martes, 5 de septiembre de 2017

TEMPORADA 1974-1975

                                                                TEMPORADA 1974-1975

                                                  GRAN TEATRO DEL LICEO

Como podréis observar la temporada 1974-75, viene con algunas actuaciones magnificas. Lo tengo muy claro, las funciones que voy a ver este año van a ser, dos funciones de la ópera < Carmen> de Bizet. La primera el domingo, 29 con el reparto de Gerard Py como Don José y la segunda <Carmen> el Lunes 30 de diciembre con distinto reparto y con  la actuación de Placido Domingo. El sábado 28 fue la primera  de estas < I vespri siciliani> de Verdi también con Placido Domingo y Montserrat Caballé. Ya lo tengo todo planeado, me he puesto en contacto con Jordi y el ya se encargara de sacar  las entradas.
Por cuestiones de mi trabajo y cuestiones familiares, ya no tengo las libertades que creía tener, hay que adaptarse a lo que hay y me conformo. Como veréis la temporada es muy aceptable y variada..
Ya con vistas a los acontecimientos que iban a suceder en el final  del año ya me dejé unos días  de vacaciones para final de año pues ya sabía que tocaba ver <Y vispieri sicilian> y la <Carmen>.


Temporada 1974-1975 del Liceo


Durante la temporada 1974-1975 se celebró el centenario del estreno de la Carmen de Georges Bizet . Joan Antonio Pamies , el empresario del Liceo, programó 4 funciones de esta emblemática partitura, con cuatro repartos diferentes. Como curiosidad, la Carmendel 25 de diciembre fue la última ópera que interpretaría Richard Tucker ya que murió el 8 de enero de 1975 de un ataque al corazón.

Temporada 1974-1975 del Liceo
Ópera
Compositor
Director
Director de escena
Papeles principales
Producción
Fechas
noviembre
diciembre
25 de diciembre al 30 de enero
14 de diciembre
28 de diciembre al 5 de enero
11 de enero
14 al 19 de enero
Versión de concierto
febrero





         
                                                                    GIUSEPPE VERDI

I VESPRI SICILIANI (Verdi) 28 diciembre 1974 sábado. Directora Eve Queler. Con Montserrat Caballé, Placido Domingo, Franco Bordoni, Justino Díaz.

