mi familia siempre fue gran entusiasta
por la música. Así, mi inclinación por la opera surgió espontáneamente. Empecé los
estudios de música, que no he terminado. Con don Jaime Francisco Puig, mi único
maestro en España, empecé las lecciones de canto. Con el estudié hasta mi
marcha a Italia.
Tenía, pues, dieciocho años,
cuando tenía que simultanear las lecciones de canto con mi trabajo en un pequeño
taller de construcción de motores eléctricos.
La verdad es que no podía dedicar demasiado tiempo al estudio, de tal manera
que asistía a casa del maestro solamente dos veces por semana, y la duración de
cada lección era aproximadamente de hora y media.
Llegó el intervalo de los veinte meses
del servicio militar, en los que prácticamente no tuve contacto alguno con el
canto. Terminada la "mili" fui presentado, en el Liceo, a los señores
Pamias y Masó, quienes quedaron satisfechos con mi voz.
Después, la Empresa del Liceo, conjuntamente
con la Diputación y el Ayuntamiento de Barcelona, me subvencionaron una beca
para una estancia en Italia de seis meses. Con anterioridad había obtenido yo
el segundo premio en el "Concurso Internacional ABAO" (Asociación
Bilbaína de Amigos de la Opera), celebrado en la capital vizcaína, y del que,
por desgracia, no hubo más ediciones.
A mis veintitrés años me
encuentro, pues, en Italia. En Milán conocí al gran maestro Vladimiro Badiali,
con quien continué estudiando con el mismo sistema que había seguido en Barcelona.
A los ocho meses de llegar a Italia, y después de haber ganado el primer premio
en el "Concurso Internacional de Voces Verdianas", de Busseto, pude
debutar en el teatro La Fenice, de Venecia, con
la ópera "I lombardl a la
prima crociata". Este fue el comienzo de mi carrera. En Palermo canté
"La Bohéme" y "Massimo"
En noviembre de 1963 pude cantar ya
en La Scala, siendo uno de los protagonistas de "L'amlco Fritz" y
"La Bohéme". Me hicieron un contrato para el resto de la temporada,
según
el cual yo tenía una paga
mensual, aparte de lo que cobraba por representación.
A partir de entonces pude entrar en
contacto con los mejores teatros de Italia. A principios de 1964 —con permiso
de La Scala, ya que tenía contrato con ellos hasta finales de febrero— canté en
Irlanda, en unos festivales muy importantes. Seguidamente actué por primera vez
en Budapest, donde recuerdo que —como aquella moneda fuera del país no servía para
nada— compré un jarro, una alfombra y una botella de vino. En ese año de 1964
se produjo el tercer momento importante en mi recién iniciada carrera (después
de La Fenice y La Scala): el debut en el Liceo de Barcelona, con el papel de
Rodolfo en "La Bohéme". A partir de aquí empecé a cantar en los
mejores teatros de Europa
•Mi primer viaje a América fue en
año 1967, con motivo de la Exposición Internacional que se celebro en Montreal.
Marché con la Compañía de Scala y canté en esta ciudad cánadiense. En el año
anterior debuté en la Arena de Verona, cosa inolvidable para quien haya cantado
en ese incomparable marco escénico. Lo hice con "Rlgoletto". Por
cierto que fue también el debut del gran barítono Piero Capuccilli, con quien
he cantado más de 150 veces esta ópera.
«En 1968 se produjo otro hito en
mi carrera: el debut en el Metrópolitan de Nueva York, con
"Rigoletto". En ese año debutaba también en el Metropolitan Plácido
Domingo, quien tuvo que sustituir a Franco Corelli en una función, con
"Adriana Lecouvreur". Seguidamente vino mi debut en el Teatro de la
Opera de Filadelfia, con "La Bohéme". A continuación cante en el
mismo escenario "Romeo y Julieta". Regresé a Europa y debuté, siempre en 1968, en el Covent Garden) de Londres, con
"Rigoletto". Recuerdo que no encontrábamos taxi y que nos dieron las
campanadas de fin de año en la puerta del teatro, a mi mujer y a mí. Tanto al
Covent Garden como al Metropolitan he vuelto en años posteriores.
Este año he debutado en el Teatro
de la Opera de San Francisco, con "Rigoletto", un
"Rigoletto" muy moderno y atrevido, cuyas representaciones
constituyeron un gran éxito, hasta el punto de que me han contratado ya para
las dos próximas temporadas. La que viene cantaré una
ópera casi desconocida de
Massenet, "Esclarmonde", con Joan Sutherland. Y he vuelto también a
la Arena de
Verona, con "La
Bohéme".
En la presente temporada cantaré
en París, con Motserrat Caballé, "Caterina Cornaro", en forma de
concierto. Regresaré a Barcelona para cantar "Lucia di Lammermoor" y,
por primera vez, "Faust", también en el Liceo.
A continuación, marcharé a la
Opera de Viena, para cantar "Manon Lescaut". Después, a Budapest,
donde cantaré por primera vez "Tosca". Luego, Hamburgo; varios
teatros italianos... Y otra ópera nueva para mí, en Pisa, "Adriana
Lecouvreur".
«Tengo mi calendario completo
hasta mediados del año 1976. Entre las cosas importantes están
"Esclarmonde", en San Francisco; una nueva producción de " La
Traviata", en Munich; una grabación en "long play" con arlas
de ópera; una grabación de
"Madame Butterfly" y la consiguiente película, ambas bajo la
dirección de Von Karajan; "Manon" y "L'amico Fritz", el año
próximo, en el Liceo, creo que con Jeannette Pilou, Vicente Sardinero, Esther
Casas y el maestro Eugenio Marco...»
Jaime Aragall nació en Barcelona, el
6 de junio de 1939. Está casado y
tiene dos hijos: Jaime, de ocho años, y Daniel, de siete meses. Cuenta con 32
óperas en repertorio y ha grabado «La Traviata», «Marina», «Doña Francisquita y
un «lon>g play» con arias de zarzuela. Existen muchas grabaciones suyas
piratas que se venden muy bien en Norteamérica y en Centroeuropa.
Por ejemplo, «Romeo y Julieta»
«Caterina Cornaro», ¡etcétera. Son reproducciones que se hacen directamente en los
teatros y luego se venden al público. Ha cantado en La Scála, en el. Metropolitan,
en el Colón de Buenos Aires, en el Covent Garden, en el Liceo, en la Opera de
San Francisco y en una larga lista de teatros y salas de conciertos de todo el
mundo. La presente es la octava temporada
que actúa en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona, y la tercera que lo
hace en la sesión inaugural del coliseo barcelonés.
En brazos de su madre, ha
irrumpido en la escena el pequeño Daniel, personaje ávido de mirarlo todo. Su padre,
liberado ya de las representaciones de «Caterina Cornaro», ha liado unos
cigarrillos y no ha parado durante toda la conversación de encenderlos y
apagarlos. He aquí, en cuarenta respuestas, los rasgos de su cuerda humana.
