GRAN TEATRO DEL LICEO
Como
podréis observar la temporada 1974-75, viene con algunas actuaciones
magnificas. Lo tengo muy claro, las funciones que voy a ver este año van a ser,
dos funciones de la ópera < Carmen> de Bizet. La primera el domingo, 29
con el reparto de Gerard Py como Don José y la segunda <Carmen> el Lunes
30 de diciembre con distinto reparto y con
la actuación de Placido Domingo. El sábado 28 fue la primera de estas < I vespri siciliani> de Verdi
también con Placido Domingo y Montserrat Caballé. Ya lo tengo todo planeado,
me he puesto en contacto con Jordi y el ya se encargara de sacar las entradas.
Por
cuestiones de mi trabajo y cuestiones familiares, ya no tengo las libertades
que creía tener, hay que adaptarse a lo que hay y me conformo. Como veréis la
temporada es muy aceptable y variada..
Ya
con vistas a los acontecimientos que iban a suceder en el final del año ya me dejé unos días de vacaciones para final de año pues ya sabía
que tocaba ver <Y vispieri sicilian> y la <Carmen>.
Durante la temporada
1974-1975 se celebró el
centenario del estreno de la Carmen de Georges Bizet . Joan
Antonio Pamies , el
empresario del Liceo, programó 4 funciones de esta emblemática partitura, con
cuatro repartos diferentes. Como
curiosidad, la Carmendel
25 de diciembre fue la última ópera que interpretaría Richard Tucker ya que murió el 8 de enero de 1975 de un ataque al
corazón.
Temporada
1974-1975 del Liceo
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Ópera
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Compositor
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Director
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Director de escena
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Papeles principales
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Producción
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Fechas
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noviembre
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diciembre
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25 de diciembre
al 30 de enero
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14 de
diciembre
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28 de
diciembre al 5 de enero
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11 de
enero
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14 al 19
de enero
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Versión de
concierto
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febrero
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GIUSEPPE VERDI
I VESPRI SICILIANI (Verdi) 28
diciembre 1974 sábado. Directora Eve Queler. Con Montserrat Caballé, Placido Domingo, Franco Bordoni, Justino Díaz.
El
programa lo tenía muy bien preparado, iba a ver tres funciones, la primera el
sábado 28 de diciembre con <I vespri siciliani>, el domingo por la tarde,
Carmen, cantando el tenor Gerad Py y el lunes 30 de diciembre repito Carmen con
la actuación de Placido Domingo y Elena Obratsova. Y aquí pongo punto final de
la temporada 1974-75.
Me
tengo que amoldar a mi trabajo y puedo dar gracias que he podido conseguir
estos tres días de vacaciones, que he sabido aprovecharlo.
Sobre
la actuación de <I vespri siciliani>, para mí era un estreno pues de esta
ópera, en aquellos años poco se sabía, por lo tanto tenía una gran expectación,
primero por saber la música de Verdi y segundo la actuación de la pareja
estelar Caballé y Domingo.
Os
comento: Verdi es un fenómeno, su música no cambia, esta ópera es como casi
todas, lleno de arias, concertantes, cabaletas y dúos, ¿qué más podemos pedir?,
y encima de todo ello con una directora que sabía lo que tenía a mano y desde
el ultimo comprimario, pasando por el coro y la
orquesta, salió una representación de <I vespri siciliani>
“estratosférica”, todos los cantantes se emplearon a fondo dando de si todo lo
que tenían.