El programa lo tenía muy bien preparado, iba a ver tres funciones, la primera el sábado 28 de diciembre con <I vespri siciliani>, el domingo por la tarde, Carmen, cantando el tenor Gerad Py y el lunes 30 de diciembre repito Carmen con la actuación de Placido Domingo y Elena Obratsova. Y aquí pongo punto final de la temporada 1974-75.
Me tengo que amoldar a mi trabajo y puedo dar gracias que he podido conseguir estos tres días de vacaciones, que he sabido aprovecharlo.
Sobre la actuación de <I vespri siciliani>, para mí era un estreno pues de esta ópera, en aquellos años poco se sabía, por lo tanto tenía una gran expectación, primero por saber la música de Verdi y segundo la actuación de la pareja estelar Caballé y Domingo.
Os comento: Verdi es un fenómeno, su música no cambia, esta ópera es como casi todas, lleno de arias, concertantes, cabaletas y dúos, ¿qué más podemos pedir?, y encima de todo ello con una directora que sabía lo que tenía a mano y desde el ultimo comprimario, pasando por el coro y la  orquesta, salió una representación de <I vespri siciliani> “estratosférica”, todos los cantantes se emplearon a fondo dando de si todo lo que tenían.
Hay que agradecer  a Domingo y Caballé la entrega que pusieron en resolver el protagonismo de esta ópera con una actuación fuera de lo común. Había que estar en el teatro para poder juzgar el comportamiento  de estas dos figuras. No encuentro adjetivos para expresaros la gran actuación que tuvieron esa noche, (por suerte en YouTube está la grabación de esa opera que yo asistí y podréis comprobar la gran actuación de todos los cantantes y en especial de esta gran pareja formada por Montserrat Caballé y Placido Domingo. Este tipo de actuaciones tan espontaneas, creíbles y tan llenas de emoción lo podemos comparar con la actuación que se llevo a cabo en México en el año 1951 con la celebre <Aida> de Callas y Del Monaco. Las consecuencias no tardaron  mucho en aparecer, os  explico: esto fue un sábado 28 de Diciembre, el lunes 30 de diciembre es  decir dos días después cantaba Placido Domingo la ópera Carmen y como ya os haré la reseña en su momento, y el Jueves día 2 de Enero repetía <I vespri siciliani>, bien, en esa función ( esta función no asistí) Placido estaba agotado, se creyó en un momento que se iba a suspender la función y con una gran profesionalidad accedió a cantarla, pero ya se pusieron de acuerdo la directora Eve Queler y Montserrat Caballé, que en el aria del tenor del cuarto acto , el aria  “ Giorno di pianto” Placido Domingo la suprimiría, de esa forma su voz aguantaría hasta el final. Así fue, y cuando Montserrat Caballé cantó el concertante  y el aria “Arrigo, ha parli a un core”, cuando acabo de cantar Montserrat Caballé su aria, el publico correspondió con una gran ovación y desde el público se escucha una voz que recrimina a Domingo, el no haber cantado el aria “Giorno di pianto”, a lo que el tenor responde <Perdone Ud. Señora, si no he cantado la romanza, es por consideración al público y a mis compañeros, para terminar la función señora>.
El fragmento aludido, el aria “Giorno di pianto “os lo  voy a poner y de esa forma podréis calibrar el porqué no la cantó. Sobre este tema, os puedo decir que en el mundillo de los aficionados se ha comentado mucho, incluso se llegó a decir que acabaron mal las relaciones de Montsetrat Caballe y Placido Domingo, la realidad es que no es así, la relaciones de ambos siempre han sido muy exquisitas. Ahora os voy a poner en audio el fragmento aludido que Placido Domingo no cantó en la segunda representación de <I vespri Siciliani>

                                                             
                                                                 PLACIDO DOMINGO



                                 


                                   
AUDIO – I vespri Siciliani – Placido Domingo Acto 4º escena aria (que no cantó) “Giorno di pianto”

De este momento tan interesante  os voy a poner en audio este fragmento, y apreciareis a Placido Domingo que está de voz bien, pero se le nota algo forzada y cansada.   Montserrat Caballe, canta en su aria “Arrigo, ah parli a un core”,fijaros,  que portento y que agilidad en su voz y el saber atacar esas notas en el final del aria tan graves como si fuera de  una mezzosoprano, auténticamente “espectacular”. También oiréis a la señora que increpo a Placido Domingo por no cantar su aria, y a la contestación de Placido
                                 

                                                         
                                                                   Montserrat Caballé
Este hecho ocurrió en la segunda función de <I vespri siciliani> función que yo no vi. Lo que si vi, en la primera función que se cantó, en el final del tercer acto, ocurrió algo insólito,  la cantante Montserrat Caballé, al final del concertante, Montserrat, creo que se propaso un poquito para la galería, pero en fin son cosas de una función de ópera, y no hay que darle mayor importancia. Por supuesto que lo vais a oír nítida mente y apreciareis, los coros, cantantes y hasta el apuntador. Si he dicho, el apuntador.

AUDIO- <I vespri sicliani>Liceo 28 diciembre 1974, final tercer acto, concertante, agudo final Montserrat Caballé.

Ahora para mayor regocijo os voy a poner en audio la función que yo vi en el Liceo esa mágica noche. La he encontrado EnYouTube, esta muy bien de sonido. Para mí parecer el mejor <Arrigo>  de todos los que  he visto y oído, me quedo con la creación espectacular de Placido Domingo, hay buenas grabaciones  de esta ópera de Verdi, pero no hay ningún tenor que supere al <Arrigo>> de Placido Domingo, igualmente me ocurre con Montserrat Caballé su rol de <Elena>  es inigualable, esta es mi opinión muy particular.Pensad que es una ópera algo complicada pues se necesita un tenor lirico spinto con muchas agallas, una soprano casi dramática y un buen barítono con muchos arrestos, igual que un bajo de los llamados profundo, en fin, es una ópera  auténtica de Verdi donde se conjugan, los coros, una orquesta bien dotada, pues es una cadena de concertantes, dúos y arias, y para ello se requieren unas figuras estelares y además un buen cuerpo de ballet. Esta ópera la tengo considerada como una de mis favoritas.