CUARENTA
TRAZOS DE UN CARÁCTER
—¿Cuál es el principal ¡rasgo de
su carácter?
—El ir de la inquietud a la
tranquilidad, de un extremo al otro. .
—¿Qué cualidad prefiere en un hombre?
—Que sea sincero.
— ¿Qué cualidad prefiere en una
mujer?
—Que sea guapa y femenina.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—Que lo sean de verdad.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Tengo muchos. Creo que el
principal de todos ellos es la falta de voluntad.
— ¿Su ocupación preferida?
—Mi trabajo: el teatro.
— ¿Cuál es su sueño de dicha?
—Poder dejar el teatro sin sentir
tristeza,
—Cuál sería su peor desgracia?
—Perder a un ser querido.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Sí no fuese cantante, me
gustaría escribir.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—Sobre todo, en Barcelona. Pero
no
me importaría vivir en cualquier
ciudad de española
-¿Qué color prefiere?
—El negro.
— ¿Qué flor prefiere?
—La amapola, que es una flor muy bella
y dura muy poco.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—No me gustan los pájaros.
— ¿Quiénes son sus escritores
preferidos?
—El español Juan Ramón Jiménez y el
poeta griego Constantino Kafavis.
— ¿Sus héroes de ficción?
—No tengo.
— ¿Sus grandes hombres históricos
preferidos?
—Leonardo da Vinci, Miguel
Ángel...
— ¿Sus grandes hombres actuales preferidos?
—Los que contribuyen a que avance
la Medicina. Por ejemplo, Barnard.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—No tengo.
— ¿Sus grandes mujeres históricas
preferidas?
—Sara Bemhardt.
—¿Sus grandes mujeres actuales preferidas?
—Creo que hay muchas. Todas
aquellas que hacen algo en beneficio de este mundo que tanto lo necesita.
— ¿Quiénes son sus pintores
predilectos?
—Leonardo da Vinci, Miguel Ángel,
Tiziano, Goya, Picasso...
— ¿Cuáles son sus nombres
favoritos?
—El mío. De mujer, hay muchos
bonitos; no tengo ninguno predilecto.
— ¿Qué detesta por encima de
todo?
—La hipocresía.
— ¿Qué caracteres históricos
desprecia más?
—El nazismo y cuanto Hitler hizo.
— ¿Qué hecho militar le produce
más admiración?
—El que defiende una causa justa,
aunque cuando hay dos bandos que pelean ambos pretenden defender una causa
justa.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—La las que han humanizado el trabajo.
— ¿Qué dones naturales le
gustaría poseer?
—Los que me permitieran coger un caballete,
unos pinceles y una tela para poder pintar grandes obras de arte.
— ¿Cómo desearía morir
—De ninguna manera.
—¿Cuál es el estado presente de su
espíritu?
—Con muchos altibajos, pero
bastante seguro.
— ¿Qué hechos le inspiran más
indulgencia?
—No podría decido, porque creo
que
mi carácter es bastante
indulgente y nada rencoroso.
— ¿Su autor de música clásica
preferido?
—Mozart.
— ¿Su autor de música moderna
preferido?
—Mahler, a quien adoro.
—¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi, Puccini, RossinI y
Donizetti.
— ¿Su ópera preferida?
—«La Bohéme».
— ¿Su pieza de música clásica preferida?
—Algunas de Mozart, o de Mahler,
y la «Novena Sinfonía» de
Beethoven.
— ¿Sus cantantes no actuales
preferidos? '
—Caruso, Fleta, Lázaro, Antonio
Cortis, la Ponselle...
— ¿Sus cantantes actuales
preferidos?
—Montserrat Caballé, Teresa
Berganza, Alfredo Kraus, Giuseppe di Stefano, Cario Bergonzi, Mario del Monaco,
Franco Corelli... De los de mi «quinta»
no quiero nombrar a ninguno, para no caer en olvidos que no deseo.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Ser humano noble.
— ¿Cuál es su mayor temor en el mundo?
—En lo personal no poder
continuar cantando. En lo demás, que las guerras acaben produciendo un
gigantesco cataclismo.
— ¿Qué es lo primordial que haría
si fuese 'uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Por encima de todo, procurar la paz.
Y también ayudar a quienes lo necesitan en los aspectos que sean.
JOSÉ
GUERRERO MARTIN
GIUSEPPE VERDI
GIUSEPPE VERDI
LA TRAVIATA (Verdi) 6 diciembre
1973- Director G. Masini, con Montserrat Caballe, Jose Carreras, Vicente
Sardinero.
Salimos
el domingo muy tempranito camino de Barcelona, fuimos a ver la segunda
representación de La Traviata, que se representaba el domingo por la tarde,
ahora ya nos tenemos que amoldar a la conveniencia de nuestro trabajo, era
terminar la función de ópera y seguidamente
coger el coche y llegar a Alicante para la hora del trabajo, era un gran
sacrificio pero lo hacíamos con mucha ilusión. Enrriquito y yo nos turnábamos
al volante y era más llevadero.
La
representación de esta Traviata estuvo como esperábamos, con una Montserrat
insultante, con un poderío y dominio de su voz que en algunos momentos nos
llego a emocionarnos, francamente
extraordinaria. Junto a Virginia Zeani y la Montserrat han
sido las mejores <Violeta> que he visto aquí en el Liceo. José Carreras también
estuvo esplendido con una voz muy tierna aún, pero ya se vislumbra la voz de
este tenor que pasados los años estuvo
en la élite de los grandes cantantes.
El
barítono Vicente Sardinero hizo un <Germont> muy señorial y muy bien en
la actuación tanto vocal como artística.
En
resumidas cuentas una Traviata de muchos quilates. Mis amigos Manolo y
Enrriquito salieron muy emocionados, y como os imagináis, todo el viaje
hablando y haciendo comentarios de lo que hemos vivido en este Teatro. Ya
teníamos preparado para la tercera y última visita de esta temporada, con la
representación de la ópera Aida con un trío
estelar como Montserrat Caballé, Bianca Berini y Placido Domingo.
Estamos de suerte, he encontrado por YouTube unos
fragmentos de La Traviata que se canto
en la temporada 1973-74, en el Liceo. La grabación es de audio, se escucha bien y podremos comprobar
y escuchar lo bien que cantaron, aquella noche Caballé, Carreras y Sardinero.
M. Caballé José Carreras
La
Traviata (Verdi) diciembre 1973- Gran Teatro del Liceo, director Gianfranco Masini, con Montserrat Caballe, José Carreras,
Vicente Sardinero, Giampero Mastromey y
Juan Pons.
AUDIO -La Traviata- M. Caballé – “Ah forze lui, stranon
strano”
VICENTE SARDINERO
AUDIO - La Traviata – Vicente Sardinero – “Di Provenza il
mar”
Siguiendo
mi formato, os voy a poner en vídeo una producción que se realizó en el Teatro
de la ópera de Los Ángeles, el año 2006,
siendo su director musical James Conlon y sus principales personajes e interpretes :,
René Fleming (Violeta Valery), Rolando Villazón (Alfredo Germont) y Renato Bruson (Giorgio Germont). La mujer de Placido Domingo,
Marta fue la que hizo los decorados y vestimentas que como podréis apreciar
tuvo muy buen gusto.