Hay
que agradecer a Domingo y Caballé la entrega
que pusieron en resolver el protagonismo de esta ópera con una actuación fuera
de lo común. Había que estar en el teatro para poder juzgar el
comportamiento de estas dos figuras. No
encuentro adjetivos para expresaros la gran actuación que tuvieron esa noche, (por suerte en YouTube está la grabación de esa opera que yo asistí y podréis comprobar la gran actuación de todos los cantantes y en especial de esta gran pareja formada por Montserrat Caballé y Placido Domingo. Este tipo de actuaciones tan espontaneas, creíbles y tan llenas de emoción lo podemos comparar con la actuación que se llevo a cabo en México en el año 1951 con la celebre <Aida> de Callas y Del Monaco. Las consecuencias no tardaron mucho en
aparecer, os explico: esto fue un sábado
28 de Diciembre, el lunes 30 de diciembre es
decir dos días después cantaba Placido Domingo la ópera Carmen y como ya
os haré la reseña en su momento, y el Jueves día 2 de Enero repetía <I
vespri siciliani>, bien, en esa función ( esta función no asistí) Placido
estaba agotado, se creyó en un momento que se iba a suspender la función y con
una gran profesionalidad accedió a cantarla, pero ya se pusieron de acuerdo la
directora Eve Queler y Montserrat Caballé, que en el aria del tenor del cuarto acto , el
aria “ Giorno di pianto” Placido Domingo la suprimiría,
de esa forma su voz aguantaría hasta el final. Así fue, y cuando Montserrat
Caballé cantó el concertante y el aria
“Arrigo, ha parli a un core”, cuando acabo de cantar Montserrat Caballé su
aria, el publico correspondió con una gran ovación y desde el público se
escucha una voz que recrimina a Domingo, el no haber cantado el aria “Giorno di
pianto”, a lo que el tenor responde <Perdone Ud. Señora, si no he cantado la
romanza, es por consideración al público y a mis compañeros, para terminar la
función señora>.
El
fragmento aludido, el aria “Giorno di pianto “os lo voy a poner y de esa forma podréis calibrar el
porqué no la cantó. Sobre este tema, os puedo decir que en el mundillo de los
aficionados se ha comentado mucho, incluso se llegó a decir que acabaron mal
las relaciones de Montsetrat Caballe y Placido Domingo, la realidad es que no
es así, la relaciones de ambos siempre han sido muy exquisitas. Ahora os voy a
poner en audio el fragmento aludido que Placido Domingo no cantó en la segunda
representación de <I vespri Siciliani>
PLACIDO DOMINGO
AUDIO – I vespri Siciliani
– Placido Domingo Acto 4º escena aria (que no cantó) “Giorno di pianto”
De este momento tan interesante os voy a poner en audio este fragmento, y
apreciareis a Placido Domingo que está de voz bien, pero se le nota algo
forzada y cansada. Montserrat Caballe,
canta en su aria “Arrigo, ah parli a un core”,fijaros, que portento y que agilidad en su voz y el
saber atacar esas notas en el final del aria tan graves como si fuera de una mezzosoprano, auténticamente
“espectacular”. También oiréis a la señora que increpo a Placido Domingo por no
cantar su aria, y a la contestación de Placido
Montserrat Caballé
Este
hecho ocurrió en la segunda función de <I vespri siciliani> función que
yo no vi. Lo que si vi, en la primera función que se cantó, en el final del
tercer acto, ocurrió algo insólito, la cantante Montserrat Caballé, al final
del concertante, Montserrat, creo que se propaso un poquito para la galería,
pero en fin son cosas de una función de ópera, y no hay que darle mayor
importancia. Por supuesto que lo vais a oír nítida mente y apreciareis, los
coros, cantantes y hasta el apuntador. Si he dicho, el apuntador.
AUDIO- <I vespri
sicliani>Liceo 28 diciembre 1974, final tercer acto, concertante, agudo
final Montserrat Caballé.
Ahora para mayor regocijo os voy a poner en audio la función que yo vi en el Liceo esa mágica noche. La he encontrado EnYouTube, esta muy bien de sonido. Para
mí parecer el mejor <Arrigo> de
todos los que he visto y oído, me quedo
con la creación espectacular de Placido Domingo, hay buenas grabaciones de esta ópera de Verdi, pero no hay ningún
tenor que supere al <Arrigo>> de Placido Domingo, igualmente me ocurre
con Montserrat Caballé su rol de <Elena> es inigualable, esta es mi opinión muy
particular.Pensad que es una ópera algo complicada pues se necesita un tenor
lirico spinto con muchas agallas, una soprano casi dramática y un buen barítono
con muchos arrestos, igual que un bajo de los llamados profundo, en fin, es una
ópera auténtica de Verdi donde se
conjugan, los coros, una orquesta bien dotada, pues es una cadena de
concertantes, dúos y arias, y para ello se requieren unas figuras estelares y
además un buen cuerpo de ballet. Esta ópera la tengo considerada como una de
mis favoritas.