GRAN TEATRO DEL LICEO






CRÓNICAS DE LA VANGUARDIA

            EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO
Apoteosis de Montserrat Caballé y Placido Domingo en «I vespri  siciliani»
La reaparición de Montserrat Caballé en la escena del Liceo fue una verdadera apoteosis, una explosión de júbilo con la que el público celebró su vuelta después de unos meses de incertidumbre respecto a si nuestra gran cantante  se mantendría en forma y podría renovar sus espectaculares triunfos. Los ha renovado, no hay duda, y ha merecido la acogida delirante que se le dispensó en la primera representación de <I vespri siciliani> en que la diva centró un reparto de intérpretes presidido también por el tenor Plácido Domingo y completado de manera que podamos hablar de un éxito generalizado y de una de las mejores representaciones —desde el punto de vista vocal— que se han montado en el Liceo los últimos años.
Montserrat Caballé no ha cambiado. La transparencia, volumen y flexibilidad lírica de su voz es la misma. Sabe como nadie filar las notas dándoles un vuelo melódico que fascina. Tiene un registro medio y grave de arrebatadora temperatura dramática y canta con todos sus recursos, identificada con el más clásico estilo de la ópera italiana bel cantista. Obras como la de Verdi en el que la hemos admirado ahora, son las que más perfectamente le van y en las que actualmente no creo tenga rival en el mundo.
A Plácido Domingo le situamos al mismo nivel de la soprano catalana.
Voces como la suya son las que han rehabilitado los otrora míticos tenores, eclipsados por el jugoso timbre de los barítonos cuando los valores de la ópera finisecular italiana eran puestos en entredicho. Plácido Domingo ha impuesto su dicción vibrante y arrebatada, sólo posible con una densidad vocal como la suya. En <I vespri siciliani> se ha confirmado como un artista de un rango al que muy pocos pueden llegar gracias a este timbre suyo de tanto alcance como tensión expresiva y de iguales cualidades técnicas que rigurosa musicalidad.
«Ivespri siciliani>, aunque sea cronológicamente una ópera de la plenitud de Verdi, inmediatamente posterior a <La Traviata>, participa directamente del sistema formulario propio de las tradiciones a partir de las cuales el compositor reveló su personalidad genial. El argumento sobre la liberación de Sicilia de la ocupación francesa es ostensible fórmula, como lo es el tratado de la partitura aunque la garra de Verdi esté siempre presente. Se suceden los recitativos, las arias, las <cabalettas> y los dúos con el aderezo de algunos concertantes, episodios corales y el imprescindible ballet (reducido en esta reposición a un breve divertimento al final del segundo acto).
Lo que hace válida la obra son las constantes oportunidades que proporciona de que luzcan las voces protagonistas. Nada mejor pues que esta particularidad para constituir una especie de justa vocal presidida por la soprano y el tenor y con intervenciones importantes del barítono, el bajo o otros personajes.
Montserrat Caballé y Plácido Domingo rivalizaron durante toda la representación en subyugar a los liceístas. Hubo momentos de elevadísima tensión, arias y dúos espectaculares y de fúlgido virtuosismo en las que Caballé y Plácido Domingo se «pasaban» la oportunidad de brillar y de conquistarse el entusiasmo de todos los asistentes, en vilo ante un tal dominio del oficio y de la capacidad física de ambos artistas. Al final del acto tercero, en una exhibición de facultades Montserrat Caballé prolongó el agudo más allá de la cadencia de los demás cantantes y la orquesta, mientras bajaba el telón. Pareció una suerte de desafío que recogió Plácido Domingo en el acto siguiente, el último, encendiendo con más alboroto que nunca las ovaciones, compartiéndolas con la protagonista femenina.
Cuando las cosas van bien en el teatro, a menudo parece que el propósito de emulación se contagia a todos. Esto sucedió en esta oportunidad. Franco Bordoni (barítono, en el papel de Monforte) estuvo siempre en un plano de calidad interpretativa y aún más sobresalió el bajo Justino Díaz (Prócida), cuya voz extraordinaria y su elocuencia dramática tantas veces hemos señalado con elogio pensando siempre que son insuficientes nuestros comentarios por la categoría extraordinaria del cantante, en su especialidad comparable a los mejores que conocemos.
Juan Pons, otro bajo remarcable siempre, se superó en un papel menos protagonista pero destacado, que asumió con plena responsabilidad. Dalmacio González quedó muy bien integrado en el feliz reparto donde cumplieron oportunamente José Manzaneas, José Cebrián, María Asunción Uriz y Rafael Campos.
Una puesta en escena sin especial carácter; el coro que se sabía bien la obra, el ballet perfectamente preparado aunque actuara brevemente, la intervención registra de Diego Monjo y una dirección musical correcta fueron elementos que coadyuvaron en diferente proporción al éxito. Anotamos en el capítulo anecdótico que la orquesta fuera concertada por una mujer, la directora norteamericana Eve Queler que se presentaba en España y pareció tener en mano a todos los elementos de la representación cohesionando el grupo sinfónico y sincronizando con los cantantes con mas pulcritud y ajuste con impulso galvanizador.Xavier MONTSALVATGE