TEATRO DE LA ÓPERA DE LOS ÁNGELES
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
«La
Traviata», con Montserrat Caballé, José
María
Carreras y Vicente Sardinero
¡Inefable
«Traviata»! Vuelve periódicamente a los teatros de ópera, asiduamente a nuestro
Liceo y siempre es acogida con agrado y hasta con expectación, como ha sucedido
ahora, sobre todo por la presencia en los papeles clave de artistas famosos y
admirados, con muchos «fans» entre el público liceísta. «La
Traviata»
ha superado en vigencia al drama de Dumas que la inspiró gracias a la fácil
espontaneidad de La partitura, obra maestra en su estilo, que no es el es estilo
del Verdi genial de «Otello» o «Falstaff», pero que corresponde a la mano hábil
de un gran compositor de teatro que conoció como nadie sus recursos
y
sus efectos infalibles. La única ópera ambientalmente «moderna» de Verdi (la única
en que sus personajes querían ser desmitificados y no pertenecían a la leyenda,
en la época que la obra fue creada: 1853, el gran momento romántico) es para
nosotros una pequeña reliquia «fanée», evocadora y pretexto para rendimos con
la pureza, da elegancia, la claridad y la expresión —lírica o dramática— de las
voces. ¿Quién se estime la ópera italiana puede quedar insensible ante el
bonito cuadro del «brindis» del tenor y la soprano acompañados del coro, o ante
los arabescos de Violeta en «Ah! fors'é luí... follie! follie!» o en el final
presenciando los últimos suspiros de la protagonista —«Addío del passato»— y el
poster dúo «Parigi, o cara»? ¿Quién que aprecie lo que es una verdadera aria de
ópera no se sabe de memoria la de Alfredo «De'miei bollenti spiriti» o la de
Germont «Di Provenza il mar...»?
No
es extraño, pues que anteayer «La
Traviata» fuera esperada con vehemente curiosidad por un público que colmó la
sala. Y que hubiese ovaciones repetidas y también comentarios entusiastas y una
cierta polémica en torno a la interpretación. «La Traviata» la cantó Montserrat
Caballé hace tres años y sus innumerables admiradores querían volver a disfrutar
de su versión que fue un triunfo repetido ahora.
Montserrat
Caballé, como nadie ignora, está en la plenitud de sus posibilidades que son
grandes, incomparables tal vez en el panorama operístico. La voz es purísima,
de un volumen insólito, de un «fiato» sensacional. La dicción de una riqueza
expresiva que es el secreto de su invariable seducción. Montserrat Caballé ha
ofrecido una vez más la categoría de su arte al público barcelonés encarnando
una Violeta como probablemente la hubiese deseado el mismo Verdi. El papel
protagonista es agotador. Cuatro actos en los que la protagonista centra la
representación sin quedar nunca en segundo plano. Acaso por esto Montserrat
Caballé anteayer acusó levemente una fatiga muy natural, sometida como está a
un trabajo indeclinable. En el brindis, en el final, algún agudo perdió
levemente su luminosidad, pero fue sólo una sombra fugaz que no deslució su
actuación espléndida, digna de su alto prestigio.
El
tenor José María Carreras dio lo mejor que podía esperarse de un artista como
él. Músico sólido, facultades vocales sobradas para el papel de Alfredo, con un
timbre considerablemente denso —-algo forzado en los agudos— supo imponerse y
demostrar que son plenamente legítimos sus últimos éxitos internacionales, Nos
hallamos ante un nuevo magnifico tenor ya que en realidad Carreras ha sido
últimamente que se ha colocado en primera fila entre los artistas de su
especialidad. Es joven y demuestra esta entrega que tanta emotividad proporciona
a un cantante de ópera. Es, como persona, generoso y sabe admirar a sus
colegas. Esto, parece que no tenga que ver con ser buen cantante pero no es así.
Da a la persona una nobleza en la manera de decir que queda infundida a su
manera de expresarse en el escenario.
Vicente
Sardinero, que tantas veces hemos celebrado, está artísticamente en alza,
vocalmente, musicalmente y como actor. Estuvo muy bien como Giorgio Germont y
en su principal solo «Di Provenza il mar...», fue calurosísimamente ovacionado.
En
otros papeles menos preponderantes, la mejor intervención fue la de Cecilia
Fontdevila que puso especial musicalidad personificando a Annina. El papel de
Flora correspondió a Dolores Cava quien lo resolvió satisfactoriamente.
El
espectáculo fue bien presentado y ambientado, bajo la «regie» de Walter Cataldi-Tassoni,
con oportuna participación del coro y del ballet en el que destacaron como
solistas Alfonso Rovira, Asunción y Ángeles Aguadé y Guillermina Coll.
Desde
la orquesta cuidó de la dirección general el maestro Gianfranco Masini logrando
la debida sincronización con los cantantes y consiguiendo relieve para el
aspecto sinfónico de la obra, especialmente para la obertura que fue aplaudida.
A la una y media de la noche se prolongaban todavía
las ovaciones y los bravos dedicados a todos y en primer lugar, con justicia a
nuestra extraordinaria Montserrat Caballé. — Xavier
MONTSALVATGE.
Seguidamente voy a poneros la entrevista que realizó La Vanguardia al tenor José Carreras.
JOSÉ CARRERAS
REPORTAJE AL TENOR JOSE CARRERAS EN LA VANGUARDIA
UNA
TRAYECTORIA FULGURANTE
Ya
desde muy pequeño sentí la Inclinación por la música y por el canto.
Mi madre se dio cuenta de ello y,
en consecuencia, no tenía yo todavía siete años cuando empecé a estudiar solfeo
y piano en el Conservatorio
Superior Municipal de Música. En realidad, puede decirse que empecé a cantar a
muy temprana edad. Cuando tenía once años,
fui llamado por el Liceo para
interpretar un papel en la obra de Falla "El Retablo de iVlaese
Pedro".
Estudié el bachillerato hasta
acabarlo, simultaneando estas clases con las de música. A la edad de 17 años, aproximadamente,
empecé a estudiar canto con el maestro Jaime Francisco Puig. Todo esto, desde
el principio, en Barcelona. En vista de que lo que parecía que me gustaba más era
el canto, compaginaba las clases del maestro Puig con el trabajo que realizaba
yo, por las mañanas, con mis hermanos, en un laboratorio de productos químicos.
Llegó el momento en que creímos interesante que empezaran a oírme. La primera
persona que me escuchó fue el señor Pamias, en el Liceo, en 1969. Quiero
señalar que estoy muy agradecido por la oportunidad que me dio el empresario de
este gran coliseo barcelonés para cantar • "Nabucco", junto a Comell
McNeil y Bonaldo Giaiotti. Eso ocurrió en enero de 1970.Continué estudiando con
el maestro Puig. Y en diciembre de 1970 tuve la gran oportunidad de cantar en
el Liceo de Barcelona "Lucrecia Borgia", con Montserrat Cabalié. Creo
que esa función puede considerarse como el debut oficial de mi carrera. A
partir de entonces, las cosas parece que van muy bien.