GRAN TEATRO DEL LICEO
CRÓNICAS DE LA VANGUARDIA
EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO
Apoteosis
de Montserrat Caballé y Placido Domingo en «I vespri siciliani»
La
reaparición de Montserrat Caballé en la escena del Liceo fue una verdadera
apoteosis, una explosión de júbilo con la que el público celebró su vuelta
después de unos meses de incertidumbre respecto a si nuestra gran cantante se mantendría en forma y podría renovar sus
espectaculares triunfos. Los ha renovado, no hay duda, y ha merecido la acogida
delirante que se le dispensó en la primera representación de <I vespri
siciliani> en que la diva centró un reparto de intérpretes presidido también
por el tenor Plácido Domingo y completado de manera que podamos hablar de un
éxito generalizado y de una de las mejores representaciones —desde el punto de
vista vocal— que se han montado en el Liceo los últimos años.
Montserrat
Caballé no ha cambiado. La transparencia, volumen y flexibilidad lírica de su
voz es la misma. Sabe como nadie filar las notas dándoles un vuelo melódico que
fascina. Tiene un registro medio y grave de arrebatadora temperatura dramática
y canta con todos sus recursos, identificada con el más clásico estilo de la
ópera italiana bel cantista. Obras como la de Verdi en el que la hemos admirado
ahora, son las que más perfectamente le van y en las que actualmente no creo
tenga rival en el mundo.
A
Plácido Domingo le situamos al mismo nivel de la soprano catalana.
Voces
como la suya son las que han rehabilitado los otrora míticos tenores, eclipsados
por el jugoso timbre de los barítonos cuando los valores de la ópera
finisecular italiana eran puestos en entredicho. Plácido Domingo ha impuesto su
dicción vibrante y arrebatada, sólo posible con una densidad vocal como la
suya. En <I vespri siciliani> se ha confirmado como un artista de un
rango al que muy pocos pueden llegar gracias a este timbre suyo de tanto alcance
como tensión expresiva y de iguales cualidades técnicas que rigurosa
musicalidad.
«Ivespri
siciliani>, aunque sea cronológicamente una ópera de la plenitud de Verdi,
inmediatamente posterior a <La Traviata>, participa directamente del
sistema formulario propio de las tradiciones a partir de las cuales el
compositor reveló su personalidad genial. El argumento sobre la liberación de
Sicilia de la ocupación francesa es ostensible fórmula, como lo es el tratado
de la partitura aunque la garra de Verdi esté siempre presente. Se suceden los
recitativos, las arias, las <cabalettas> y los dúos con el aderezo de
algunos concertantes, episodios corales y el imprescindible ballet (reducido en
esta reposición a un breve divertimento al final del segundo acto).
Lo
que hace válida la obra son las constantes oportunidades que proporciona de que
luzcan las voces protagonistas. Nada mejor pues que esta particularidad para
constituir una especie de justa vocal presidida por la soprano y el tenor y con
intervenciones importantes del barítono, el bajo o otros personajes.
Montserrat
Caballé y Plácido Domingo rivalizaron durante toda la representación en
subyugar a los liceístas. Hubo momentos de elevadísima tensión, arias y dúos
espectaculares y de fúlgido virtuosismo en las que Caballé y Plácido Domingo se
«pasaban» la oportunidad de brillar y de conquistarse el entusiasmo de todos
los asistentes, en vilo ante un tal dominio del oficio y de la capacidad física
de ambos artistas. Al final del acto tercero, en una exhibición de facultades
Montserrat Caballé prolongó el agudo más allá de la cadencia de los demás
cantantes y la orquesta, mientras bajaba el telón. Pareció una suerte de
desafío que recogió Plácido Domingo en el acto siguiente, el último,
encendiendo con más alboroto que nunca las ovaciones, compartiéndolas con la
protagonista femenina.