                                                GEORGES BIZET


CARMEN (Bizet) 29 diciembre domingo, director Paul Ethuin, Gilbert Py, J.Davidson-Gabriela  Novelli , Stojan popov.
 Sobre esta función, me llamo la atención el  tenor francés Gilbert Py, tenor de una voz robusta muy amplia y con unos agudos descomunales, este tipo de voz es el que suele llamarse tenor “heroico”, tiene una gran fortaleza en su voz y sus agudos son fortísimos y su media voz amplia, en la emisión de su voz parece algo basta, pero lo suple con su fuerza vocal. Para el rol de Carmen lo cantó con dignidad. La mezzosoprano Joyce Davidson hizo una Carmen muy apaña dita y sobresalió su escenificación en su rol. Función tranquila y sin sorpresas.

No he encontrado ninguna grabación de Carmen por estos cantantes. Pasemos a la otra crónica de Carmen, que es exuberante y de una actuación excepcional.
CARMEN (Bizet) lunes 30 de diciembre 1974. Director Paul Ethuin, con Placido Domingo, Elena Obraztosva, María Fleta y Justino Díaz.
Bueno, otra de las grandes noches liceístas, esplendorosa Elena Obraztsova, muy en acorde a su rol, supo infundir, ironía, sensualidad y fiereza, lo que requiere este rol. De voz, una autentica mezzo, con poderío y la gestión vocal con una agilidad pasmosa, en fin un alarde de saber cantar e interpretar. Placido Domingo ya nos viene acostumbrando a que todas sus intervenciones sean  magistrales, interpretó su  <Don José> con gran elegancia, y en el momento del último acto, que es la hora de la verdad salió a relucir su fuerza vocal  y vehemencia con un dramatismo insuperable, vamos para decir que <hace escuela>. La soprano María Fleta, nieta del famoso tenor Miguel Fleta, estuvo un poco titubeante pero  se rehízo y cumplió bien su personaje. Otro de los que aprovecharon su actuación fue el bajo-barítono Justino Díaz, esplendido en su entrada en el <Toreador>. En definitiva noche de bravos, aplausos y lo clásico, el griterío que se forma al acabar cada aria o romanza, cosa que a mí me desespera pues a veces no oyes acabar la última frase musical.
Ahora os voy poner en VÍDEO,  una versión de Carmen, que se cantó en el año 1978, en el teatro  Tasssoper de Viena, siendo su director Carlos Kleiber con un reparto estelar, con Elena Obratzsova, Placido Domingo, Isabel Buchaman, Yourii Mazurok.