Yo no he seguido el camino que
mayoritariamente suelen recorrer los cantantes españoles. Es decir, no he
estudiado nunca en itaiia. Yo tuve la suerte de encontrar en Barcelona a una
persona que, sin ser maestro de canto ni haber sido cantante, me orientó muy bien
y me dio una serie de consejos que creo me han llevado por la senda justa, en
cuanto a la técnica vocal y demás. Esa persona, a la que estoy infinitamente
agradecido, se llama Juan Ruax. Esto, unido a la buena orientación que desde un
principio recibí del maestro Puig, me encaminó por una vía peculiar y propia.
Tras haber cantado "Lucrecia
Borgia" en el Liceo, en diciembre de 1970, marché a París con el fin de
dar unos conciertos en la Radio Televisión Francesa. A continuación canté en
diversos puntos de Europa.
En 1971, gané ei primer premio
del "Concurso Internacional de Voces Verdianas" de Parma; era el mes
de noviembre. Ello me permitió hacer el debut en Itaiia, precisamente en el
Teatro de la Opera de Parma, con "La Bohéme"
A continuación hice el debut en
Londres —en el Royal Festival Hall—, con "María Estuarda", cantando
junto a Montserrat Caballé. Después canté en Francia, en
Checoslovaquia...Y llegamos a
marzo de 1972, fecha
en que hice mi debut en Nueva
York —en el New York City Opera— con "Maclame Butterfly". Este fue un
momento muy importante para mi carrera internacional. A partir de entonces, me
contrataron para cantar en dos temporadas consecutivas en el propio New York
City Opera; y se han seguido contratos para el Metropolitan de Nueva York, para
San Francisco y para los principales teatros líricos de América.
Momento clave, pues, en mi
trayectoria, fue aquel en que el señor Pamias depositó su confianza en mí al
permitirme hacer un papel junto a Montserrat Caballé en una obra delicada,
cuando prácticamente no me conocía nadie.
Y un segundo momento clave en mi
carrera fue la presentación en Nueva York. Este año he cantado en la Opera de Berlín,
en el Colón de Buenos Aires, en Tokio, en la Opera de San Francisco... junto a
Montserrat Caballé, Fiorenza Cossotto, Renata Scotto y otros grandes nombres.
Tras actuar en el Liceo, marcharé a Parma, donde cantaré "I lombardi alia
prima crociata" junto a Renata Scotto (en las Navidades). A continuación
haré una gira por Estados Unidos a base de conciertos. Después de esta gira,
haré mi debut en el Covent Garden de Londres (marzo de 1974) con "La
Traviata". También el debut en la Opera de Viena, con
"Rigoletto" y "Ma non Lescaut"; el Festival de
Aix-en-Provence... En enero de 1975, haré mi debut en el Metropolitan de Nueva
York, con "Tosca", "La Bohéme" y "Falstaff": unas
25 funciones en total,
En cuanto al Liceo —y a pesar de
la buena voluntad del señor Pamias y mía—, creo que no hemos podido ponernos de
acuerdo sobre las fechas,
desgraciada
mente. Habrá que esperar a la
temporada 1975-76.
«Quiero dejar constancia también
de
que desde el primer momento he
tenido una persona que ha confiado plenamente en mí, que me ha ayudado mucho y
que me ha dado mucha moral. Se
trata de Carlos Caballé —el
hermano de
Montserrat—, mi agente en
exclusiva
para todo el mundo y mi director
artís
tico. Su amistad y su apoyo me
han sido enormemente útiles y beneficiosos.
»En cuanto a grabaciones, tengo
un
contrato en exclusiva para una
casa discográfica, con la cual he de grabar durante los tres próximos años
varias óneras: "Madame Butterfly", "La Bohéme"...
junto a primeras figuras
mundiales».
José María Carreras nació en
Barcelona, el 5 de diciembre de 1946. Está casado y tiene un hijo, Alberto, de
diez meses. Cuenta con 20 óperas en repertorio. Ha grabado dos óperas completas
(«La Pietra di Paragone», de
Rossini, con
Justino Díaz; y «Un giorno di
regno»,
de Verdi, con Fiorenza Cassotto y
Vicente Sardinero) y en abril próximo grabará su primer recital. Ha cantado en
el Liceo de Barcelona, en el Colón de Buenos Aires, en lo Opera de San
Francisco, en la Opera de Berlín, en el Royal Festival Hall de Londres, en el
New York City Opera de Nueva York y en una lista de teatros y salas de
conciertos de Europa, América y Asia que empieza ya la temporada que canta en
el Liceo.
Felicito al joven tenor por sus
27 años, que cumple precisamente el día en que realizamos esta entrevista, y
recordamos juntos aquel concierto —ya un tanto lejano— que uno tuvo el agrado
de
organizar en la Escuela de
Periodismo de la Vía Augusta y en el que Carreras, a pesar de estar cumpliendo
el servicio militar y no haber ensayado, fue una de las figuras destacadas. He
aquí, ahora los rasgos de su carrera humana.
CUARENTA TRAZOS DE
UN CARÁCTER
— ¿Cuál es el principal rasgo de
su carácter?
—La sensibilidad, creo.
— ¿Qué cualidades prefiere en el
hombre?
—La sinceridad.
— ¿Qué cualidades prefiere en una
mujer?
—La feminidad, que sea mujer.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—El poder contar con ellos en cualquier
momento.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Creo que soy egoísta e
impulsivo.
— ¿Su ocupación preferida?
—Cantar.
— ¿Cuál es su sueño de dicha?
--El que estoy realizando.
—¿Cuál sería su peor desgracia? .
—Que muriera mi hijo.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Lo que soy.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En Barcelona.
— ¿Qué color prefiere?
—El azul.
— ¿Qué flor prefiere?
—La orquídea.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—Aragall. No creo que ningún
pájaro cante como él.
— ¿Quienes son sus escritores
preferidos?
—Shakespeare y García Lorca.
— ¿Su héroe de ficción?
—No he tenido, ni tengo.
— ¿Sus grandes hombres históricos
preferidos?
—Colón.
— ¿Sus grandes hombres actuales
preferidos?
—Todos aquellos que hacen algo
por el bien de la Humanidad.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—No he tenido nunca. -
— ¿Sus grandes mujeres historias
preferidas?
—Juana de Arco.
— ¿Sus grandes mujeres actuales
preferidas?
—Teniendo en cuenta que yo vivo
encerrado en mi profesión, desde la perspectiva de mi círculo propio,
Montserrat Caballé es una mujer admirable como cantante y como persona.
— ¿Quiénes son sus pintores
predilectos?
—Sin duda, Velázquez y Rembrandt.
— ¿Cuáles son sus nombres
favoritos?