Cuando
las cosas van bien en el teatro, a menudo parece que el propósito de emulación
se contagia a todos. Esto sucedió en esta oportunidad. Franco Bordoni
(barítono, en el papel de Monforte) estuvo siempre en un plano de calidad
interpretativa y aún más sobresalió el bajo Justino Díaz (Prócida), cuya voz
extraordinaria y su elocuencia dramática tantas veces hemos señalado con elogio
pensando siempre que son insuficientes nuestros comentarios por la categoría
extraordinaria del cantante, en su especialidad comparable a los mejores que
conocemos.
Juan
Pons, otro bajo remarcable siempre, se superó en un papel menos protagonista
pero destacado, que asumió con plena responsabilidad. Dalmacio González quedó
muy bien integrado en el feliz reparto donde cumplieron oportunamente José
Manzaneas, José Cebrián, María Asunción Uriz y Rafael Campos.
Una
puesta en escena sin especial carácter; el coro que se sabía bien la obra, el
ballet perfectamente preparado aunque actuara brevemente, la intervención registra
de Diego Monjo y una dirección musical correcta fueron elementos que coadyuvaron
en diferente proporción al éxito. Anotamos en el capítulo anecdótico que la
orquesta fuera concertada por una mujer, la directora norteamericana Eve Queler
que se presentaba en España y pareció tener en mano a todos los elementos de la
representación cohesionando el grupo sinfónico y sincronizando con los
cantantes con mas pulcritud y ajuste con impulso galvanizador.Xavier
MONTSALVATGE
GEORGES BIZET
GEORGES BIZET
CARMEN (Bizet) 29 diciembre
domingo, director Paul Ethuin, Gilbert Py, J.Davidson-Gabriela Novelli , Stojan popov.
Sobre esta función, me llamo la atención
el tenor francés Gilbert Py, tenor de
una voz robusta muy amplia y con unos agudos descomunales, este tipo de voz es
el que suele llamarse tenor “heroico”, tiene una gran fortaleza en su voz y sus
agudos son fortísimos y su media voz amplia, en la emisión de su voz parece algo
basta, pero lo suple con su fuerza vocal. Para el rol de Carmen lo cantó con
dignidad. La mezzosoprano Joyce Davidson hizo una Carmen muy apaña dita y
sobresalió su escenificación en su rol. Función tranquila y sin sorpresas.
No
he encontrado ninguna grabación de Carmen por estos cantantes. Pasemos a la
otra crónica de Carmen, que es exuberante y de una actuación excepcional.
CARMEN (Bizet) lunes 30 de
diciembre 1974. Director Paul Ethuin, con Placido Domingo, Elena Obraztosva, María
Fleta y Justino Díaz.
Bueno,
otra de las grandes noches liceístas, esplendorosa Elena Obraztsova, muy en
acorde a su rol, supo infundir, ironía, sensualidad y fiereza, lo que requiere
este rol. De voz, una autentica mezzo, con poderío y la gestión vocal con una agilidad
pasmosa, en fin un alarde de saber cantar e interpretar. Placido Domingo ya nos
viene acostumbrando a que todas sus intervenciones sean magistrales, interpretó
su <Don José> con gran elegancia,
y en el momento del último acto, que es la hora de la verdad salió a relucir su
fuerza vocal y vehemencia con un
dramatismo insuperable, vamos para decir que <hace escuela>. La soprano María
Fleta, nieta del famoso tenor Miguel Fleta, estuvo un poco titubeante pero se rehízo y cumplió bien su personaje. Otro
de los que aprovecharon su actuación fue el bajo-barítono Justino Díaz,
esplendido en su entrada en el <Toreador>. En definitiva noche de bravos,
aplausos y lo clásico, el griterío que se forma al acabar cada aria o romanza,
cosa que a mí me desespera pues a veces no oyes acabar la última frase musical.
Ahora
os voy poner en VÍDEO, una versión de
Carmen, que se cantó en el año 1978, en el teatro Tasssoper de Viena, siendo su director Carlos
Kleiber con un reparto estelar, con Elena Obratzsova, Placido Domingo, Isabel
Buchaman, Yourii Mazurok.