                 
                                         STAATSOPER DE VIENA





                                         CRÓNICA DE LA VANGUARDIA


EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO LÁ «CARMEN» RUSA

El pequeño maratón <Carmen> con que el Liceo nos ameniza estas fiestas, va en <crescendo> y es de esperar culminará en la representación de hoy noche. La del lunes ya alcanzó un alto nivel, previsible dado el carácter del reparto en el que Elena Obrastsova encarnó el personaje femenino protagonista.
La <Carmen> de la magnífica mezzó rusa fue singularmente apasionada y temperamental. Elena Obrastsova siente intensamente la música  que interpreta, sobre todo cuando, como en esto caso, es reflejo de unas situaciones dramáticas en tensión y de efecto teatral seguro. Lo más notable de esta artista es la voz, caudalosa, densa y vibrante en los graves que es donde ella encuentra las ocasiones de expresaros con una vehemencia desgarrada y realista subyugantes. Y como además, técnicamente, el cantante es del primer orden y la actriz se manifiesta con una entrega total, deduciremos que su <Carmen> fue de las que hacen impacto. No importa que escénicamente  Obrastsova quede tan estáticamente y se mueva cómo tal y no como una cigarrera de Sevilla, pasada por la
Idea de Merimée, la adaptación de Meilhac y Halévy y la música de un andalucismo puramente decorativo, porque la ópera se impone por sus esencias líricas y  por su epidermis de convencional –espagnóiade-.  Elena Obrastsova lo tiene en cuenta y expresa la hondura del personaje antes que su apariencia folklórlca.
Plácido Domingo hizo un Don José, vehemente con una gradación de efectos admirable. Sin problemas vocales, con un timbre efusivo, vigoroso, fulgente y siempre cargado de emoción, dio una vitalidad sensacional a toda su actuación. Por descontado que después del aria de la flor —que dijo con auténtica palpitación lírica— desencadenó un torrente de ovaciones.
En el papel de Micaela hizo su primera aparición en el Liceo María FIeta. Su debut coincidió con el cincuentenario de la primera interpretación en el Liceo del Don José de <Carmen>, por su abuelo, el famoso tenor Miguel Flota. La efemérides dio un carácter sentimental a este debut de la gentil y joven soprano que pareció actuar con algo de azoramiento muy natural, sin que ello afectara en la claridad y alcance de su nítida voz, que
debe mejorar aún en los agudos, algo incoloros. No puede quejarse del éxito; fue acogida con unánime simpatía y además de saludar con los demás protagonistas frente a la cortina, lo hizo sola para recibir el aplauso afectuoso de todo el público.
Justino Díaz, cantando de barítono para el papel de Escamillo, confirmó que es un gran artista en la plenitud de sus posibilidades. Nunca habíamos visto en el papel del <toreador>, un actor tan perfecto, tan ágil e identificado con el rol. Justino Díaz tampoco tiene problemas de voz y canta con tanta desenvoltura que puede permitirse un trabajo escénico de extraordinario efecto. Su entrada en la taberna de <Lilia Pastia>, fue de una brillantez espectacular y le valió una de las prolongadas ovaciones de la noche. Porque la velada fue una sucesión de interrupciones por los aplausos que subrayaron cada aria de la obra, cosa que nos parece lógica cuando los, interpretes merecen el estimulo del público.  Lo que ya encontramos menos optimo no es que algunos, saluden cada dos por tres como si se tratara de un fin de fiesta, interrumpiendo así ostensiblemente  la acción. Agradecemos a Placido Domingo y a Justino Díaz que no lo hicieran así, limitándose a esperar que se calmaran las expresiones entusiasticas  de la concurrencia con una inclinación de cabeza.
Las ovaciones aludidas fueron especialmente prolongadas en relación directa con el acierto de los cantantes en cada intervención. Así, Elena Obrastsova fue acogida con alboroto por su versión de la habanera del primer acto y también después del aria de las cartas en el tercero, si bien no llegó a calar tan hondo como esperábamos.
Plácido Domingo galvanizó los entusiasmos, como hemos dicho, en el aria de la flor. Por nuestro gusto su aria fue cobrando impulso a lo largo de la representación y la manera como realizó la escena final de la muerte de Carme resultó impresionante. María Fleta también fue favorecida por las manifestaciones aprobatorias, tanto en el primer acto como en el penúltimo. Justino Díaz estuvo sensacional en el segundo acto, lo que fue
subrayado con efusivo entusiasmo.
En el resto del reparto no hubo cambios. Señalamos que en esta representación el maestro Paul Ethuin debió contenerse para dar un ritmo más aplomado a la orquesta cuando cantaba la protagonista. Elena Obrastsova se expresa con una lenta contención, lo que da más expresividad de su fraseo.
En otros episodios, la orquesta —bien conjuntada— obedeció al impulso precipitado de la batuta del maestro concertador.
Quienes asistan a la <Carmen> de esta noche aplaudirán a Grace Melzia Bumbry y Pedro Lavirgen como protagonistas y verán una escenificación muy cuidada en todos sus efectos; una
elaborada puesta en escena con algunos recursos tal vez excesivamente rebuscados pero que proporcionan mucho
movimiento y colorido a una ópera que se presta a que éstos sean resaltados. —, Xavler MONTSALVATGE