—De hombre, Alberto; de mujer, no
lo he pensado nunca.
— ¿Qué detesta por encima de
todo?
—La injusticia.
— ¿Qué caracteres históricos
desprecia más?
—Todos aquellos que han obrado en
contra de la libertad humana.
— ¿Qué hecho militar le produce
más admiración?
—Ninguno.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—Aquellas que han representado,
que representan o que representarán más libertad para el Individuo.
— ¿Qué dones naturales le
gustaría poseer?
—Sensibilidad e Inteligencia.
— ¿Cómo desearía morir?
—Al lado de las personas que
quiero.
— ¿Cuál es el estado presente de
su espíritu?
—Un poco revolucionado.
— ¿Qué hechos le inspiran más
indulgencia?
—El amor entre adolescentes.
— ¿Su autor de música clásica
preferido?
—Beethoven.
— ¿Su autor de música moderna
preferido?
—Stravinsky.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—Para cantar, «Un bailo In
maschera». Mi ópera preferida, «Don Carlo».
— ¿Su pieza de música clásica
preferida?
—El «Concierto n.' 1 para piano y
orquesta» de Tchaikovsky
— ¿Sus cantantes no actuales
preferidos?
—Caruso, Bjoerliríg y Di Stéfano.
— ¿Sus cantantes actuales
preferidos?
—De mi cuerda, Aragall sobre
todos; y también Plácido Domingo, Alfredo Kraus. En cuanto a otras cuerdas,
Montserrat Caballé sin duda.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Intentar labrarme una posición importante
dentro de mi carrera, sin tener que apartar a nadie a codazos.
— ¿Cuál es su mayor temor en et
mundo de hoy?
—Que la gente pierda la
humanidad.
— ¿Qué es lo primordial que haría
si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—No me lo he planteado nunca
porque es una suposición Irrealizable.
José GUERRERO MARTIN
Giuseppe Verdi
AIDA (Verdi) Sábado 29 diciembre,
director Gianfranco Masini, con Montserrat Caballé, Placido Domingo, Bianca
Berini, Giampiero Mastromei, Juan Pons, Gwynne Howell
Inenarrable,
antológico, lo que presencie esa noche, sábado 29 de diciembre de 1973. Ya son unas cuantas funciones que he
visto con la categoría de antológicas, recuerdo una <Manon> (Massenet)
con la Victoria de los Ángeles, un <Otello> de Mario del Monaco, <Rigoletto>
con Kraus y Gianna D´Angelo, <La forza del destino> con Carlo Bergonzi,
<La Boheme> de Virginia Zeani y Jaime Aragall, una <Tosca> con Renata
Tebaldi, en fin unas cuantas más que tengo que ver mi “Diario” para recordar.
Lo que es innegable, que las versiones de Montserrat Caballé y Placido Domingo con esta Aida,
son de “otro mundo”, pensad que era la época joven de estas dos voces.
De
esta histórica Aida, la vi repetida el Sábado 5 de Enero de 1974, es decir que
vi dos versiones idénticas, gemelas a la primera que vi, un 29 de Diciembre de
1973. Os puedo decir que pasados los años 2017, he visto muchas Aida,
grabaciones de TV. en vivo o en diferido y os puedo asegurar que lo que yo vi
esa noche en el Liceo ha sido lo mejor que yo he visto. Fijaros el éxito que
tuvo, que en el mes de Julio de ese
mismo año, la casa discográfica EMI, hizo una grabación con Montserrat Caballé y
Placido Domingo, y con un acompañamiento de lo mejor que había en el momento de
la lirica, Fiorenza Cossotto como “Amneris”, Nicolai Ghiaurov, Piero Capuccilli
y Luigi Roni. Una grabación francamente espectacular, con los coros Royal Opera
House, Covent Garden orquesta New Philarmonia, siendo director Riccardo Muti,
una grabación que os la recomiendo tenerla en vuestra discoteca.
Como os he dicho anteriormente, asistí a una segunda función de la Aida, nuestro amigo Jordi ya hizo la
gestión para las entradas, y me dijo que no había problema y la única variante
es que fuimos como siempre al quinto piso pero unas filas más arriba. Mis
compañeros de fatiga, Manolo y Enrriquito, también vinieron.
He
podido encontrar por YouTube varios fragmentos de la Aida que yo vi en el Liceo y como oiréis fueron unas
noches antológicas
Montserrat Caballé Placido Domingo
AUDIO - Aida - M. Caballé- “ O patria mia” 29 diciembre 1973
Seguidamente os voy a poner la ópera completa que se cantó en la temporada 1973-74 en el Gran Teatro del Liceo, ya que la tenemos en YouTube y podréis comprobar lo mismo que yo vi y escuche.La dirección corrió a cargo de Gianfranco Masini con los interpretes y personajes : Montserrat Caballé (Aida), Placido Domingo (Radamés),Bianca Berini (Amneris),Gian Piero Mastromei (Amonasro), Juan Pons (Il Re de Egipto), Cecilia Fondevila (Una Sacerdotisa) José Ruiz (Un Mensajero)
GRAN TEATRO DEL LICEO
LA
MEJOR <AIDA> QUE RECORDAMOS HABER APLAUDIDO NUNCA EN BARCELONA.
Las
representaciones de «Aída» acostumbran a ser siempre un éxito porque la ópera
se presta a galvanizar la afición de! público afecto al repertorio italiano.
«Aída» es importante, no tanto por su espectacularidad que anima constantemente
la escena con su pintoresquismo de un Egipto faraónico inefablemente
convencional, como por los reales valores de una partitura maestra de una dimensión
y profundidad dramática que palpita por debajo de la trivialidad de la ambientación.
Alguien
ha dicho, con absoluta justeza, que la antepenúltima ópera de Verdi, a pesar de
sus efectos visuales, del montaje escenográfico y de su apoteósica escena
triunfal del segundo acto —el momento más multitudinario y fastuoso de toda la
obra—, la popular «Aída» es intrínsecamente una ópera íntima, Gran parte, o dé
hecho la mayor parte de la música que interpretan los tres principales
personajes —Aida, Radamés, Amneris— está escrita con esta delicadeza y claridad
de textura que caracterizan a la mejor música de cámara. Es una ópera que trata
de seres humanos, de sus pasiones y no de rivalidades nacionalistas ni de
hazañas militares.
Y
«Aída» puede ser considerada igualmente como la obra escénica más original de
Verdi, dado que combina el vigor y la sorprendente fecundidad melódica de la
primera etapa creadora de su autor con algo de esa sutil penetración psicológica
que impregna sus dos siguientes grandes y definitivas obras geniales —«Otello»
y «Falstaff»— sin que por ello parezca en momento alguno una ópera de
transición.
Anoche
el éxito invariable de «Aída» fue auténtico y grande desde todos los puntos de
vista, aunque indudablemente lo incrementó de forma decisiva las peculiaridades
de la interpretación y en especial el hecho de que Montserrat Caballé, por primera vez, asumiera el papel protagonista
de la princesa etíope.