STAATSOPER DE VIENA
CRÓNICA DE LA VANGUARDIA
EN
EL GRAN TEATRO DEL LICEO LÁ «CARMEN» RUSA
El
pequeño maratón <Carmen> con que el Liceo nos ameniza estas fiestas, va
en <crescendo> y es de esperar culminará en la representación de hoy
noche. La del lunes ya alcanzó un alto nivel, previsible dado el carácter del
reparto en el que Elena Obrastsova encarnó el personaje femenino protagonista.
La
<Carmen> de la magnífica mezzó rusa fue singularmente apasionada y
temperamental. Elena Obrastsova siente intensamente la música que interpreta, sobre todo cuando, como en
esto caso, es reflejo de unas situaciones dramáticas en tensión y de efecto
teatral seguro. Lo más notable de esta artista es la voz, caudalosa, densa y
vibrante en los graves que es donde ella encuentra las ocasiones de expresaros
con una vehemencia desgarrada y realista subyugantes. Y como además, técnicamente,
el cantante es del primer orden y la actriz se manifiesta con una entrega
total, deduciremos que su <Carmen> fue de las que hacen impacto. No
importa que escénicamente Obrastsova
quede tan estáticamente y se mueva cómo tal y no como una cigarrera de Sevilla,
pasada por la
Idea
de Merimée, la adaptación de Meilhac y Halévy y la música de un andalucismo
puramente decorativo, porque la ópera se impone por sus esencias líricas y por su epidermis de convencional –espagnóiade-.
Elena Obrastsova lo tiene en cuenta y
expresa la hondura del personaje antes que su apariencia folklórlca.
Plácido
Domingo hizo un Don José, vehemente con una gradación de efectos admirable. Sin
problemas vocales, con un timbre efusivo, vigoroso, fulgente y siempre cargado
de emoción, dio una vitalidad sensacional a toda su actuación. Por descontado
que después del aria de la flor —que dijo con auténtica palpitación lírica—
desencadenó un torrente de ovaciones.
En
el papel de Micaela hizo su primera aparición en el Liceo María FIeta. Su debut
coincidió con el cincuentenario de la primera interpretación en el Liceo del
Don José de <Carmen>, por su abuelo, el famoso tenor Miguel Flota. La
efemérides dio un carácter sentimental a este debut de la gentil y joven
soprano que pareció actuar con algo de azoramiento muy natural, sin que ello
afectara en la claridad y alcance de su nítida voz, que
debe
mejorar aún en los agudos, algo incoloros. No puede quejarse del éxito; fue
acogida con unánime simpatía y además de saludar con los demás protagonistas
frente a la cortina, lo hizo sola para recibir el aplauso afectuoso de todo el
público.
Justino
Díaz, cantando de barítono para el papel de Escamillo, confirmó que es un gran
artista en la plenitud de sus posibilidades. Nunca habíamos visto en el papel
del <toreador>, un actor tan perfecto, tan ágil e identificado con el rol.
Justino Díaz tampoco tiene problemas de voz y canta con tanta desenvoltura que
puede permitirse un trabajo escénico de extraordinario efecto. Su entrada en la
taberna de <Lilia Pastia>, fue de una brillantez espectacular y le valió una
de las prolongadas ovaciones de la noche. Porque la velada fue una sucesión de
interrupciones por los aplausos que subrayaron cada aria de la obra, cosa que
nos parece lógica cuando los, interpretes merecen el estimulo del público. Lo que ya encontramos menos optimo no es que
algunos, saluden cada dos por tres como si se tratara de un fin de fiesta,
interrumpiendo así ostensiblemente la
acción. Agradecemos a Placido Domingo y a Justino Díaz que no lo hicieran así,
limitándose a esperar que se calmaran las expresiones entusiasticas de la concurrencia con una inclinación de cabeza.