                              F I N A L
Aquí se da fin a mi larga estancia en Barcelona, ha sido muy fructífera, he visto funciones de operas espectaculares,  actuaciones de grandes cantantes, he hecho muy buenos amigos y sobre todo he adquirido mucha experiencia en lo que concierne al mundo de la ópera, en definitiva he sabido aprovechar de mi “jobbi”  y  me voy a Alicante como suele decirse “con los deberes aprendidos”, y con la mochila bien cargada.
En estas  <MIS VIVENCIAS EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO DE BARCELONA>, las he compartido y he procurado transmitiros mi amor a este mundo de la lírica  que tan buenas satisfacciones  me ha dado. Mis deseos no sé si lo he conseguido, pero tened la completa seguridad que he puesto todo mi cariño y mi pequeña sapiencia en contaros todas mis experiencias. Era un sueño que tenía en mi mente de compartir con todos vosotros, de expresar y exponer todo lo que he vivido en ese bello teatro del Liceo. Han sido 21 años que se me han pasado volando, y ahora en la lejanía de los años observo el horizonte del pasado y del presente y me doy cuenta de lo agraciado que he sido al poder haber asistido a funciones de óperas que podríamos llamar históricas y el haber oído a cantantes de talla mundial. He procurado el trasmitiros esos momentos tan maravillosos, de esas funciones de óperas, acompañados de grandes directores de orquesta y con grandes voces que yo viví en aquellos años, no sé si lo he conseguido pero tener la certeza que he puesto todo mi empeño y corazón en ello.

Este es un libro para leerlo, oír y ver las partes  musicales, con tranquilidad y sosiego, tener un buen equipo de música, tener un poco de tiempo y pensad que está hecho con mucho amor y con el simple deseo de que podáis disfrutar, ¡¡con simplemente esto!! estoy pagado. Y ahora viene la retahíla que siempre al final de mis apreciaciones digo: <es una opinión muy particular> y respeto todas vuestras opiniones. Yo no soy de letras os pido perdón si veis alguna incongruencia en mi escritura¡Gracias! 
Aquí como suele decirse  pongo punto y final a MIS VIVENCIAS EN EL GRAN TEATRO DEL LICEO.  Personalmente  me lo he pasado muy bien, pues he compartido con todos el sueño que hace años lo tenía en mi cabeza y  he revivido momentos antológicos de este Gran Teatro del Liceo. ¡¡VIVA LA ÓPERA¡¡  ¡¡GRACIAS!!

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