¿Qué
puede decirse a estas alturas de la Caballé que no sea reiterar los adjetivos
admirativos a su voz, o su personalidad y a la fuerza de su temperamento?
Montserrat Caballé acaba de añadir un nuevo título a su repertorio y no es
arriesgado afirmar que este enriquecimiento de su experiencia le proporcionará muchos
triunfos que podrá sumar al obtenido ahora en el Liceo.
En
un dominio absoluto do facultades, segura en la emisión y en la manera de expresarse
dramáticamente acaba de maravillarnos
desde el principio al final de la obra. El vigor y la penetración psicológica
aludida antes, que son el nervio del papel de Aida, han sido traducidos por la
Caballé con un ímpetu y una tensión insuperables. La artista ha valorado a cada
momento el más sutil matiz emotivo desde su primera intervención en el soliloquio
«Ritorna vincitor, e dal mió labbro usci l'empia parola...», en el que ha
puesto un acento casi desgarrado, hasta en las postreras palabras del final «O
térra addio, addio valle di pianti...» entonadas al unísono con Plácido Domingo
en la cripta de la muerte, con infinita dulzura, como Verdi había pensado que debía
ser este adiós a la vida, expirando «si pura e bella, degli anni tuoi nel
fiori...» como expresa Radamés en el último abrazo. Del principio al final,
pasando por momentos de más intensidad, estos que mayormente revelan la vena
lírica de Verdi y su poder descriptivo del alma y las tensiones conflictivas de
sus personajes: el largo diálogo de Aída y su rival Amneris en el segundo acto
y el de Aida con Radamés en el cuadro del Nilo, escenas las dos de antología en
toda la historia de la ópera italiana, Montserrat Caballé en todo este
desarrollo de la acción se ha mantenido como una cantante de gran clase y con
la capacidad de siempre para conquistarse abiertamente al público que le ha
tributado un seguido de ovaciones delirantes y de bravos arrebatados e interminables
al final de cada cuadro y de cada acto.
No
menor ha sido el triunfo de Plácido Domingo, definitivo ya desde las estrofas iniciales
de «Celeste Aida, forma divina, místico serto di luce e fior...», prolongado a
lo largo de toda la representación hasta el elegiaco «Morir, si pura e bella, morir
per me d'amore...». Plácido Domingo tiene en la voz esta densidad tan rara de
encontrar en un tenor. Voz llameante a veces, grávida de emoción, de un timbre
soberbio, dominada con una sensibilidad de verdadero músico que sabe lo que es
un escenario y un público de ópera y que sin descender en ninguna concesión al efectismo
logra arrebatar al que estima el teatro lírico y el poder emocional. De sus
cantatas. La explosión entusiasta que rubricó su «Celeste Aida» marcó la tónica
de su éxito absolutamente merecido que nos alegra infinitamente, porque es el reconocimiento
de la valía de un artista de verdad, de un intérprete de categoría
incuestionable.
El
triunfo, realmente sin precedentes, de esta «Aida» se ha debido igualmente al
equilibrio logrado contando con cantantes excepcionales para los demás papeles.
Porque excepcional ha estado Bianca Berini como Amneris, espléndida en el
volumen y la inflexión de su caudalosa voz. Y más aún Gianpiero Mastromei que
sé presentaba personificando al cautivo Amonasro. No recordamos que nunca se
haya confiado este papel a un artista dé tantas posibilidades, de tanto
temperamento dramático y con un timbre barí tonal de tanta potencia y calidad.
Ha sido ovacionado con el mismo entusiasmo que los demás protagonistas.
El
bajo Gwynne Howell ha dado empaque y solemnidad al papel de Ramfis y Juan Pons
se ha superado en el papel de rey, sobresaliendo también Cecilia Fontdevila y
José Ruiz en sus respectivas intervenciones.
Cuando
en escena las cosas marchan bien, acostumbra a pasar que no hay nadie que
quiera desentonar. Esto sucedió ayer. El coro cantó con especial ajuste; el
ballet —con Asunción Aguadé
y
Alfonso Rovira como solistas— fue singularmente brillante; la presentación, al
cuidado de Diego Monjo, sin apartarse de la tradición, parecía renovada, como
si todo fuera acicalado y nuevo.
Y
la orquesta se ha puesto en consonancia de lo demás, dirigida con temple por un
maestro de tanto oficio como Gianfranco Masini.
De
mi recuerdo, nunca había visto tan lleno el Liceo como anoche. Ni se había
producido tanta expectación, al menos desde hace muchos años. Ni el público se
había volcado más alborotadamente al entusiasmo rayando a un histerismo fuera de
lugar. Porque no es necesario vociferar como en un campo de fútbol para afirmar
ostensiblemente una realidad como la que acabamos de constatar; la de esta
«Aida» que nos atreveríamos a afirmar que es la mejor que se ha cantado en el
Liceo desde que tenemos consciencia de lo que es representar la ópera de Verdi
con los cantantes de la envergadura que exige la partitura. Xavier
MONTSALVATGE.
Ahora os propongo una versión de Aida en Video,
desde el Teatro de Opera de San Francisco grabación efectuada el año 1981 con Orquesta y coros de la Opera de San Francico siendo director nuestro malogrado Luis Antonio Garcia Vavarro y con un elenco de gran categoría e aquí los interpretes y personajes: Margaret Price (Aida), Luciano Pavarotti (Radamés), Estefania Toizyska (Amneris), Simon Stes (Amonarso), Kurt Rydel (Ramfis), Kevin Langer(Rey de Egipto).
VIDEO AIDA1981-San Francisco- Navarro-Pavarotti-Price-Toizyska
Placido Domingo
Entrevista realizada por La Vanguardia al tenor Placido Domingo el 28 de diciembre de 1973.
VIDEO AIDA1981-San Francisco- Navarro-Pavarotti-Price-Toizyska
Placido Domingo
Entrevista realizada por La Vanguardia al tenor Placido Domingo el 28 de diciembre de 1973.
PLACIDO DOMNINGO UN TENOR CONVERTIDO EN
<DIVO>
Desde muy pequeño tuve la suerte de
poder oír buena música en Madrid, Valencia, Barcelona... Por doquiera que mis
padres iban cantando zarzuela, yo les acompañaba y, casi sin darme cuenta,
empecé a sentir inclinación por el arte musical. Según me cuentan mis padres,
un día salí del teatro tarareando el intermedio de "El Caserío", de Guridi,
pieza no fácil de retener en la memoria, y menos a la edad que yo tenía
entonces (unos cuatro o cinco años).
Cuando yo contaba seis años, mis padres
se trasladaron a Méjico, gracias a un contrato con el maestro Moreno Torraba
para realizar una gira por Hispanoamérica. A raíz del éxito obtenido en Méjico,
país en el que existe una gran afición a la zarzuela, mis padres formaron una
compañía propia con la cual han seguido
viajando sin descanso. En 1949, nos asentamos definitivamente en Méjico.