Las
ovaciones aludidas fueron especialmente prolongadas en relación directa con el
acierto de los cantantes en cada intervención. Así, Elena Obrastsova fue
acogida con alboroto por su versión de la habanera del primer acto y también
después del aria de las cartas en el tercero, si bien no llegó a calar tan
hondo como esperábamos.
Plácido
Domingo galvanizó los entusiasmos, como hemos dicho, en el aria de la flor. Por
nuestro gusto su aria fue cobrando impulso a lo largo de la representación y la
manera como realizó la escena final de la muerte de Carme resultó
impresionante. María Fleta también fue favorecida por las manifestaciones
aprobatorias, tanto en el primer acto como en el penúltimo. Justino Díaz estuvo
sensacional en el segundo acto, lo que fue
subrayado
con efusivo entusiasmo.
En
el resto del reparto no hubo cambios. Señalamos que en esta representación el
maestro Paul Ethuin debió contenerse para dar un ritmo más aplomado a la
orquesta cuando cantaba la protagonista. Elena Obrastsova se expresa con una
lenta contención, lo que da más expresividad de su fraseo.
En
otros episodios, la orquesta —bien conjuntada— obedeció al impulso precipitado
de la batuta del maestro concertador.
Quienes
asistan a la <Carmen> de esta noche aplaudirán a Grace Melzia Bumbry y
Pedro Lavirgen como protagonistas y verán una escenificación muy cuidada en todos
sus efectos; una
elaborada
puesta en escena con algunos recursos tal vez excesivamente rebuscados pero que
proporcionan mucho
movimiento
y colorido a una ópera que se presta a que éstos sean resaltados. —, Xavler MONTSALVATGE
F I N A L
Aquí
se da fin a mi larga estancia en Barcelona, ha sido muy fructífera, he visto
funciones de operas espectaculares,
actuaciones de grandes cantantes, he hecho muy buenos amigos y sobre
todo he adquirido mucha experiencia en lo que concierne al mundo de la ópera,
en definitiva he sabido aprovechar de mi “jobbi” y me
voy a Alicante como suele decirse “con los deberes aprendidos”, y con la
mochila bien cargada.
En
estas <MIS VIVENCIAS EN EL GRAN
TEATRO DEL LICEO DE BARCELONA>, las he compartido y he procurado transmitiros mi amor a este
mundo de la lírica que tan buenas
satisfacciones me ha dado. Mis deseos no
sé si lo he conseguido, pero tened la completa seguridad que he puesto todo mi
cariño y mi pequeña sapiencia en contaros todas mis experiencias. Era un sueño
que tenía en mi mente de compartir con todos vosotros, de expresar y exponer todo lo que he vivido en ese bello
teatro del Liceo. Han sido 21 años que se me han pasado volando, y ahora en la
lejanía de los años observo el horizonte del pasado y del presente y me doy
cuenta de lo agraciado que he sido al poder haber asistido a funciones de
óperas que podríamos llamar históricas y el haber oído a cantantes de talla
mundial. He procurado el trasmitiros esos momentos tan maravillosos, de esas funciones
de óperas, acompañados de grandes directores de orquesta y con grandes voces
que yo viví en aquellos años, no sé si lo he conseguido pero tener la certeza
que he puesto todo mi empeño y corazón en ello.
Este
es un libro para leerlo, oír y ver las partes
musicales, con tranquilidad y sosiego, tener un buen equipo de música, tener
un poco de tiempo y pensad que está hecho con mucho amor y con el simple deseo
de que podáis disfrutar, ¡¡con simplemente esto!! estoy pagado. Y ahora viene
la retahíla que siempre al final de mis apreciaciones digo: <es una opinión
muy particular> y respeto todas vuestras opiniones. Yo no soy de letras os pido perdón si veis alguna incongruencia en mi escritura¡Gracias!
Aquí
como suele decirse pongo punto y final a
MIS VIVENCIAS EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO.
Personalmente me lo he pasado muy
bien, pues he compartido con todos el sueño que hace años lo tenía en mi cabeza y he revivido momentos antológicos de este Gran
Teatro del Liceo. ¡¡VIVA LA ÓPERA¡¡ ¡¡GRACIAS!!
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