Empecé a ir al colegio y a
estudiar plano con el maestro Manuel Barajas. A los quince o dieciséis años
comencé ya a hacer alguna escapada al escenario, aunque cuando era más pequeño actuaba
yo en aquellas zarzuelas en las que había un papel de niño. Mi primera
aparición ante el público fue cantando el "Coro de los repatriados"
de "Gigantes y cabezudos". Así, pues, empecé a cantar zarzuela, con
mis padres, en la cuerda de barítono. A esa edad —quince años— mi voz no estaba
bien definida y yo llegaba perfectamente a la tesitura de barítono.
Durante unos cuantos años hice un
poco de todo. Canté zarzuela; canté en comedias musicales como "My fair
lady", "La pelirroja", "Brigadoon"; tocaba el plano o
acompañaba a algunos cantantes en "boites"... Tuve alguna oferta, en
Méjico, para hacer cine. Ya me iba a decidir por esta faceta del arte, cuando
un amigo —Manuel Aguilar— me dijo que debería probar suerte en la ópera. Yo
pensaba que no tenía voz para ello. A pesar de lo cual, me aprendí varias
romanzas de barítono y di una audición en la Academia de la Opera de Méjico. Me
dijeron que les había gustado, pero que les parecía que yo era tenor y no
barítono. Me hicieron cantar un par de romanzas de tenor. En una de ellas, de
"Fedora", tuve un tremendo «gallo» en el «la natural», porque no
estaba preparado ni había estudiado para semejante eventualidad. No obstante, me
dieron la oportunidad de hacer el papel de Borsa en "Rigoletto". Era
el año 1959. Canté con Cornell NacNeil, Ernestina Garfias y Flaviano Labó.
'También pude hacer el papel del capellán de "Diálogos de
Carmelitas", de Poulenc. Fueros mis primeras incursiones en el campo de la
ópera.
Cuando decidí cambiar mi cuerda, empecé
a estudiar con el maestro Cario Morelli (barítono chileno). En sus clases de
interpretación artística me fui con vertiendo en tenor, casi sin darme cuenta,
sin tener que vocalizar durante horas; simplemente siguiendo sus instrucciones
acerca de la intención que debía poner yo al cantar. Por otra parte, fallecido
el maestro Barajas, continué los estudios de piano en el Conservatorio de
Música de Méjico. Posteriormente, Igor Markevitch dio un curso de dirección de
orquesta. Como yo no tenía recursos económicos para seguirlo de forma oficial,
tuve que hacerlo como oyente.
Seguí haciendo de todo un poco,
hasta que en 1961 pude hacer el papel de Alfredo en "La Traviata".
También canté la ópera mejicana "El último sueño", de José M.
Vázquez, lo que me dio la oportunidad de conocer a la que hoy es mi esposa. En
ese mismo año actué en Dallas, junto a Joan Sutherland,
con "Lucia di Lammermoor". En 1962 canté "Cosí fan tutte" y
"Adriana Lecouvreur", en Méjico. El 19 de noviembre de
ese año hice mi último papel secundario en una ópera: el Casio de
"OteHo". En total había hecho 58 funciones de tenor secundario. Al
mismo tiempo, el pianista hebreo mejicano José Kahan nos dijo que en el teatro
de la Opera de Tel Aviv necesitaban un tenor,
una soprano y un barítono. Y a Israel nos fuimos mi esposa, el barítono Franco
Iglesias y yo. Llegamos a Tel Aviv el 21 de diciembre de 1962. El contrato, que
en principio era para seis meses, se amplió para dos años y medio. En ese
tiempo, mi esposa cantó 150 funciones y yo canté 280. Amplié considerablemente mi
repertorio. Por cierto que cantando «Fausto» me eché los más infaustos y famosos
"gallos" de mi carrera. Esto se debe a que Franco Iglesias nos había enseñado
a cantar con apoyo, utilizando el diafragma como se debe, y las representaciones de
"Fausto" me cogieron en plena época de aprendizaje y adaptación al
canto con sostén. Pero el cambio de técnica fue para mí definitivo en sentido
favorable, naturalmente.
Hago un paréntesis para decir que
tuve una gran afición por el fútbol y los toros. Al fútbol jugué hasta los 16 años,
muchas veces dos partidos diarios (de defensa y de portero). En cuanto a los
toros, me escapaba a algunas capeas y llegué a torear un becerrillo vestido con
el traje de torero que llevaban mis padres en su compañía, ya que en el
repertorio figuraba "El gato montés".
En julio de 1965 salimos de Tel
Aviv.
Mi esposa tomó la gran decisión
de sacrificar su carrera por la mía y por los hijos, y dejó el canto. De
regreso a Méjico, di algunas audiciones en Europa. Un poco antes me habían
llegado dos contratos para cantar en Estados Unidos. Debuté en Washington con
"Carmen", lo que me valió un contrato para el City Center Opera de
Nueva York. Me ofrecieron también, en este
local la ópera "Don Rodrigo", de Ginastera, que significó un
verdadero "cañonazo" en mi carrera. El éxito fue muy grande (22 de febero
de 1966). Me llovieron los contratos en Estados Unidos. Fui llamado a Nueva Orleáns para
sustituir a Franco Corelli en "Andrea Chenier". Volví a Méjico, donde
conocí a Montserrat Caballé y Bernabé
Martí. Por cierto que al día siguiente de nacer mi hijo Plácido, canté mi
primera obra con Montserrat: "Madama Butterfly". En el mismo año 1966
hice mi debut en el Liceo de Barcelona. Trajimos tres óperas mejicanas, que no
tuvieron mucho éxito.
Ya en Europa, me surgieron tres
debuts en tres teatros importantes: Hamburgo ("Alda"), Viena
("Don Carlos") y Berlín ("Un bailo in maschera"). Esta
última ópera me la tuve que aprender en tres días. Era 1967.
El 28 de septiembre de 1968
debuté en el Metropolitan de Nueva York, en el papel de Mauricio de
"Adriana Lecouvreur". La función empezaba a las ocho de la tarde. A
las 7'20 me llamó el empresario diciéndome que Franco Corelli estaba enfermo y
que yo debía sustituirle. Toda esa tarde había estado yo ensayando
"Turandot". El día anterior había cantado "Payasos" y tres
días antes, "II tabarro". De manera que le dije: "Sé que esto me
lo hacen a propósito, pero se va a arrepentir porque estoy muy bien de
voz". Tuve la suerte de conseguir un gran éxito, precisamente con el
público de Corelli. Este año es la clave de mi carrera. Seguidamente canté en
Chicago, también con la Tebaldi. Y empezaron a proliferar los contratos.
En 1969 debuté en La Arena de
Verona, junto a Birgit Nilsson, con "Turandot"; y en La Scala de
Milán (abriendo la temporada), con "Ernani", junto a Raina
Kabaivanska, Ghiaurov y Cappuccilli. Después, en el Metropolitan, tuve que sustituir
por tercera vez a Corelli en una nueva producción de "II trovatore".
(Cuando a Corelli, que no tiene hijos, le entrevistan, suele decir: «Aunque
pensándolo bien, sí que tengo un hijo; se llama Plácido Domingo»).
En 1970 canté en Madrid "La
Gioconda"; fue una noche muy emocionante, por actuar en la ciudad en que
había nacido; apenas podía contener las lágrimas. Poco antes había cantado en
el Vaticano, ante el Papa, la "Misa Solemne" de Beethoven. En 1971
debuté en el Covent Garden de Londres, con «Tosca», y canté en el Liceo «Manon Lescaut",
que fue mi verdadero debut en Barcelona. En 1972 debuté en el Colón de Buenos
Aires, con "La forza del destino". En 1973 debuté en la Opera de
París, con "II trovatore". Y en 1974 debutaré en el Bolshoi de Moscú,
con «La fanciulla del West». En la próxima temporada cantaré en el Liceo
"I vespri siciliani", junto a Montserrat Caballé, Ryan Edwards y
Justino Díaz; y "Carmen", junto a Joan Davidson. Próximamente,
cantaré en Zaragoza mi función de ópera número mil.
En cuanto a mi carrera como
director de orquesta, pienso en ella como previsión para el futuro. Este año
hago mi debut en Europa, en el Liceo, dirigiendo "Attila".
Hijo de los famosos cantantes de
zarzuela Plácido Domingo y Pepita Embil, Plácido Domingo nació en Madrid, el 21
de enero de 1941. Está, casado con la soprano Marta Órnelas. El matrimonio tiene
dos hijos: Plácido, de ocho años, y Alvaro Mauricio, de cinco. Tiene nacionalidad
mejicana, pero está en trámite la recuperación de su nacionalidad española; ha
fijado ya su residencia en Barcelona. Cuenta con 60 óperas en repertorio. Ha
hecho 28 grabaciones, entre las cuales 16 óperas completas. Ha cantado en los
principales teatros del mundo. La presente es la tercera temporada que canta en
el Liceo, sin contar las funciones que hizo en 1966. Tiene firmados contratos
incluso hasta 1978. He aquí los rasgos de su cuerda humana.
CUARENTA TRAZOS DE UN CANTANTE
—¿Cuál es el principal rasgo de
su carácter?
—La serenidad.
— ¿Qué cualidad prefiere en un
hombre?
—La sinceridad y la entrega a lo
que se está haciendo.
— ¿Qué cualidad prefiere en una
mujer?
—Que lo sea de verdad y, en el
caso de la maternidad, que sea una buena madre.
— ¿Qué aprecia más en sus amigos?
—La sinceridad y que sean
incondicionales.
— ¿Cuál es su principal defecto?
—Uno tiene muchos, pero es
difícil verlos. Quizá, el querer hacer las cosas con demasiada rapidez.
— ¿Su ocupación preferida?
—No hay duda: el canto.
•— ¿Cuál es su sueño de dicha?
—Vivir cien años, rodeado de mi
familia, gozando de los frutos de mi trabajo.
— ¿Cuál sería su peor desgracia?
—El tener una vida corta.
— ¿Qué le gustaría ser?
—Cantante.
— ¿Dónde le gustaría vivir?
—En Barcelona.
• — ¿Qué color prefiere?
—El verde.
— ¿Qué flor prefiere?
—La rosa.
— ¿Qué pájaro es su preferido?
—El jilguero.
— ¿Quiénes son sus escritores
preferidos?
—Shakespeare y García Lorca.
— ¿Sus héroes de ficción?
—Don Quijote es el que me produce
más ternura.
— ¿Sus grandes hombres históricos
preferidos?
—Churchill, Alejandro, el Cid.
— ¿Sus grandes hombres actuales
preferidos?
—El maestro Casáls. Cada minuto
pasado con él significaba aprender a amar más a la vida.
— ¿Sus heroínas de ficción?
—Ninguna.
— ¿Sus grandes mujeres históricas
preferidas?
—Cleopatra.
— ¿Sus grandes mujeres actuales
preferidas?
—Golda Meir.
— ¿Quiénes son sus pintores
predilectos?
—El Greco, Velázquez y Goya.
— ¿Cuáles son sus nombres
favoritos?
—Alvaro, Mauricio, Alejandro,
Bárbara, Rebeca, Patricia... Y Sol.
— ¿Qué detesta por encima de todo?
—La pereza.
— ¿Qué caracteres históricos
desprecia más?
—El hitlerismo y lo que ha
acarreado.
— ¿Qué hecho militar le produce
más admiración?
—Amo la paz. Sin embargo, la
estrategia militar de Napoleón es de destacar.
— ¿Qué reforma es su preferida?
—La que consiga la igualdad
racial, social y económica.
— ¿Qué dones naturales le
gustaría poseer?
—Quisiera tener más humildad cada
día.
— ¿Cómo desearía morir?
—Lo más tarde posible, rodeado de
mi familia y tratando de decirles que no se preocuparan por mí porque ya era mi
hora.
—¿Cuál es el estado presente de
su espíritu?
—Festivo, tranquilo y feliz.
— ¿Qué hechos le inspiran más
indulgencia?
—Las equivocaciones por falta de
conocimiento, por falta de experiencia.
— ¿Su autor de música clásica
preferido?
—Beethoven y Brahms.
—Su autor de música moderna
preferido?
—A partir de Stravinsky, no me
gusta nadie.
— ¿Su autor de ópera preferido?
—Verdi.
— ¿Su ópera preferida?
—Tengo un especial cariño por
estas doce: "Manon Lescaut", "Andrea Chenier", "I
pagliacci", "Tosca", "Carmen", "Un bailo in
maschera", "La forza del destino», «Los cuentos de Hoffmann», «Luisa
Miller», «La Bohéme», «Don Carlo» y «Adriana Lecouvreur».
— ¿Su pieza de música clásica
preferida?
—La "Sinfonía número 1"
de Brahms.
— ¿Sus cantantes no actuales
preferidos?
—Caruso, Bjoerling, Di Stefano,
La Muzio, la Ponselle, la Flagstad, Títta Ruffo, Chaliapin, Stracciari.
— ¿Sus cantantes actuales
preferidos?
—Montserrat Caballé, Victoria de
los Angeles, Birgit Nilsson, Joan
Sutherland, Jaime Aragall, Carreras, Bergonzi, Pavarotti, Mastromei, Milnes,
Cappuccilli, Ghiaurov, Justino Díaz, Raimondi, Teresa Berganza, Shirley Verret
y Grace Bumbry.
— ¿Cuál es su lema en la vida?
—Aurrera! (Palabra vasca que en
castellano quiere decir ¡Adelante!)
— ¿Cuál es su mayor temor en el
mundo de hoy?
—Que el terrorismo pueda provocar
una guerra irreparable.
— ¿Qué es lo primordial que haría
si fuese uno de los dirigentes de nuestro mundo?
—Trabajar para conseguir un mundo
lleno de paz. Y para ello, procurar una mayor igualdad económica.
José GUERRERO MARTIN
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